Política

Congreso Extraordinario del PSOE

Los cuatro de Liverpool

Los cuatro de Liverpool
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Los amplios pasillos del gigantesco hotel Auditorium, donde el PSOE ha celebrado su congreso extraordinario, se han convertido en plató para una de las escenas de unidad que el partido ha buscado al final de su cónclave, simbolizada en sus cuatro ex secretarios generales caminando juntos hacia el plenario.

Felipe González, Joaquín Almunia, José Luis Rodríguez Zapatero y Alfredo Pérez Rubalcaba han salido a un tiempo del salón "Liverpool", donde este fin de semana se han cocido las listas de los órganos de dirección del partido, entre aplausos de militantes e infructuosos intentos de la prensa por recabarles unas palabras.

"¡Zapatero, el de la igualdad!", ha gritado alguien mientras el último presidente del Gobierno socialista avanzaba hacia el auditorio donde se iba a clausurar el congreso, conversando con Rubalcaba, y con González y Almunia al lado.

Ayer Rodríguez Zapatero faltó en la inauguración del cónclave socialista, ausencia que más de uno atribuyó a desavenencias con Pérez Rubalcaba a la hora de avalar a miembros de la nueva Ejecutiva, y por ello la imagen de ambos tenía especial valor.

Pedro Sánchez, flamante nuevo líder del PSOE, abandonaba poco después "Liverpool"sometido, como ha sido tónica constante en este congreso, a continuas demandas de fotografías de delegados y militantes del partido, a los que ha atendido pacientemente.

Hoy Sánchez no llevaba camisa blanca, sino azul, el mismo color de las que vestían Rubalcaba y González -quien prescindió de las gafas de sol que ayer mantuvo puestas en la sesión inaugural- y de las americanas de Zapatero -en tono claro- y Almunia -más oscuro-.

El encuentro del nuevo secretario general con sus antecesores se ha escenificado dentro del plenario, en primera fila; allí les ha abrazado uno por uno, con todo el auditorio en pie y volcado en una ovación que se ha prolongado cuando los cinco han subido al estrado ante el clamor de los asistentes.

Begoña Fernández, la esposa de Sánchez, y sus dos hijas, le han arropado en la clausura, a la que también han asistido los secretarios generales de UGT, Cándido Méndez, y CCOO, Ignacio Fernández Toxo, bien ubicados en primera línea.

La proclamación de los 38 nuevos miembros de la Ejecutiva del partido, nombrados con gran entusiasmo por la presidenta andaluza, Susana Díaz, en funciones de presidenta del congreso, ha propiciado momentos de emoción en los elegidos a medida que iban ocupando su sitio en el enorme escenario blanco y rojo del auditorio.

Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales, al que Díaz ha anunciado "con todo el cariño de todos los que estamos aquí", ha puesto en pie a todos los asistentes, que han coreado su nombre y daban palmas para un compañero que vuelve a la dirección socialista mientras mantiene una personal batalla contra el cáncer.

El secretario general del PSE, Patxi López, también ha recibido su buena dosis de aplausos, y la andaluza Micaela Navarro, desde hoy presidenta del PSOE.

Con su nuevo equipo detrás, Pedro Sánchez ha desgranado a lo largo de una hora las líneas generales de su proyecto político.

Interrumpido continuamente por los aplausos, ha contado con la ayuda del "teleprompter", un mecanismo que permite leer el discurso en pantallas transparentes situadas a ambos lados del orador, sin tener que bajar la mirada hacia el atril.

Con el "aplausómetro"a reventar, en su alocución ha llegado a establecer un peculiar diálogo con los suyos en el que cada uno de sus anuncios, mensajes y reflexiones era objeto de gran ovación.

Y de otras cosas, porque cuando ha anunciado que mañana lunes será recibido en el Palacio de la Moncloa por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha escuchado un abucheo al que el líder socialista ha apostillado: "Mira que tenéis ganas".

La foto final, la de la unidad que cualquier partido espera conseguir cuando culmina un congreso, ha tenido como banda sonora la Internacional, cantada por todos, muchos puño en alto y con el semblante emocionado.