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Los datos positivos van a seguir

La Razón
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Los economistas somos pasto de los números y las estadísticas; me van a permitir que yo las utilice poco, por no decir nada. Seguro que este periódico les dará muchos datos, con muchos números yo prefiero hablar de sensaciones o situaciones pero sin números.

Voy primero con lo que más nos preocupa a todos: el empleo. La EPA ha cambiado el rumbo de los datos, ya no hay destrucción de empleo y más desocupados; se ha frenado e incluso se ha revertido. El lunes tendremos los datos de empleo del INEM, los parados registrados; no soy capaz de decir si estaremos ya por debajo en desempleo que hace un año, pero tengo la esperanza que sí, que al menos sino estamos por debajo, pues estaremos ya muy próximos. Además, en la EPA hay un dato que hay que destacar: por primera vez contratos indefinidos y temporales comienzan a igualarse. Sí, ya sabemos que siempre podemos decir que el empleo es precario y con salarios más bajos, pero no tendremos un avance en la precariedad hasta que no disminuyan los datos de desempleo y, toquemos madera, parece que la tendencia a cambiado. Autónomos, siempre nos olvidamos y están ahí, luchando contra viento y marea, son ante todo trabajadores. Mejora la actividad por tanto debería comenzar a aumentar su facturación, además comenzarán a ver caer las retenciones de sus facturas.

Impuestos, aquí y después de aprobarse las medidas para rebajarlos, a partir de enero de 2015 nuestro bolsillo tendrá unos eurillos más para gastar y esta cantidad se incrementará aún más en el año 2016. Las cuentas públicas, el desequilibrio de los gastos sobre los ingresos, no permite mayores alegrías. Es el primer paso para que una vez que la economía crezca y rebajemos desempleo pueda haber más rebaja de impuestos y una verdadera reforma fiscal.

Ya que hablamos de crecimiento, pues en este año también aumenta. Lo hemos visto en los datos provisionales y esperemos que continúe; llevamos un año de crecimiento y eso se traslada a mayor consumo y también mayor empleo. Cuánto tiempo llevábamos penando, pero por fin la economía crece. Además los índices de confianza, los que nos hacen prever el comportamiento futuro parecen indicar que vamos a continuar con datos positivos.

La riqueza de las familias, muy golpeadas, también parecen recuperarse. Por una parte debemos menos; por otra, los activos, especialmente la bolsa, sube. Baja la prima de riesgo cuando la comparamos con Alemania, aquel termómetro que nos indicaba hasta hace poco la situación delicadísima de nuestro economía, prácticamente al borde de la intervención, hoy se desvanece. Sí, fue Draghi y su defensa del euro, pero también una subida de impuestos que hemos soportado estoicamente, pero que ha propiciado que los de la troika no entraran como elefante en cacharrería, hemos salvado una intervención como Grecia o la de nuestros sufridos vecinos portugueses.

También la banca; sí, ya sé que existe una cierta animadversión, pero la reforma y las intervenciones han acabado. La factura es muy alta, pero ha acabado. Bankia es nuestra gran esperanza para recuperar parte del enorme coste, los números de esta entidad son también esperanzadores. Pero además comenzamos a registrar una caída de la morosidad, leve, pero caída. Nos puede gustar o no, pero la banca debe estar limpia y saneada; estamos ya muy cerca de terminar la pesadilla. No volverá a haber una alegría de crédito como la que hemos visto, pero poco a poco se van abriendo vías alternativas, necesarias, al préstamo bancario, eso que denominamos «shadow banking» o vías complementarias a los bancos.

El precio de la vivienda todavía no sube, pero los descensos son mucho menores. Todo parece indicar que ya estamos muy cerca del final, de dar la vuelta y de que comencemos a ver unos precios de inmuebles estables o levemente al alza. Pero por favor, no nos lancemos otra vez a comprar casas indiscriminadamente; no hace falta ahora decir que el precio del ladrillo puede bajar, que los efectos son demoledores.

También, y más en estas fechas, muchos más turistas españoles y extranjeros. Esa fuente de riqueza y empleo que es el sector turismo. No tendremos materias primas, pero nuestro sol, nuestras playas, nuestra historia, nuestra cultura son un don que debemos aprovechar. No debemos cejar en mejorar, ser más competitivos, ganar turismos alternativos y estables: convenciones, empresarial, de tercera edad, de ciudades, de calidad. Bendito turismo.

Que España es hoy por hoy uno de los mercados económicos más atractivo para las inversiones nos lo dicen los informes de «shadow banking», pero también el ser el primer país en inversiones finales, no financieras, en Europa, además de estar entre los diez primeros.

Mejoramos, pero no olviden que todavía la recuperación es lenta y llena de peligros, pero llegan las buenas noticias. Felices vacaciones.

* Profesor y coordinador del Dpto. de Investigación del IEB