El desafío independentista
Medio PSC mira desde el palco cómo Trias apoya el 9-N
No es que los socialistas catalanes estén en terreno de nadie. Es que es muy difícil saber dónde están. El grupo del PSC protagonizó ayer una insólita escena de protesta en el Pleno del Ayuntamiento de Barcelona durante la votación para dar apoyo a la consulta del 9 de noviembre. Ocho de sus once concejales, hartos de «las formas y la actitud del bloque soberanista», optaron por colocarse como público durante la sesión, y los otros tres –que integran la dirección del grupo– ocuparon sus asientos para rechazar la moción de respaldo al 9-N.
Así las cosas, la iniciativa salió adelante con 21 votos a favor (CiU, ICV, ERC) y 12 en contra (los 9 del PP y los 3 citados del PSC). El texto aprobado en el Ayuntamiento de Barcelona se enmarcó en una ofensiva municipal a nivel de toda Cataluña que se alargará durante toda la semana y que tendrá como resultado que 666 consistorios celebrarán plenos para dar apoyo al 9-N. Sólo ayer ya lo hicieron más de 300.
El texto de la moción ha sido pactado por la Asociación de Municipios por la Independencia (AMI), la Asamblea Catalana de Municipios (ACM), CiU, ERC, ICV y CUP. La iniciativa se ha tomado justo a continuación de la aprobación del Parlament de la ley de consultas y en vísperas de que el presidente de la Generalitat, Artur Mas, firme el decreto de convocatoria del 9-N.
Pero ningún apoyo es tan simbólico como el del Ayuntamiento de Barcelona. Su alcalde, Xavier Trias, entregado por completo a la causa independentista pese a haberla rechazado abiertamente en el pasado, se comprometió durante el pleno de ayer a «garantizar la libertad individual y el proceso democrático, facilitando todos los recursos y herramientas para la consulta». «Tenemos que ir todos juntos, entidades, instituciones y todas aquellas personas que quieren un futuro mejor para nuestro país. Actuar con coraje, inteligencia y una gran cohesión social», manifestó el alcalde, que aseguró que el día de ayer es uno de los días en los que se siente más «orgulloso» de ser el primer edil de Barcelona.
Trias recibió el aplauso de numerosas autoridades presentes en el Ayuntamiento de Barcelona, tales como la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, y la vicepresidenta de la Generalitat, Joana Ortega. Aunque predominaron los cómplices del proceso soberanista, también se escuchó la voz de advertencia del líder municipal del PP, Alberto Fernández. «La consulta del 9 de noviembre es una consulta ilegal. Si el ayuntamiento presta su apoyo se situará fuera de la ley y deberá asumir su responsabilidad», advirtió a Trias, que planea, entre otras cosas, ceder el padrón para la votación. Fernández quiso explicar que con su voto contrario a la moción el PP manifiesta un «Sí/Sí que no es el de su consulta ilegal e independentista, sino un sí a Cataluña y un sí a España».
El portavoz del PSC, Gabriel Colomé, acusó al bloque soberanista de no reservar espacio para quienes como los socialistas defienden una estructura federal para España. Subrayó, además, que el derecho a decidir no existe –en alusión a que no es más que un eufemismo del derecho a la autodeterminación– y que la ley de consultas aprobada en el Parlament «no ampara la pregunta refrendaria del 9 de noviembre» tal y como hacen creer los soberanistas.
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