«Me siguen desde hace dos años y temo por mi integridad física»

Fue espiada en una comida con la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. Ahora, María Victoria Álvarez, la ex novia de Jordi Pujol Jr., dice sentirse «perseguida» y «espiada desde hace dos años», lo que le hace sospechar que «todas» sus comunicaciones «están intervenidas».

Fue espiada en una comida con la presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho. Ahora, María Victoria Álvarez, la ex novia de Jordi Pujol Jr., dice sentirse «perseguida» y «espiada desde hace dos años», lo que le hace sospechar que «todas» sus comunicaciones «están intervenidas». En declaraciones a Antena 3, esta economista de 47 años aseguró ayer vivir «encerrada» en casa y temer por su «integridad física». Puso como ejemplo del «acoso» hacia su persona los «pinchazos en el wifi o el teléfono» –«se corta cada tres minutos, sobre todo cuando hablo de cosas importantes»– y achacó la presión sobre ella a que «hay informaciones que no interesa que salgan».

«Esto es de locos, que te sigan de esta manera», apuntó Álvarez durante la entrevista en su domicilio, en la que dijo que «la mujer o ex mujer» de su antigua pareja la llamó «diciendo que me iba a investigar».

La ex novia de Pujol Ferrusola recordó asimismo el episodio de los billetes de 500 euros que éste supuestamente llevaba a Andorra.

Aseguró además tener «miedo» por la influencia de los Pujol. «Ilimitado no hay nada, pero el poder de la familia Pujol es muy grande. Ha sido un acoso constante», y recordó cómo su ex se mofaba cuando ella le amenazaba con denunciarle, ya que el consejero de Interior en la pasada legislatura, Felipe Puig –ahora responsable de Economía en el Govern de Artur Mas–es amigo suyo «desde el colegio».

En esta línea se pronunció también en una entrevista en Onda Cero en la que María Victoria Álvarez dijo que le parece «aberrante lo que esta haciendo esa familia y no se hace nada», y describía a los Pujol como «cobardes, y los que dicen que Madrid nos roba también son cobardes».

La que fuera pareja del primogénito del ex presidente catalán señaló en «Herrera en la Onda» que no tenía constancia de que se grabara aquella conversación con Sánchez-Camacho, al tiempo que se quejaba de que se está desviando el tema y despierte más interés ella misma que la familia Pujol.

Explicó asimismo el contenido de la declaración que hizo ayer ante el juez de la Audiencia Pablo Ruz y denunció –como ha venido haciendo– que Jordi Pujol Ferrusola no paró de acosarla. Habló una vez más de «miedo» y advertía de que en la conversación con Alicia Sánchez-Camacho se dijeron «cosas muy gordas» que no salen a la luz. Por último, señaló no entender «qué pinta el PSC aquí» cuando le preguntaron sobre las informaciones que vinculan al partido como el que ordenó la grabación y admitía –una vez más– tener «miedo»: «Imagínese que le dicen que llevan dos años siguiéndole y que tienen su vida controlada».