Política

Castilla y León

Los militantes de Cs advirtieron de que el “pucherazo” era posible

Un consejero del partido de Rivera presentó el 1 de febrero una iniciativa para evitar pucherazos como el de Silvia Clemente, que la dirección rechazó al afirmar que el sistema era “infalible”

El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, compareció ayer para informar de que Igea fue el ganador de las primarias en Castilla y León / Efe
El secretario general de Cs, José Manuel Villegas, compareció ayer para informar de que Igea fue el ganador de las primarias en Castilla y León / Efelarazon

Un consejero del partido de Rivera presentó el 1 de febrero una iniciativa para evitar pucherazos como el de Silvia Clemente, que la dirección rechazó al afirmar que el sistema era “infalible”.

El “pucherazo” en la primarias de Ciudadanos en Castilla y León ha causado indignación a lo largo y ancho de los cuadros de la formación naranja en toda España pero difícilmente ha sorprendido a Miguel Ángel Berzal Andrade, miembro del principal órgano de gobierno del partido, el Consejo General. Según ha podido saber LA RAZÓN, Berzal incluyó en el orden del día de la reunión ordinaria del Consejo General de Ciudadanos, celebrada en Madrid el 1 de febrero, una enmienda al reglamento de primarias que, de haber sido aceptada por la cúpula del partido, habría evitado el bochorno que han provocado las irregularidades que han rodeado a las primarias en Castilla y León.

La petición elevada al Consejo General por Berzal, a la que ha tenido acceso este diario, sometía a la consideración de la dirección del partido cuatro medidas encaminadas a «hacer más robusto el sistema de voto telemático». Aunque Berzal, que defendió en persona la propuesta el pasado 1 de febrero, presentó su iniciativa bajo esta premisa, lo cierto es que reconoce a LA RAZÓN que su motivación de fondo era evitar que «un dedo mágico» eligiera súblitamente a un candidato apoyado por Rivera gracias a una cantidad significativa de votos materializados de la nada, es decir, exactamente lo que ha sucedido con Silvia Clemente.

Concretamente fueron cuatro las propuestas que especificó Miguel Ángel Berzal para hacer virtualmente imposible un pucherazo. La primera consiste en que «la contraseña para acceder a ‘‘Espacio Naranja’’ contenga al menos 8 caracteres» y que incluya varios caracteres alfanuméricos que hicieran más difícil que se pudieran hackear las cuentas de los afiliados de Ciudadanos. El segundo de los puntos que se propusieron fue que los datos del afiliado deban ser validados a través de un SMS enviado al móvil de cada votante. Este nivel de seguridad, usual en los portales de internet de los bancos, hace imposible que se suplante la personalidad de los afiliados de Ciudadanos y que desde un solo ordenador se puedan emitir más de un voto.

La tercera de las sugerencias que Berzal presentó para que se mejorara el sistema de voto telemático consistía en que, tras la votación, cada uno de los líderes de las candidaturas contara con un listado tipo Excel «donde se reflejen las IP de todos los votos emitidos de los candidatos relacionados con la candidatura afectada, así como la hora, minuto y segundo en el que se realizaron cada uno de ellos». Esta medida concretamente hubiera hecho imposible que se «materializaran votos de la nada», explica Berzal. La cuarta de las propuestas consistía en habilitar «un teléfono tipo Call Center» de orientación para los afiliados que necesitaran asistencia para votar telemáticamnete.

Berzal no recuerda si Albert Rivera estaba presente en el Consejo General en el momento en el que presentó su iniciativa pero sí que observó cómo José Manuel Villegas, secretario general de Ciudadanos, le escuchaba atentamente y asentía a todo lo que iba diciendo. El encargado de contestar a Berzal fue, sin embargo, el secretario de Organización, Fran Hervías. Éste realizó una defensa a ultranza del sistema de voto utilizado por el partido calificándolo de «el mejor que hay en el mercado» y de «infalible». Miguel Ángel Berzal asegura a este diario que en aquel momento decidió creer a su secretario de Organización y que él mismo retiró la propuesta, que finalmente no fue sometida a voto.

Y lo cierto es que poco ha cambiado en Ciudadanos a pesar del suceso acaecido en Valladolid porque Villegas realizó ayer una defensa de «la robustez y la transparencia del sistema» que utiliza su partido para los procesos de primarias similar a la que en febrero hizo Hervías. El secretario general del partido aseguró que la «incidencia» se habría detectado y corregido igualmente aunque el candidato perjudicado, Igea, no hubiese presentado un recurso, porque existen una serie de filtros que la habrían puesto de manifiesto. «Estamos orgullosos de esa respuesta ante cualquier posible incidencia», pero ahora «se harán comprobaciones ulteriores para ver qué ha pasado», dijo.

Lo que está claro, sin embargo, es que el sistema de primarias de Ciudadanos ha demostrado sus lagunas. Porque la formación no pudo ayer aclarar desde dónde se emitieron los 82 votos extra que, en un primer momento, decantaron la balanza a favor de Silvia Clemente. Esos votos irregulares apuntalaron su victoria sobre Francisco Igea. Una vez descontados se concretó el vuelco y, tal y como confirmó ayer el propio Villegas, será el diputado el próximo candidato de la formación a la Presidencia de la Junta de Castilla y León.

El lunes negro que vivió ayer el partido, sin embargo, trasciende con mucho las dudas que puedan rodear a partir de ahora al resto de primarias que se celebren. Los detalles en torno al pucherazo han eclipsado de hecho la propia victoria de Igea. El hasta ahora diputado en el Congreso se ha impuesto entre la militancia a pesar de que la dirección del partido, con Rivera y Villegas al frente, había señalado a Clemente como su opción predilecta para los comicios autonómicos. De entre los pesos pesados de la formación naranja, únicamente Luis Garicano, candidato del partido a los comicios europeos, había manifestado su apoyo expreso a Igea. Este primer revés serio a la línea marcada por Rivera abre una grieta en una formación caracterizada por el presidencialismo y la verticalidad en la toma de decisiones. De momento, Cs trató ayer de contener la herida aceptando a Igea como «el candidato de todos».