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Rivera confirma que ha hablado con Rajoy para negociar los Presupuestos

Rajoy habla con Rivera y fijan una reunión para la próxima semana del grupo de seguimiento de su acuerdo de 150 medidas. La consigna del primer Consejo de Ministros es «dialogar mucho, pactar y consensuar mucho»

Mariano Rajoy y Albert Rivera durante la reunión mantenida el pasado mes de febrero
Mariano Rajoy y Albert Rivera durante la reunión mantenida el pasado mes de febrerolarazon

Como ha adelantado hoy LA RAZÓN, el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha mantenido una conversación telefónica con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que le ha trasladado la disposición de Cs para iniciar las negociaciones sobre el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha mantenido una conversación telefónica esta tarde con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en la que le ha trasladado la disposición de Cs para iniciar las negociaciones sobre el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado.

En la conversación, que ha durado unos diez minutos, ambos dirigentes políticos acordaron designar a sus respectivos equipos negociadores esta semana. Asimismo, Rivera ha explicado a Rajoy que Cs quiere materializar en estos presupuestos las reformas contenidas en el acuerdo de investidura, según informan fuentes de la formación naranja.

Aunque Rivera ya tiene designado a su equipo negociador, los nombres de las personas que integrarán estos trabajos se darán a conocer a lo largo de esta semana, una vez que Rajoy traslade a C's los componentes del grupo del Gobierno.

Rivera ha trasladado a Rajoy la disposición de su partido a iniciar las negociaciones en materia presupuestaria cuanto antes y que estas reuniones se pongan en marcha lo más pronto posible.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, dedicó ayer el primer Consejo de Ministros de esta Legislatura al objetivo de que esa reunión se resumiese en el mensaje de que su nuevo Ejecutivo está dispuesto al pacto y al diálogo. Con este discurso se estrenó el nuevo portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, en su primera comparecencia. Fue una reunión de los ministros corta, sin acuerdos, ajustada a los tiempos que dejaban las tomas de posesión en los respectivos ministerios. Una primera toma de contacto «muy grata», según reiteró el portavoz. Y aunque las deliberaciones del Consejo de Ministros son secretas, desde Moncloa sí se contó que los deberes que el presidente del Gobierno había dejado a su Gabinete se ajustaban a dos grandes principios. Por un lado, la obligación de «hablar mucho, dialogar mucho, pactar y consensuar mucho». Pero ese diálogo y la toma de conciencia de los escaños que tienen en el Congreso, que obliga a llegar a acuerdos con la oposición, la ajustó al límite del respeto a la política económica que hasta ahora ha dado «tan buenos resultados en crecimiento y en creación de empleo», a la estabilidad presupuestaria y a las reformas «que han llevado a España a salir de la crisis».

De hecho, Méndez de Vigo centró su exposición inicial en resaltar, precisamente, esta idea de que en economía no caben experimentos, incidiendo en los buenos datos sobre la evolución económica de los informes que presentaron ante el Consejo los ministros de Economía e Industria, Luis de Guindos, y de Hacienda, Cristóbal Montoro. Rajoy empieza a andar en la nueva Legislatura con una primera prueba de fuego económica, revisar las previsiones presupuestarias ante Bruselas, aprobar el techo de gasto y los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2017. Y tiene que encontrar el equilibrio para responder al empuje de la oposición con su cara más negociadora, pero sin que su debilidad parlamentaria afecte a los compromisos de España con Bruselas y a los objetivos de déficit marcados por la Comisión Europea, «que estamos en condiciones de cumplir», según subrayó el portavoz.

Rajoy también trasladó ayer a sus ministros que sus agendas deben empezar ya a ajustarse al reto de cumplir con sus compromisos de investidura, entre ellos la creación inmediata de una subcomisión de Educación en el Parlamento para negociar el pacto por la Educación. Dio instrucciones, asimismo, para convocar el Pacto de Toledo, impulsar el diálogo social y activar la negociación del nuevo modelo de financiación autonómica, para lo que convocará la Conferencia de Presidentes Autonómicos en el Senado. El diálogo tiene el centro en el Parlamento, pero también tendrá que sostenerse en la negociación con las comunidades autónomas, una labor que dirigirá la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, con el apoyo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro.

La mano tendida al diálogo incluye, asimismo, la disposición de Rajoy a reunirse con el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, y de hecho, según anticipó Méndez de Vigo, ya está buscando hueco en su agenda para esa entrevista. «Hablar es siempre bueno, sin apriorismos ni líneas rojas. Un antiguo amigo del Parlamento Europeo decía que cuando uno tiene muchas líneas rojas acaba componiendo la antigua bandera de la URSS», argumentó el portavoz del Ejecutivo y titular también de la cartera de Educación.

Esta invocación del diálogo, convertida en el lema del nuevo Ejecutivo, se materializará, previsiblemente, la próxima semana en una reunión entre el PP y Ciudadanos para dejar constituida la comisión de seguimiento de cumplimiento del pacto de investidura. Han hablado personalmente Mariano Rajoy y Albert Rivera. Desde la formación naranja comunicaron al PP antes de la investidura de Rajoy que querían mantener vivo el grupo de trabajo que constituyeron en agosto con alguna incorporación. Entonces el objetivo fue negociar la agenda de reformas sobre las que sostener su «sí» a la investidura de Rajoy, y ahora se trataría de actualizar ese grupo para convertirlo en una comisión que vigile el cumplimiento de los acuerdos. Por parte del Gobierno también tendrán que revisar su representación para ajustarla al nuevo reparto ministerial. En principio, en el acto no se prevé que estén el jefe del Ejecutivo y el líder de Ciudadanos.

El nuevo Gabinete ha tenido contestación desde la oposición con parecidas críticas. Que si es continuista o si no es visto como una buena base para la negociación. Y en este pulso por ver quién es el responsable del bloqueo, y que se mantendrá previsiblemente durante toda la Legislatura, Moncloa terció con un tono moderado, rehuyendo el cuerpo a cuerpo con el PSOE y Ciudadanos, para sustituirlo por un gesto «de mano tendida» para construir juntos la política que permita cumplir «con el objetivo de alcanzar los 20 millones de empleados en 2020». Méndez de Vigo se dirigió directamente al partido de Albert Rivera para pedirle que entendiera que la presencia en el Gobierno de tres de los interlocutores con los que negociaron el pacto de investidura, Fátima Báñez (Empleo), Dolores Montserrat (Sanidad y Asuntos Sociales) y Álvaro Nadal (Energía), es una prueba del talante negociador del Gobierno.

La canciller alemana, Angela Merkel, ha invitado al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, a una cumbre en Berlín el próximo día 18 con los líderes de EEUU, Barack Obama; Francia, François Hollande; Reino Unido, Theresa May, e Italia, Mateo Renzi, según anunció el Gobierno alemán y confirmó el español. Según el Ejecutivo alemán, la canciller Merkel desea que España haga oír su voz con fuerza en los esfuerzos por garantizar la viabilidad de la Unión Europea, en un momento clave en que el Brexit se sitúa como uno de los retos más importantes que afrontar. La cumbre de Berlín servirá de despedida de Europa del presidente de EEUU, Barack Obama, (las presidenciales se celebrarán el 8 de noviembre) y para Rajoy supone resarcirse de la humillación de ser excluido por estar en funciones de la cita que Merkel, Hollande y Renzi celebraron en la isla italiana de Ventotene en agosto pasado para ir perfilando la hoja de ruta tras la decisión de Reino Unido de abandonar la UE). En la reunión de Berlín está previsto que los líderes hablen de los principales asuntos que copan la agenda internacional, como la guerra de Siria, las relaciones con Rusia o el conflicto en Libia.