Política

El desafío independentista

Mas despide el año reclamando que Cataluña «decida su futuro»

La Razón
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El proceso de autodeterminación ocupa de forma muy mayoritaria el espacio público en Cataluña. Lo impregna casi todo. Así se demuestra en cada uno de los pasos que da Artur Mas desde que volvió a ser investido presidente de la Generalitat. Ayer, en el tradicional mensaje de fin de año, se refirió de nuevo al anhelo del Estado propio para Cataluña. «Muchos desearíamos una Cataluña que pueda ejercer su plena libertad y que toda la ciudadanía pueda decidir libremente su futuro como nación», dijo después de referirse a los graves problemas que atraviesa la comunidad catalana. «Deseamos una Cataluña próspera, capaz de generar riqueza, bienestar y trabajo; una Cataluña capaz de reforzar la cohesión de su sociedad», afirmó el titular de la Generalitat, que calificó la situación socio-económica de «angustiosa». «Sé que las dificultades no se vencen con resignación, sino con espíritu de superación; que los obstáculos no se salvan con falta de empuje, sino con determinación; y que los retos no se superan con indiferencia, sino con compromiso y con pasión», argumentó para demostrar que nada le va a mover del objetivo de llamar a los catalanes a las urnas para ejercer el derecho a la autodeterminación. En todo caso, quiso ligarlo al de la prosperidad social. «No hay proyecto nacional sin proyecto social y no hay proyecto social sin proyecto nacional», aseguró Mas, y añadió que «bienestar y justicia, junto a las libertades nacionales» ha sido, es y será «la lucha de tantas y tantas generaciones de catalanes para el futuro de este país». Por otra parte, el presidente de la Generalitat quiso referirse a las recientes elecciones que supusieron un severo varapalo para CiU, pero Mas lo pasó por alto e hizo otra interpretación. «Comprobamos que tenemos un país comprometido y muy vivo; un país diverso, plural, consciente del momento e ilusionado con el futuro», afirmó en alusión a la fragmentación del voto. Siguiendo con el análisis electoral, el líder nacionalista opinó que la alta participación que se registró, de más del 70 por ciento, fue «un signo claro de vitalidad y de compromiso, y de madurez democrática», que, a su entender, evidencia que los catalanes quieren ser «protagonistas» de su destino «como pueblo y como sociedad, y cada uno de nosotros es un eslabón de una cadena que tiene todo el sentido si estamos todos».