Análisis

La moción que no desgastó al PP

Los expertos sostienen que Vox ha logrado durante unos días estar presente en los medios, a cuenta de fortalecer al PSOE y Yolanda Díaz

Moción de censura al Gobierno presidido por Pedro Sánchez Pérez Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a Ramón Tamames Gómez presentado por VOX
Moción de censura al Gobierno presidido por Pedro Sánchez Pérez Castejón que incluye como candidato a la Presidencia del Gobierno a Ramón Tamames Gómez presentado por VOXAlberto R. RoldánLa Razón

Sin sorpresas. La segunda moción de censura presentada por la formación que dirige Santiago Abascal, en esta ocasión con el independiente Ramón Tamames como candidato, fracasó, tal y como estaba previsto. 53 votos a favor, frente a 201 en contra y 91 abstenciones. La de esta semana, por lo tanto, formará ya parte de las hemerotecas y es la segunda con menos votos a favor, solo por detrás de la anterior presentada por Vox en 2020.

Hace tres años se saldó con la mayor derrota de la serie histórica, ya que Santiago Abascal, que se presentó como candidato, solo cosechó los apoyos de su partido. El otro gran partido de derecha, el entonces PP de Pablo Casado, se desmarcó y votó en contra. En 2018, un empoderado Pedro Sánchez retó a Mariano Rajoy tras la sentencia de la Gurtel, y contra todo pronóstico, triunfó gracias al inesperado apoyo del PNV, partido que tan solo días antes había apoyado las cuentas de los populares. La tercera moción de la democracia fue la que encabezó el entonces líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que contó con la abstención del PSOE, de ahí que no prosperara. La moción de censura contra Felipe González en 1987 solo contó con los votos a favor de Alianza Popular y Unión Valencia. El candidato de Alianza Popular, un entonces desconocido Antonio Hernández Mancha, no contó ni siquiera con los votos de sus socios habituales. Esta figura recogida en la Constitución Española, se estrenó en 1980. Felipe González la presentó contra Adolfo Suárez con el único objetivo de presentarse ante el electorado de cara a los comicios siguientes.

LA RAZÓN analiza con varios expertos la sexta moción de censura de la democracia, presentada a tan solo unos meses de las próximas elecciones generales.

Leopoldo Abad, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad CEU San Pablo, recuerda que la moción de censura es uno de los cauces previstos en nuestra normativa para exigir responsabilidad política al Ejecutivo. De hecho, la propia Constitución, en su Título V, referido a las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales, ya contempla este mecanismo de control parlamentario. El art. 113 de la Carta Magna señala que el Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura. Asimismo, como así ha sido, la moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los diputados (es decir, 35 de los 350 diputados), y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno. En concreto, el candidato Ramón Tamames ha sido el protagonista del debate por su singularidad. « Puede ser destructiva o constructiva», recuerda el experto, que hace hincapié en que tiene como finalidad evitar la inestabilidad política que se produce cuando los grupos de la oposición pueden coaligarse para destruir el Gobierno sin ser, al mismo tiempo, capaces de unirse para formar uno nuevo. Tras la época de Weimar, se pensó en la moción constructiva como medicina para asegurar la estabilidad.

En el caso de esta semana, hemos asistido al esquema opuesto ya que, en ningún momento se barajó la posibilidad de que Tamames ocupara el Palacio de La Moncloa. «El objetivo era derribar todas las mentiras del Gobierno, sin embargo, el candidato ha desvirtuado todo, centrando el debate en su persona». No en vano, tal y como recuerda «el Tamames de 1977 no tiene que ver nada con el Ramón de 2023».- En este sentido, si el candidato hubiera sido de nuevo Abascal, «no hubiera tenido tanta repercusión», opina. Insiste en que, los de Abascal han querido usarla para hacer su primer acto preelectoral de cara a las próximas citas electorales.

Para Manuel Mostaza, director de Asuntos Públicos de ATREVIA, cuando el constituyente genera la figura lo hace para que sea muy difícil que triunfe. De ahí, que considere que su fracaso sea lo previsible. «No tenemos que ser tan naíf. En España, en más de cuarenta años, solo ha triunfado una», dice el experto, que recuerda que cuando un presidente es investido es porque cuenta con una mayoría sólida, de ahí, que se use esta herramienta normalmente para fijar posición. «No diría que ha sido un fracaso tremendo», señala. No obstante, considera que no ha cumplido su objetivo porque « a Tamames, que es una figura muy prestigiosa, le ha costado aguantar un debate de este estilo y se le ha hecho pesado». Añade, además, que el PSOE «la ha utilizado para dar visibilidad a Yolanda Díaz y a su proyecto. Creo que Vox no ha conseguido ninguno de sus objetivos: ni desgastar al PSOE ni desgastar al PP», resume.

Finalmente, Pedro Marfil, profesor en la Universidad Camilo José Cela y miembro directivo de ACOP, es más crítico porque considera que «de todas, la de esta semana fue la más vacía de contenido». Además, según indica, el candidato pronunció un discurso de líder de oposición y no presidencialista, como se esperaba, mientras que el Gobierno, por su parte, tuvo la posibilidad de hacer un balance de su gestión durante tiempo ilimitado. Todos los expertos coinciden en destacar la coherencia y el acierto de los populares, que «dejaron que Vox se quemase solo con esta propuesta». No obstante, alertan de que después de descolgarse de este asunto, los populares no pueden perder el tiempo y necesitan cuanto antes reengancharse a los temas de actualidad.