Política

Barcelona

Mas cree que España rechaza la consulta porque «no ha superado la Guerra Civil»

El presidente catalán sostiene que «no hay manera de evitar la votación»

Artur Mas ayer, en su primera comparecencia del año
Artur Mas ayer, en su primera comparecencia del añolarazon

Artur Mas inició ayer el año político en Cataluña de la misma manera que acabó el pasado, abanderando la consulta independentista y defendiéndola a capa y espada pese a las críticas que suscita por fracturar a la sociedad catalana. «Lo que provoca una ruptura de la convivencia es no poder votar. ¡Que estamos en el siglo XXI, no en la Guerra Civil!», dijo Mas en una réplica al ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz.

El president compareció en la sala de prensa del Palau de la Generalitat ante un inédito fondo de color azul –asociado tradicionalmente a la confianza– con una tonalidad eléctrica. Es el color corporativo que Mas ha escogido en este «año de conmemoraciones y simbolismos». Desde la Generalitat se proyectarán los fastos oficiales derivados del tricentenario de 1714 (año en que Barcelona cayó a manos de las tropas borbónicas) y también se organizarán actos para conmemorar el 100 aniversario de la Mancomunitat de Cataluña. Todo ello para crear el clima propicio en un año dominado por la consulta sobre la independencia.

A pesar de que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha garantizado con toda rotundidad que «la consulta no se va a celebrar», Mas sostuvo lo contrario. «Espero que se entienda que cuando un pueblo quiere votar no hay manera de evitarlo», dijo el president, que se comprometió a convocar la consulta «dentro de algún marco legal». «Si España hubiera superado sus demonios de hace tiempo, la consulta sería perfectamente posible», criticó el líder nacionalista.

Una de las dudas que suscita esta votación es cómo logrará el Govern un censo electoral, una competencia estatal, sobre todo después de que el PP haya advertido de que sus ayuntamientos no colaborarán ofreciendo datos de sus padrones municipales. Crítico con la actitud del PP, Mas advirtió a la presidenta del PP catalán, Alícia Sánchez-Camacho, de que no ofrecer desde los ayuntamientos en manos de los populares los datos del censo para una eventual consulta sería cometer «una ilegalidad como una catedral».

Mas enumeró siete grandes ejes que pretende impulsar a lo largo de este año. El primero, por supuesto, la consulta, la cual impulsará gobernando solo o en compañía. Después de fracasar varias veces en su proyecto de gobernar en coalición junto a ERC, el president, que ha cogido aire tras pactar la pregunta de la consulta, dice ahora que no tiene «una posición definida al ciento por ciento». «Me lo voy a tomar sin prisas. Al principio de la legislatura pensaba que era mejor un gobierno de coalición. Es una opción que no he descartado, pero debo decir que el Govern se siente fuerte y estable», aseguró.

El giro del líder nacionalista se puede interpretar de dos maneras. La primera es que sus conversaciones con Junqueras no fructifican y Mas ha decidido disfrazar su incapacidad para atraer a ERC. La segunda es que confía en rentabilizar, de una vez por todas, el proyecto de consulta después de que, hasta ahora, sólo se haya beneficiado Esquerra, según las encuestas.

Esta segunda lectura enlaza con lo que Mas denomina «un cambio de rasante». El president auguró que en 2014 no únicamente se reducirá la tasa de paro (un dato que va a la baja, entre otros motivos, porque hay desempleados que ya no se registran tras agotar su subsidio), sino que se producirá una creación neta de empleo.

El líder nacionalista cree que el Govern conseguirá algún rédito de la salida de la crisis que se vislumbra levemente, sobre todo tras varios años de lo que él llama «sacrificios para sanear las finanzas de la Generalitat».

Difícilmente, en cambio, podrá obtener algún beneficio de su obra legislativa hasta el momento. Mas quiso hacer balance del año 2013 y uno de los anexos que distribuyó a los periodistas, titulado «Agenda legislativa», dejó en evidencia la escasísima actividad de la Generalitat, ya que sólo logrado aprobar una ley en el Parlament, la destinada a aplicar una nueva tasa a las transacciones patrimoniales.

Los recortes

El president también se presentó ayer como un adalid de las políticas sociales e incluso presumió de dirigir el gobierno que más recursos ha destinado al bienestar en los últimos años pese a los multimillonarios tijeretazos en salud, educación y enseñanza. Mas aseguró, en todo caso, que no habrá nuevos recortes en los Presupuestos de la Generalitat que aprobará el Parlament este mes.

Respecto a su masivo envío de cartas a jefes de Estado, Mas explicó que ya ha recibido algunas respuestas de los mandatarios de los países de la UE sobre la consulta, aunque subrayó que no espera de ellos un «posicionamiento» concreto del proceso, sino que sólo quería informar.

Dos semanas para pactar coaliciones

A cinco meses de las elecciones europeas, ERC y CiU no tienen claro todavía si se presentarán juntas en defensa de una coalición soberanista o no. Artur Mas avanzó ayer que la cuestión deberá resolverse, como mucho, en las dos próximas semanas. Las últimas informaciones indicaban que Esquerra se había desdicho de ir junto a CiU, pero ayer el president de la Generalitat dejó la cuestión abierta. El principal «handicap» es que partidos como Unió y ERC no quieres ir de la mano. De pactar una coalición soberanista, debería deshacerse la federación, Unió y Convergència.