Terrorismo

Marlaska no informó a los portavoces de la fuga del peligroso camionero yihadista

Las Fuerzas de Seguridad han redoblado su búsqueda desde que desapareció el pasado 27 de septiembre

Captura del vídeo que el camionero grabó antes de su última detención
Captura del vídeo que el camionero grabó antes de su última detenciónLa Razón

Las Fuerzas de Seguridad han redoblado la búsqueda del camionero yihadista Allal el Mourabit Ahammarb, considerado como un elemento peligroso, que el pasado 27 de septiembre decidió desprenderse de la pulsera telemática con la que se le vigilaba, cuando se encontraba en un parque público de Vitoria.

Según todos los indicios, por razones que se desconocen, decidió pasar a la más absoluta clandestinidad, ya que dejó en su domicilio la documentación personal, teléfono móvil y tarjetas de crédito, elementos que siempre sirven para rastrear la pista de un individuo. Fuentes antiterroristas trabajan con la hipótesis de que haya huido a Marruecos, para lo que precisaría de una documentación falsa y, por lo tanto, con el apoyo de elementos externos, lo que hace su desaparición aún más inquietante. El ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, no informó a los portavoces de los grupos parlamentarios de esta huida pese al evidente riesgo que supone para la seguridad nacional, según fuentes de los asistentes a la sesión.

Este individuo se quitó la pulsera telemática que se le había asignado con el fin de mantener un control sobre el mismo y la dejó en el parque Salburúa de Vitoria. La pulsera fue encontrada por agentes de las Fuerzas de Seguridad y se puso en marcha un dispositivo para su localización.

Este tipo de pulseras evitan un seguimiento permanente del individuo que las porta y sí el control de que no rebasa ciertos límites territoriales (salir de Vitoria); no se acerca a personas y, como al parecer, se da en este caso, a locutorios con los que conectarse por vía telemática o conducir camiones. El hecho de dejarla en un parque hizo pensar que permanecía en el mismo, sin ningún tipo de actividad. Lo que parece claro, es que había preparado minuciosamente su fuga.

Para este individuo, recuerdan las mismas fuentes, su máxima aspiración era integrarse en Daesh (Isis, Estado Islámico) o, alternativamente, emprender una acción suicida.

Durante sus seguimientos y detenciones, pocas veces se ha enfrentado el Servicio de Información de la Guardia Civil (SIGC) con un caso similar. Saber, por sus investigaciones, que estaban ante un individuo potencialmente peligroso por yihadismo, que, además, conducía, un camión de gran tonelaje por España y fuera de nuestro país. Tuvieron que detenerlo hasta en tres ocasiones. Durante los periodos de libertad, el SIGC se vio obligado a desplegar un equipo de seguimiento e intervención permanente de 50 efectivos, con el coste que supone. Todo ello para garantizar la seguridad de los ciudadanos. Ahora, se halla en ignorado paradero.

La víspera de su último arresto había colgado, en plan desafiante, un vídeo en el que daba a entender que sabía que iba a ser detenido de nuevo, ya que el jefe de su empresa, que le ha mantenido en el puesto en los periodos en que ha estado en libertad, le había pedido que volviera urgentemente a la base sólo con la cabeza tractora. Aprovechaba para arremeter contra la sociedad española, las Fuerzas de Seguridad del Estado y decir que era un inocente perseguido injustamente

La primera detención fue en Irún en noviembre de 2016. La Guardia Civil le arrestó cuando regresaba con su vehículo de Alemania. Ya se sabía que mantenía contactos con miembros de Daesh en Siria. Ingresó en prisión, pero no estuvo mucho tiempo, ya que, en julio de 2019, los agentes del SIGC tuvieron que volver a detenerle, esta vez en Pamplona, dado que seguía con su labor en el mundo yihadista con un perfil más radicalizado. Había intentado, hasta en dos ocasiones, en 2014 y 2016, integrarse en Daesh y, para ello, viajó a Turquía.

Marroquí, de 48 años, se dedicaba a administrar varios perfiles y canales en redes sociales, con una fijación en la justificación de los ataques suicidas como medio legítimo de lucha contra occidente. Debía llevar la pulsera telemática como alternativa a ingresar en prisión para cumplir el tiempo de condena que le quedaba, que era de unos meses.