Referéndum en Reino Unido

Los Lores piden apoyar el desafío catalán como venganza por Gibraltar

May bromea sobre el símil con las Malvinas y lo califica de «absolutamente sin sentido».

Íñigo Méndez de Vigo, Alfonso Dastis y Ana Pastor conversan durante un desayuno informativo organizado por «Cinco Días», ayer en Madrid
Íñigo Méndez de Vigo, Alfonso Dastis y Ana Pastor conversan durante un desayuno informativo organizado por «Cinco Días», ayer en Madridlarazon

May bromea sobre el símil con las Malvinas y lo califica de «absolutamente sin sentido».

La tensión entre Londres y Madrid sobre la cuestión de Gibraltar en las negociaciones del Brexit subió ayer a otro nivel después de que Lord Norman Tebbit, perteneciente al ala más conservadora del partido de Theresa May, sugiriera a la premier británica recibir a los líderes independentistas catalanes para hacer ver a España que está «jugando con fuego». «Si yo estuviera en el Número 10, creo que haría saber a Madrid que me planteo invitar a líderes del movimiento independentista catalán o incluso que estoy pensando en llevar a Naciones Unidas su deseo de independencia», escribió en una columna publicada en el conservador «The Daily Telegraph».

Tebbit, que fue titular de Empleo en los tiempos de Margaret Thatcher y que ha sido un firme defensor del Brexit, acusa a España de «vanidad» y señala que «los catalanes son distintos a los españoles», ya que se trata de «un pueblo que mira hacia el exterior y hacia el Atlántico que hace mil años ya negociaba con Gales y Cornualles». Sus comentarios fueron publicados tan sólo un día después de que el antiguo líder conservador, Lord Michael Howard, sugiriera que la postura de May sería tan firme con Gibraltar como lo fue Thatcher con las Malvinas, al enviar en 1982 una fuerza militar para defenderlas de Argentina.

Cuando los periodistas le preguntaron ayer a la premier sobre la posibilidad de que el Reino Unido vaya a la guerra contra España a causa de la disputa sobre Gibraltar, ésta se echó a reír. Los reporteros que la acompañaban en el avión que la dirigía de viaje oficial a Jordania, le dijeron, tomando prestada una frase usada por Winston Churchill, que si el enfoque del Reino Unido debería ser descrito como «risa, risa» en vez de «guerra, guerra». Y la premier optó por la primera opción calificando en tono jocoso los comentarios bélicos de «absolutamente sin sentido». «Lo que estamos haciendo con todos los países de la Unión Europea es sentarnos a hablar. Vamos a hablar con ellos sobre cómo lograr el mejor acuerdo posible para el Reino Unido y para otros países, incluido España», dijo tras repetir que la política británica sobre Gibraltar «no ha cambiado, ni lo hará».

Las mismas palabras, en definitiva, utilizadas ayer por el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, a su llegada a Bruselas para la reunión con sus homólogos de la UE. «La soberanía de Gibraltar no ha cambiado y no va a cambiar y no puede cambiar sin el apoyo y consentimiento expreso del pueblo de Gibraltar y de Reino Unido y esto no va a cambiar», aseguró.

Desde que la UE revelara la semana pasada que España podrá vetar la aplicación a Gibraltar del pacto entre los Veintisiete y Londres, los comentarios más polémicos al respecto han venido de «tories» que no sólo no pertenecen al gabinete del Ejecutivo de May sino que ni tan siquiera están en la Cámara de los Comunes. Y en este sentido, las opiniones de lores del ala más conservadora están haciendo un flaco favor a la primera ministra de cara a afrontar las negociaciones del Brexit.

Un portavoz de Downing Street trató ayer de calmar los ánimos asegurando que los lores hablaban «por ellos mismos» no por el Gobierno. «Todo lo que Lord Howard estaba tratando de establecer es nuestra resolución para proteger los derechos de Gibraltar y su soberanía», indicó la misma fuente. En este sentido, el presidente del Comité de Inteligencia y Seguridad del Parlamento británico, Dominic Grieve, calificó de «apocalíptico» sugerir que el Reino Unido estaría dispuesto a ir a la guerra para defender el Peñón.

Por su parte, el ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, aseguró ayer que «pagar» el Brexit con el Peñón supondría permitir a España que se comportara «como un matón», al tiempo que cargó contra el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, al que equiparó con un «marido cornudo» que «paga» con sus hijos la separación de su esposa.