
Exteriores
Macron esquiva la foto que sí se hicieron los Reyes en Tiananmen
España pagó el «peaje» de la ofrenda floral para agradar al régimen chino durante la visita de Estado de hace un mes

La primera visita de los Reyes a China, que se produjo hace un mes, tuvo una antesala complicada por diversos motivos. El empeño del Gobierno en que se realizara como fuera antes de que acabara este 2025 pese a los enormes problemas de agenda denotaba una urgencia extrema. Hubo incluso quien propuso que se «moviera» algún otro compromiso de esos que están atornillados en el calendario desde hace décadas. La enorme diferencia entre los estilos diplomáticos de ambos países, sumada a la gran carga política de un contexto global desquiciado como el actual, hacía que cundiera la inquietud.
Uno de los actos de Felipe VI y Doña Letizia en Pekín, segunda y última parada después de aterrizar en la ciudad de Chengdu, levantó una controversia que se ha demostrado legítima. Se trata de la ofrenda floral que los Reyes hicieron frente al Monumento a los Caídos, en la plaza de Tiananmen. Este monolito fue construido en la década de los 50 del siglo XX para honrar a los «héroes del pueblo» que perdieron la vida en las sucesivas revoluciones, pero la plaza en sí se recuerda por la represión de estudiantes en 1989. Para el régimen chino aquellas manifestaciones no existen, así que muchos líderes occidentales se niegan a tomar parte en una ceremonia que blanquearía de alguna forma el olvido del régimen.
Juan Carlos I lo evitó
El gesto que tuvieron los Reyes el pasado 12 de noviembre había sido evitado antes por el propio Don Juan Carlos en sus visitas de 1995 y 2007. Huelga decir que la agenda real la decide el Gobierno, que es quien diseña la política exterior española, y no la Casa del Rey. Sin embargo, durante la estancia de Don Felipe y Doña Letizia en Pekín, fuentes oficiales quisieron dar carta de naturaleza a dicha foto aludiendo a que otros reyes y presidentes ya se la habían hecho antes, lo cual es cierto. Como si se tratara de un paso casi obligado o de una acción carente de significado político, lo cual no lo es tanto.
La semana pasada, el presidente francés, Emmanuel Macron, realizó una visita de Estado a China. Hubo desfile militar frente al Gran Palacio del Pueblo, himnos y revista a las tropas, pero ni ofrenda floral ni imagen frente al monolito de Tiananmen. Según fuentes diplomáticas, «cuando los jefes de Estado de EEUU , Japón o los grandes de Europa como Francia, Reino Unido o Alemania van a China la práctica habitual es negociar que ese acto no tenga lugar, precisamente porque desde un punto de vista occidental se interpreta como “legitimar la narrativa china”».
Otros expertos consultados por este periódico señalan que este «peaje» que pagó España tiene contrapartidas para nuestras empresas, cuya vida no es precisamente fácil a la hora de negociar con China. «Pekín siempre lleva la cuenta», añaden. El acercamiento del Gobierno de Sánchez al régimen de Xi Jinping tras la vuelta de Trump a la Casa Blanca se ha consolidado sin duda con esta primera visita de los Reyes, que estuvieron acompañados de un nutrido grupo de empresarios y del ministro de Economía, Carlos Cuerpo.
Primer "retorno" de la visita
Uno de estos primeros «retornos» acaba de producirse con la crisis porcina. Normalmente, la Aduana china prohibiría la entrada de toda la carne de cerdo española, un mercado de más de 1.000 millones de euros. Pero durante la visita real se firmó un acuerdo de «regionalización» de la gestión de enfermedades ganaderas, lo cual significa que solo se restringirán importaciones de ciertos lugares.
La diferencia de autonomía entre Francia y España a la hora de pactar un viaje de Estado se explicaría, según un veterano diplomático, por el lugar que ocupa cada país en el mundo. "Francia tiene mayor margen de maniobra por muchas razones, empezando por ser miembro permanente del Consejo de Seguridad. Además, Macron ha asumido un especial protagonismo contra la invasión rusa de Ucrania, y es consciente de que el apoyo chino es esencial para el esfuerzo bélico ruso. Incluir una nota discordante en su visita a China es una manera indirecta de trasladar su descontento con la posición china en Ucrania", explica esta fuente que pide mantener el aninimato.
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