El desafío independentista
Mas rebaja el tono soberanista y se abre a la vía constitucional
Artur Mas no planea renunciar por el momento a su proyecto soberanista, pero ayer se abrió a explorar la vía de la reforma constitucional para dar acomodo a las aspiraciones catalanistas. Así lo dijo ayer durante la sesión inaugural de la XXIX Reunión del Círculo de Economía, que cada año se celebra en Sitges y que cada año acoge la versión más moderada del líder de CiU. Ante un público compuesto por empresarios, el presidente de la Generalitat templó sus reivindicaciones independentistas –sin renegar de ellas– y se ofreció a un gran consenso con PP y PSOE, a pesar de que sospecha que los grandes partidos españoles no tienen la menor intención de modificar la Carta Magna para resolver las tensiones territoriales en España.
En todo caso, Mas se esforzó por sintonizar con el Círculo de Economía –el lobby financiero más prestigioso de Cataluña–, que esta misma semana abogó por una reforma constitucional para dar respuesta a un sistema institucional agotado. «Quiero ver si es real la posibilidad de refundar el Estado. Si lo es, colaboraré», se comprometió el presidente de la Generalitat tras rememorar la última conversación que tuvo con el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Sin embargo, el líder de CiU está convencido de que «la refundación del Estado no es posible en estos momentos» y advirtió de que, entretanto, no está permanecerá de «brazos cruzados» mientras se ataca el marco de competencias de Cataluña. «Antes de quedarnos de brazos cruzados, arrodillados y con la cabeza gacha tenemos que hacer algo», dijo Mas para justificar su proyecto soberanista. «Ante la actual desmembración de nuestro autogobierno el mejor camino es construir un proyecto propio», sentenció, aunque, de inmediato, aseguró que esto no equivale a una «independencia de facto».
El verdadero sueño de Mas, dijo, sería versionar los Estados Unidos en Europa. De esta manera, renunciaría a que Cataluña fuera un estado independiente, ya que su ambición en el caso de trasladar la vía norteamericana sería la de ser una suerte de Massachussets. Para eso, la Unión Europea debería dotarse de un proyecto verdaderamente federal, algo que no se intuye, ya que el club de los 27 sigue funcionando como una suma de estados con intereses individuales.
A lo largo de su exposición, el presidente de la Generalitat dedicó bastante tiempo a analizar el objetivo de déficit autonómico, un asunto esencial porque está provocando un gran pulso entre el Gobierno y entre todas las comunidades. «Esto es un espectáculo absurdo y el Estado debería comportarse con madurez», dijo Mas antes de criticar «las peleas por unas cuantas migajas» que ofrece el Gobierno en forma de más décimas de déficit.
En este punto, el líder de CiU recibió el valioso apoyo del presidente del Círculo de Economía, Josep Piqué, que defendió el déficit asimétrico. Parece «lógico» que Cataluña lo pida, dijo Piqué, porque es una comunidad históricamente solidaria. Echado este capote, el ex ministro reclamó a Mas que se esfuerce para lograr consensos.
✕
Accede a tu cuenta para comentar