Exteriores
Marruecos ‘se olvida’ de Sánchez mientras premia a Francia con una lluvia millonaria de acuerdos
Rabat agradece con contundencia al país vecino el apoyo a sus tesis en el Sáhara Occidental
Si con el giro español en el Sáhara, hace más de dos años y medio, Marruecos lanzó un inequívoco mensaje a Francia, su más estrecho socio y aliado en la UE, cuando entonces Rabat y París vivían meses de alta tensión, la reciente gira del presidente Emmanuel Macron en el país magrebí dirige un no menos potente foco hacia el Gobierno de Pedro Sánchez. El apoyo expresado por Sánchez en su famosa carta dirigida a Mohamed VI el 14 de marzo de 2022, “España considera que la propuesta marroquí de autonomía presentada en 2007 como la base más seria, creíble y realista para la resolución de este diferendo (sic)”, no basta ya a las autoridades marroquíes. Rabat exigirá pronto más a su socio ibérico.
La mejor manera de demostrarlo ha sido la celeridad y contundencia con la que el Estado marroquí ha agradecido a Francia su apoyo a sus tesis en el Sáhara Occidental, piedra de toque y eje indiscutible de la diplomacia del país magrebí. Un respaldo que París sólo hizo efectivo este verano, concretamente coincidiendo con la Fiesta marroquí del Trono, 30 de julio. La propuesta de autonomía para la excolonia hispana es “la única base para alcanzar una solución política justa, duradera y negociada”, escribió Macron en una carta al soberano alauita con la que emuló a Sánchez, pero yendo más allá que el presidente español. Unos términos en los que se volvió a expresar la semana pasada en Rabat ante los diputados de las dos cámaras del Parlamento (un honor que Sánchez no ha disfrutado en ninguna de sus tres visitas desde el deshielo con Marruecos): “El presente y el futuro del Sáhara se inscriben en la soberanía marroquí”.
Y si el agradecimiento marroquí se ha manifestado con la prosa propia de ocasiones como la reciente visita oficial -la primera en casi seis años a Rabat- del presidente Macron al país norteafricano, sobre todo se ha plasmado con hechos contantes y sonantes. Ambas administraciones anunciaron acuerdos bilaterales en las más diversas materias -hasta 22- por valor de 10.000 millones de euros (lo que contrasta con la vaguedad de los firmados entre los gobiernos de Marruecos y España en abril de 2022 y febrero de 2023). Por ejemplo, la visita de tres días del mandatario francés (del 28 al 30 de septiembre) ha servido para anunciar la adjudicación por parte de la administración marroquí del contrato para la compra de 18 trenes de alta velocidad para el tramo Kenitra-Marrakech a la empresa francesa Alstom. Una operación de 1.800 millones de euros en la que competían las firmas
españolas CAF y Talgo, entre otras. Al llevarse la palma en tan suculento contrato -que contará con el apoyo del Tesoro francés con un préstamo concesional para financiar el tramo-, Marruecos ha puesto de relieve que su antigua metrópoli vuelve a ser su favorita. A juicio del director general de la oficina nacional ferroviaria marroquí (ONCF, por sus siglas en francés), Mohamed Rabie Khlie, la oferta francesa era “más competitiva” que la presentada por las citadas dos sociedades españolas. Sin embargo, la instrucción desde hace meses en los principales ministerios y empresas públicas marroquíes era clara: “Prioridad a las candidaturas españolas para las grandes obras y proyectos”, según ha podido saber este periódico. A pesar de la prometedora nueva etapa y hoja de ruta y celebración conjunta del Mundial 2030, ya sabemos que no será siempre así.
“Así es como funcionan las relaciones internacionales. Y nuestro Gobierno no está para un juego de este nivel”, explica lacónico un alto funcionario español con experiencia en Rabat. Aunque una empresa francesa se ha hecho con la mayor parte de la tarta del pastel del tren de alta velocidad, “parte de los trabajos será subcontratada a empresas españolas”, augura la misma fuente.
Lo cierto es que, a pesar de su apoyo a Marruecos, en un cambio de posición histórico en las relaciones hispano-magrebíes, el Gobierno de España no puede presumir de un balance demasiado brillante en sus relaciones con Rabat. Además de la decepción de la alta velocidad, el Gobierno sigue aguardando que Marruecos dé luz verde -como reconocía en una reciente entrevista el ministro de Exteriores José Manuel Albares, toda vez que no hay del lado español escollos técnicos desde comienzos de 2023- a la apertura de las aduanas comerciales de Ceuta y Melilla -que llevan camino de los dos años esperando- vean la luz. Con todo, aunque Marruecos ha evitado hacer un reconocimiento expreso de la españolidad de las ciudades autónomas, el mayor logro del Ejecutivo español en estos dos años y medio largos ha sido la sólida cooperación de Rabat en el control de la inmigración irregular en las fronteras de Ceuta y Melilla.
Tampoco las dos administraciones han avanzado en la delimitación de las aguas territoriales entre Canarias -recientemente el presidente canario Fernando Clavijo hacía en Rabat una “asunción” expresa de la postura de Sánchez sobre el Sáhara- y Marruecos. Además, a pesar del buen momento diplomático que viven las dos administraciones, Marruecos celebró en la primavera y el verano maniobras militares navales en aguas saharauis cercanas a Canarias que entonces inquietaron al Ejecutivo presidido por Clavijo.
Igualmente, el idilio con Marruecos no ha impedido que el aeropuerto internacional de Casablanca se haya convertido este año, sobre todo en sendos picos de enero y agosto, en el punto de partida de decenas de ciudadanos de países del África occidental -entre otros- que de manera continuada aprovecharon la escala en el aeropuerto de Madrid-Barajas para solicitar asilo en España. Un hecho que provocó el colapso, sobre todo el pasado mes de enero, en las salas habilitadas al efecto en el aeródromo de la capital y obligó a Interior a exigir visados de tránsito a los mauritanos.
Por otra parte, la reciente decisión del Tribunal de Justicia de la UE de anular definitivamente los acuerdos comerciales y de pesca suscritos en 2019 entre Rabat y Bruselas castigará a los profesionales de la pesca españoles. Marruecos ya ha avisado de la prolongación de un “prometedor” y viejo acuerdo pesquero firmado con Rusia.
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