Política

El desafío independentista

Los elegidos de Mas

La Razón
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Francesc Homs / Consejero de la Presidencia

El multiusos del líder con aires de sucesor

Un colaborador muy estrecho durante mucho tiempo». Así se refirió ayer Artur Mas a Francesc Homs (Vic, 1969) para darle la bienvenida a su Consejo Ejecutivo. La definición de Mas se queda muy corta para lo que realmente significa Homs. Nadie en el Gobierno catalán, al margen del presidente, concentra tanto poder como él, lo que le convierte en el hombre más destacado del círculo de confianza que rodea a Mas, ese círculo («pinyol») que completan Oriol Pujol y Germà Gordó. Homs, que hasta ahora era portavoz de la Generalitat, se convierte en la todopoderosa mano derecha del presidente, ya que a sus tareas de comunicación añade la Consejería de Presidencia (y Asuntos Exteriores). Se coloca, por tanto, en la primerísima línea sucesoria cuando Mas se despida, previsiblemente dentro de cuatro años.

Durante los últimos años, el protagonismo de Homs ha aumentando constantemente. Estando CiU en la oposición, fue el principal negociador del Estatut de su formación. Él fue quien cerró el acuerdo en Cataluña con el PSC en septiembre de 2006, después de cenar en casa de Ernest Maragall y alargar las conversaciones hasta las 4 horas de la madrugada. Tras conquistar la Generalitat, Mas le situó como portavoz y como secretario general de la Presidencia. Él fue quien escribió el guión del pacto fiscal, que acabó con una explosión controlada en el Palacio de la Moncloa.

Ahora da un paso de gigante para ampliar su ámbito de acción sin haber pagado ninguna factura por los errores cometidos durante la campaña electoral, desastrosa de principio a fin. Mas, un hombre que nunca se ha caracterizado por despojarse de la gente que le rodea, no le ha hecho pagar ninguna penitencia a Homs. Al contrario. Le promociona y le sitúa al frente de una tarea, la de Exteriores, que se antoja decisiva dentro de los planes del nuevo Gobierno. Aquí emerge un enorme interrogante y es que Homs no es ningún experto en materia internacional y tan siquiera tiene un dominio fluido de idiomas. Sin embargo, como jurista tiene algunas ideas para proyectar a nivel internacional el «problema catalán». La que ha expresado con más claridad es la de que Cataluña siga el ejemplo de Kosovo, puesto que la comunidad internacional –no toda (España, por ejemplo, se opuso)– acabó reconociendo la independencia del antiguo territorio yugoslavo después de que el Tribunal Internacional de La Haya sentenciara que la declaración de independencia aprobada por el Parlamento kosovar no vulneraba el derecho. Fueron las Naciones Unidas quienes reclamaron este fallo para juzgar el caso. Éste es uno de los caminos que estudia Homs.

Germà Gordó / Consejero de Justicia

Nada escapa a su control

Germà Gordó (La Pobla de Segur, 1963) es de ese tipo de políticos que influyen mucho y se ven poco. Apartado siempre de las cámaras, Gordó fue una pieza clave del anterior Ejecutivo de Artur Mas como secretario del Govern, un cargo que concede tareas de coordinación sobre toda la acción ejecutoria y que, por tanto, otorga toda la información sobre la pesada maquinaria de la Generalitat. Gordó lleva más de una década con importantes cargos políticos, pero siempre los ha ejercido entre bambalinas, en segundo plano. Fue gerente de Convergència Democràtica desde el año 2004, desde donde sirvió fielmente a Mas, que era líder del partido desde hacía poco. Luego, cuando el líder consiguió acceder a la presidencia de la Generalitat, reclamó de inmediato la presencia de Gordó, que siempre ha formado parte de su estrecho núcleo de confianza junto a Oriol Pujol, Francesc Homs y David Madí (retirado de la política). Prácticamente nada ha escapado a su control desde un puesto como el de secretario de Govern, que tiene acceso a todos los departamentos. Ahora, su misión será dar la batalla como consejero de Justicia para que la consulta de autodeterminación no descarrile. Le espera un sinfín de pulsos judiciales con el Estado en un camino muy incierto. Gordó, que tiene tres hijos, está casado con Roser Bach, magistrada en excedencia de la Audiencia de Barcelona y directora de la Escuela Judicial, que tiene su sede en Vallvidrera (Barcelona). El nuevo consejero es abogado, diplomado en Estudios Europeos por la Universidad de Grenoble (Francia), diplomado en Función Gerencial de Administraciones Públicas por Esade y diplomado en Liderazgo de Organizaciones Públicas por IESE.