Los políticos que no lo eran pero quisieron jugar a serlo

Pepu Hernández, Juan José Cortés y Pablo Montesinos ocupan puestos importantes en partidos como PP y PSOE sin haber figurado previamente en el panorama legislativo

Cuando Manuela Carmena apareció en las portadas de los periódicos, en las noticias de los telediarios o en las entrevistas de la radio como una potencial candidata a ocupar la alcaldía de Madrid, más de uno arqueó la ceja, frunció el ceño y acuñó aquello de: “¿pero esta no era jueza?” Manuela Carmena ejerció en la carrera judicial como jueza y fue muy clara, al igual que lo es ahora, sobre la profesión política: “Nunca me he sentido nada política ni me siento ahora. El Ayuntamiento es una tarea en la que ayudas a dirigir tu ciudad. Es un servicio público”. Poco a poco, diferentes esferas sociales se están integrando en este sector (en el sector de todos, al fin y al cabo), como pueden ser el deporte, la televisión o la prensa. A decir verdad, ¿a quién no le extrañó lo de Pepu Hernández en el PSOE?

El deporte, un enclave concurrido

El deporte es uno de los campos más prolíficos de donde más políticos han brotado. Así, por ejemplo, Pepu Hernández, reputado ex entrenador de Estudiantes, Joventut y de la Selección Española (con quien se proclamó campeón del mundo), competirá en las primarias del PSOE para ejercer como regidor en Madrid y disputarle el puesto a la previamente mencionada Manuela Carmena. El afín de Pedro Sánchez al equipo madrileño (él jugó allí durante su juventud) y su nunca escondido apoyo a la figura (“Tengo derecho a posicionarme”) le valió a Pepu Hernández la candidatura a la regencia del Ayuntamiento logrando un 64,28% de los votos de la militancia.

Algo similar ocurrió con Javier Imbroda. También ex selecionador de baloncesto que militó en Unicaja, Real Madrid o en la Selección, además de doctor en Investigación e Innovación Educativa, su conocimiento en sectores tan complementarios como el deporte y la educación le avalaron como consejero de Educación y Deportes en Andalucía, en el nuevo gobierno en coalición de Partido Popular, Ciudadanos y Vox. Comenzó a caminar en política con el Partido Popular en el Ayuntamiento de Málaga para luego encabezar la candidatura de Málaga por Ciudadanos en las elecciones del pasado 2 de diciembre. Finalmente, logró la consejería que tan bien le casaba por su trayectoria tanto profesional como educativa.

Y Ruth Beitia, aunque saltó alto, muy alto en el PP de Cantabria, no logró uno de los objetivos más ambiciosos de su carrera: la presidencia de Cantabria. Figuró diez años como política, y ocho como diputada regional en su comunidad natal. Su designación como candidata a las autonómicas de Cantabria fue una elección puramente deliberada de Pablo Casado, y tan sólo 15 días después de ello, ella misma renunció a tal disposición alegando “motivos estrictamente personales y familiares”. Sin duda, el deporte nunca escatimó en alcance político.

La prensa quiso dejar de contar para protagonizar

El periodismo siempre ha sido un azote de los partidos, de las (in)decisiones y de los protagonistas. Ya desde tiempos de Mariano José de Larra se utilizaban los Artículos para criticar las costumbres españolas y evolucionar hasta criticar a los dirigentes. Pero, ¿y si las tornas cambiaran y los que un día fueron críticos hoy ejercen como tal?

Telecinco ha sido cuna de ministros socialistas, aunque hayan contado con un periplo efímero: tan sólo seis días ejerció como Ministro de Cultura de Pedro Sánchez Màxim Huerta, quien fuera tertuliano del programa de Ana Rosa Quintana. Su sanción de Hacienda en 2006 y la ratificación de esta por parte de los juzgados le forzaron a abandonar el cargo.

Pablo Montesinos, el periodista y colaborador de varias tertulias y debates, anunció que Pablo Casado contaba con él como candidato de su partido por la ciudad de Málaga. Sin embargo, él no es un afiliado y encabeza la lista como figura independiente. Tomó la decisión porque confiaba en el proyecto de Casado y porque, además, cree que en los “momentos complejos hay que dar un paso al frente”. Mañana se espera un acto en Málaga del periodista junto con el presidente del PP, el presidente popular andaluz, Juanma Moreno, y el alcalde de la localidad malacitana, Francisco de la Torre.

A Pilar Rahola hace ya mucho tiempo que se la desvinculó de la política, pero no de la prensa política: ex diputada de las Cortes Generales en Barcelona desde 1993 hasta el año 2000, ejerció como militante y dirigente de ERC, pero con el paso del tiempo se tornó algo crítica con su antiguo partido. Hacia el año 1996 fundó el Partit per la Independència, pero su estrepitoso fracaso tras no obtener representación le llevó a retomar la pluma y el papel de manera tangencial.

De la pantalla a la silla

Algunos actores o presentadores de diferentes series de televisión y programas también cambiaron su carrera artística por la entrega a la ciudadanía. Numerosos han sido los casos; en Ciudadanos, por ejemplo, Toni Cantó apareció en Todo sobre mi madre, el filme de Almodóvar que catapultó a Penélope Cruz a un lugar prestigioso (no fue su primer papel como chica Almodóvar, sin embargo; fue en Carne Trémula) y en Siete Vidas, la sitcom española que ocupó durante siete años el espacio de Telecinco; ahora es diputado por Valencia en la formación naranja y candidato a la presidencia de la Generalitat por su partido. Félix Álvarez, más conocido como Felisuco, saltó a la fama por presentar A tu lado, de Telecinco, o por trabajar en El informal, de la misma cadena; ahora ejerce como diputado en las Cortes Generales por Cantabria.

Un caso paradigmático es Juan José Cortés: el padre de Mariluz, la niña asesinada en el año 2008, ha participado en numerosos debates televisivos reivindicando la masacre sufrida por su hija. Ahora se ha confirmado que será cabeza de lista por Huelva en el Partido Popular.

Que la política es de todos es algo que se lleva argumentando desde hace cientos, miles de años. Por eso, a día de hoy apenas sorprende que salten tantas celebridades a este ámbito y traten de hacer del mundo un lugar mejor. Otra cosa es que lo consigan.