La sexta de la democracia
La moción de censura de Vox fracasa y refuerza al Gobierno
Pedro Sánchez consigue una mayoría de respaldo, que supera el bloque de investidura, y el PP se queda en la abstención
La sexta moción de censura de la democracia ha fracasado. En números y en objetivo. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no ha visto su posición comprometida en ningún momento y cierra dos jornadas de debate, en las que le han permitido exhibir la gestión del Ejecutivo y de las que sale reforzado. La moción de censura ha brindado a Moncloa la posibilidad de superar días de profunda división interna en el seno del Gabinete y proyectar una imagen de unidad interna, con el "ticket electoral" entre Sánchez y Yolanda Díaz para mantener la coalición más allá de las elecciones generales de diciembre.
La instrumentalización de la moción de censura por unos y otros ha acabado convertida en el primer mitin de la campaña del 28-M en el que todos los partidos buscan recolocarse. El Congreso de los Diputados ha rechazado hoy la segunda moción de censura planteada por Vox contra el presidente del Gobierno en esta legislatura. La formación sólo contó con el apoyo de sus 52 diputados y el del diputado no adscrito de Ciudadanos. A la "calculada" abstención del PP de Alberto Núñez Feijóo y de los dos diputados de UPN se sumó la oposición del resto del arco parlamentario, 201 votos.
Abascal fijó la línea ideológica de la moción y tendió la mano al PP para "votar juntos" una alternativa contra Sánchez. El líder de Vox se sintió "orgulloso" por haber propiciado la candidatura de Ramón Tamames donde dijo habían conseguido retratar a "uno de los peores gobiernos de la democracia" al tiempo que consideró que el PP va a ser el nuevo aliado del PSOE tras Podemos algo que, confesó, le preocupa porque pide elecciones pero no apoya la moción para que se adelanten.
El PP confirmó su abstención y mantuvo la estrategia que llevan dibujando desde hace meses. Serán las urnas las que “censuren a Sánchez” y no esta moción. Así, la portavoz Cuca Gamarra ha dirigido sus críticas contra Vox, al que ha acusado de dar oxígeno al Gobierno. “Estamos ante un inexplicable regalo al Gobierno”, ha censurado la portavoz en su intervención. “Con la previsible derrota de la moción, el Gobierno podrá exhibir una unidad que no tiene. España contempla atónita muchas censuras de unos ministros a otros". Para los populares, aún no apoyando la moción, Sánchez sí merece ser censurado. "Un presidente nunca mereció tanto ser censurado. Pactó con quien dijo que nunca lo haría y formó una mayoría con quienes afirmó nunca buscaría sus votos. Para pasar pagina al sanchismo es necesario reiterar que no se pueden confundir los deseos con las realidad. Serán las urnas las que dirán no a Sánchez".
En el PSOE, como viene haciendo el Gobierno en las dos jornadas de la intervención, han encarado la moción como una confrontación de modelos. Fuentes gubernamentales aseguran que el pleno ha servido para confirmar que “al otro lado no hay nada” y que la moción les ha permitido transmitir la imagen de gestión. El portavoz Patxi López enumeró los principales logros del Ejecutivo. “ Este es el Gobierno que más ha trabajado por proteger a la gente y por la libertad de la sociedad española, subir el SMI, las pensiones, el ingreso mínimo, las becas, el transporte gratuito, el bono para el alquiler, el bono térmico, etc".
Los morados la afrontaron como un intento de distinguirse del PSOE en un momento claramente preelectoral y han apelado a su socio a que “deje de mirar a su derecha” y “gobierne con políticas de izquierda”. Así, sus portavoces han pedido a la parte socialista del Ejecutivo desbloquear leyes clave como la ley de Vivienda o consenso para reformar la ley del “solo sí es sí” y volver a retomar las negociaciones ante la votación fallida de la derogación de la ley mordaza.
En medio de la batalla por el poder que se acentúa en la izquierda por la conformación del nuevo sujeto político de cara a las elecciones generales, la moción de Vox ha sido el escenario perfecto para la puesta de largo de la candidatura de Yolanda Díaz a los próximos comicios. En tribuna, la vicepresidenta contó con un altavoz de máxima audiencia para presentar su cara más política. Acabó siendo a autoproclamada como “presidenta” por los principales aliados de Sumar; Izquierda Unida, los comunes y Más Madrid ante un silencio atronador por parte de Podemos, que reclama una negociación bilateral antes del lanzamiento de la candidatura que será el próximo 2 de abril. Se dio la circunstancia, que sin quererlo, la plana mayor de Podemos en el Congreso acabó acudiendo a este lanzamiento, que contó con el aval del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Fuentes de Sumar reconocen que hubo interlocución con presidencia a la hora de diseñar el discurso y fuentes gubernamentales reconocen que su discurso recogió “la acción de gobierno”.
Esquerra y Bildu aprovecharon sus intervenciones para presionar todavía más al Gobierno y exigir más «medidas valientes» de cara a la fase final de la legislatura, aunque lo han hecho con distintos tonos. De fondo, todavía quedan leyes importantes, como vivienda o libertad sexual; aunque arrastran el lastre del fiasco de la reforma de la Ley de Seguridad Ciudadana, que ha agitado las aguas en el bloque de investidura.
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