Política

Ministerio de Justicia

Los jueces creen que Dolores Delgado no supera el «filtro de exigencia»

Consideran que ha perdido ya la «credibilidad» y «confianza» que debe generar en la sociedad.

La ministra Dolores Delgado, ayer en el Congreso. Foto: Javier Fdez.-Largo
La ministra Dolores Delgado, ayer en el Congreso. Foto: Javier Fdez.-Largolarazon

Consideran que ha perdido ya la «credibilidad» y «confianza» que debe generar en la sociedad.

Las últimas grabaciones difundidas sobre la ministra de Justicia, Dolores Delgado, en la comida, en octubre de 2009, con el comisario Villarejo, donde estaba presente igualmente el ex juez Baltasar Garzón, han causado un profundo malestar en gran parte del colectivo judicial, que consideran que una representante de la Fiscalía, donde desempeñaba entonces su trabajo, no puede realizar comentarios como los relativos a que jueces del Tribunal Supremo y miembros de la Fiscalía General del Estado habrían estado con menores de edad durante un viaje de trabajo a Cartagena de Indias (Colombia). También entre no pocos vocales del Consejo General del Poder Judicial esas frases causaron igualmente malestar.

Así, magistrados consultados por este periódico, que pidieron mantener el anonimato, coincidieron en que las grabaciones de ayer son «un palo más en la rueda» de la ministra, la cual comienza a estar en una situación «más que comprometida y casi se puede decir que está amortizada». Uno de ellos señaló que las expresiones de Delgado «sonaron a que lo que dice no eran cosas casuales y, desde luego, no parece que fueran meros cotilleos ni que se hubiese inventado lo que dice».

Otro magistrado calificó esas manifestaciones de «más que desafortunadas y tabernarias, que causan un profundo daño a la Justicia y resta credibilidad no sólo a quien las pronunció, sino a la imagen de la Institución, de la Justicia, de la Fiscalía».

En este punto, incidió en que los cargos públicos deben contar con la confianza de la sociedad, «y está claro que ese tipo de manifestaciones, aunque se hayan realizado en un ámbito privado, inciden muy negativamente en la credibilidad y confianza que genera en la sociedad».

Por ello, se entiende en parte del sector judicial que la situación de Dolores Delgado es más que complicada al frente de Justicia; sobre todo, se sostiene al respecto, porque el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, situó el listón de «expectativas en lo que se refiere a honorabilidad, que esas expresiones –las vertidas por la hoy ministra de Justicia–, que en otro momento se calificaría de “zafias o desafortunadas”, ahora no superan ese nivel de exigencia que el propio presidente del Gobierno ha puesto».

La conclusión a la que llega otro de los magistrados consultados es que su situación «es más que complicada, porque en estos momentos ha perdido ya toda credibilidad en la sociedad y cuando se llega a este punto...».

Una vez conocidas las grabaciones, el CGPJ constató que Dolores Delgado no había participado en ningún curso de formación denominado Aula Iberoamericana organizado por el propio Consejo en Cartagena de Indias (Colombia) entre el periodo 2001-2009. Sin embargo, fuentes de este órgano recordaron que en esos cursos participa también la Agencia Española de Cooperación Internacional del Desarrollo, y que ésta trabaja igualmente en materia de Justicia con otras instituciones al margen del CGPJ.

Denigrar el prestigio de jueces

Precisamente, en algunos vocales del Consejo tambien las expresiones de Dolores Delgado causaron malestar, fundamentalmente porque «parece una forma impropia de denigrar el prestigio de jueces y fiscales con una acusación infundada ante un individuo turbio –Villarejo– que sólo podía utilizar esa noticia inconcreta para chantajear o presionar a los profesionales cn la amenaza de lesionar su prestigio». Y la conclusión es que «alguien así es una persona que no merece ostentar la alta responsabilidad propia de un fiscal».

La UPF, a la que pertenecía Delgado, salió en su apoyo y criticó las grabaciones con Villarejo, porque además de suponer una «intromisión en la vida íntima» de una peronas no cuentan con «garantía alguna» de veracidad.