El desafío independentista
Los empresarios catalanes convierten a Montoro en su principal interlocutor
Los empresarios catalanes han convertido al Ministerio de Hacienda en su principal interlocutor. Han tenido que abrir una línea permanente de diálogo para buscar respuestas a sus problemas de liquidez, ante la falta de soluciones por parte de la Generalitat de Cataluña. La quiebra financiera del Gobierno de Artur Mas le ha colocado en un segundo plano ante la patronal catalana, que mira hacia Madrid en busca de ayudas para sus necesidades más inmediatas, vía iniciativas como el Plan de Proveedores. Otros 2.200 millones de euros necesita Cataluña para atender facturas sin pagar. Los empresarios llaman a Hacienda y vienen también a Madrid, y lo mismo hace con discreción el consejero de Economía y Hacienda, Andreu Mas-Colell. En las últimas fechas ha tenido una larga conversación con el ministro Montoro.
Estos datos confirman que la Generalitat sigue negociando bajo cuerda con el Gobierno para resolver sus problemas financieros al margen de la tensión política que Artur Mas alimenta. Ahí están iniciativas recientes como el informe sobre los supuestos incumplimientos y deudas del Estado con Cataluña.Nada más hacerse público este informe, con datos de lo más variopintos, Hacienda anunció que preparaba una réplica que daría a conocer en cuanto la tuviera redactada.
El Ministerio ha ido dando largas a la publicidad de esta respuesta, aunque al mismo tiempo desde hace semanas sostienen que las cifras de esa réplica están ya recopiladas. Las razones del aplazamiento son puramente políticas. El Gobierno se ha embarcado en una nueva estrategia de aproximación a la Generalitat para reforzar el diálogo institucional. Esto exige dejar a un lado los desplantes de las últimas fechas y no entrar en las «provocaciones» de Mas, explican en Moncloa.
Ayer, en TVE, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, confirmó que Hacienda no redactará un «contrainforme» sobre los supuestos agravios del Gobierno central con Cataluña hasta que «el conjunto de la parte catalana se ponga de acuerdo». Beteta recordó que después de que la Generalitat cifrase en 9.376 millones de euros la deuda del Estado con Cataluña, el presidente de la comisión bilateral, Josep Antoni Duran Lleida, «dijo que no le constaba esa cifra». «El señor Duran dijo que él creía que eran 700 y pico millones, y al día siguiente el Gobierno de la Generalitat le dijo que había deudas y deudas», enfatizó. Beteta defendió que una deuda es un concepto vencido, líquido y exigible, así que si no es ni una cosa ni la otra, «será una reclamación moral pero no una deuda».
En esta argumentación justificó la decisión del Gobierno de esperar a ver «cómo la parte catalana termina por concretar y definir» sus reclamaciones. Reconoció, eso sí, que ya han estudiado pormenorizadamente los conceptos incluidos en los 51 folios del documento. Pero él no opinará hasta que lo haga «el conjunto del Ministerio».
En cualquier caso, entre el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) y el Plan de Pago a Proveedores, Cataluña ha percibido ya casi 21.000 millones del Estado.
«Gestiono un fracaso»
En los últimos tiempos, existe un descontento creciente entre el empresariado catalán por la deriva independentista de Mas. Tal y como publicó LA RAZÓN la semana pasada, varios empresarios han tenido reuniones con el presidente del Gobierno y con su entorno para pedir que se recupere el diálogo. La situación es tal que el conseller de Presidencia, Francesc Homs, llegó a decir a un empresario: «Estoy convencido de que gestiono un fracaso».
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