Política

El desafío independentista

Mas acelera la secesión

Participantes en la cumbre.
Participantes en la cumbre.larazon

Artur Mas activó ayer la segunda fase del proceso soberanista con el propósito de involucrar a partir de ahora a «todo tipo de entidades» en el viaje hacia la consulta. El president citó en el Palau de la Generalitat a los partidos favorables al derecho a decidir (CiU, ERC, ICV y CUP) y a representantes del mundo local para celebrar una cumbre que, en realidad, no sirvió para proyectar un mensaje de unidad. Al contrario. Después de dos horas de reunión, lo único que logró Mas es descolgar al PSC, que advirtió de que abandonará todo este proceso si el Govern sigue actuando «sin neutralidad» y prefigurando que hay una mayoría de catalanes favorable a la independencia.

Los representantes de CiU abordaron la cumbre con un temor, el de dar una imagen equivocada a la sociedad por estar demasiado pendientes del proyecto soberanista y demasiado poco del mayor problema del momento, la crisis económica y sus estragos sociales. De ahí el esfuerzo de los nacionalistas por tratar de ligar ambas cuestiones. «Son dos caras de la misma moneda», dijo el portavoz parlamentario de CiU, Jordi Turull. Pero PSC e ICV tenían muy claro que éste debía ser el principal frente de ataque. «Dice el presidente de la Generalitat que quiere implicar a la sociedad civil; pues que empiece pagando lo que debe a las entidades del tercer sector», le aconsejó el primer secretario del PSC, Pere Navarro, que salió muy encendido ante los medios de comunicación.

El Govern, sin embargo, realizó un sorprendente balance de la cumbre. «Ha sido muy positivo», dijo el portavoz de la Generalitat y consejero de Presidencia, Francesc Homs, tras haber auspiciado una reunión con escasos contenidos. «Entramos sin un orden del día y salimos sin plan de trabajo», resumió el coordinador general de ICV, Joan Herrera, que también puso el acento en las urgencias de la sociedad en contraste con la obsesión por la autodeterminación.

Pero la Generalitat tenía claro que había que dar brillo al encuentro y distribuyó un documento de apenas un folio y medio que, aparentemente, sustancia las bases del futuro «pacto nacional por el derecho a decidir». Definirlo como un compendio de enunciados genéricos sobre democracia, participación y derecho a decidir sería bastante exacto. «Es un documento que no dice nada», resumió Navarro. Y, ciertamente, es imposible listar cuáles son estas bases del derecho a decidir.

El aval de Esquerra

Mas, al menos, tuvo el consuelo de que el presidente de ERC, Oriol Junqueras, salió de la reunión sin realizar ninguna crítica, puesto que se limitó a dejar de manifiesto que el momento actual de recesión es «un reto gigantesco» y el proceso soberanista, «una oportunidad extraordinaria». Y nada más tuvo que añadir Junqueras, que entró y salió del Palau de la Generalitat sin arañar al president.

Los representantes del mundo local pasaron sin pena ni gloria por la cumbre. Únicamente acudieron a hacerse la foto y a escuchar, pero evitaron hablar en público. Fuera de los micrófonos, la delegación socialista mostró su indignación con ellos porque «ni uno solo ha abierto la boca para decir que la Generalitat adeuda muchísimo dinero a las corporaciones locales».

Con esta cumbre, el proceso soberanista continúa su aceleración aunque el destino final continúa siendo un interrogante. El pleno de esta semana en el Parlament servirá para poner en marcha una nueva comisión relacionada con el derecho a decidir. Los organismos relacionados con este proceso están multiplicados y hay quien considera que ya hay demasiados. Pero Mas no está dispuesto a volar por los aires ninguno de ellos. Ni el consejo asesor de la transición nacional ni comisión alguna. Únicamente ofrece incorporar propuestas a estos órganos para hacerlos más plurales.

A pesar de que la reunión no proyectó la imagen de unidad que Mas buscaba, el consejero de la Presidencia halló la forma de felicitarse: «Hay una mayoría clara a favor del derecho a decidir. Y hay otro elemento concreto de esta reunión que es abrir el proceso a la sociedad catalana, porque un proceso de estas características requiere abrir la reunión a las entidades».

Homs persistió en el discurso que los nacionalistas vienen usando desde que comenzó la legislatura y es que la salida de esta crisis pasa por la construcción de estructuras de Estado antes de que Cataluña logre la plena soberanía. Sólo así, dotándose de estos instrumentos, argumentó el consejero de la Presidencia, los catalanes lograrán disponer de la riqueza que generan.