Política

Cataluña

Moncloa baraja prorrogar las cuentas de Rajoy

Espera aprobar sus Presupuestos, pero si hay bloqueo catalán, tiene un «plan b» para no ir a las urnas.

El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, se reunió ayer en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para abordar asuntos relativos a financiación, deuda e inversiones
El presidente de la Generalitat valenciana, Ximo Puig, se reunió ayer en La Moncloa con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para abordar asuntos relativos a financiación, deuda e inversioneslarazon

Espera aprobar sus Presupuestos, pero si hay bloqueo catalán, tiene un «plan b» para no ir a las urnas.

«Las elecciones las convoca el presidente del Gobierno, no el soberanismo». Esta es la consigna que refieren fuentes oficiales a LA RAZÓN sobre la capacidad desestabilizadora que le confieren al ultimátum de Quim Torra sobre la eventual retirada del apoyo parlamentario al Ejecutivo socialista. En Moncloa exhiben fortaleza ante una amenaza que apenas se ha sostenido en pie 24 horas y que encuadran en la necesidad del presidente de la Generalitat de poner orden interno frente a la presión de los CDR. Ni siquiera sus socios en Madrid la respaldaron ayer abiertamente y esto hace pensar al Ejecutivo que no hará peligrar los avances registrados hasta ahora. No obstante, el Gobierno no quiso quedarse fuera del juego de apariencias que despliega la Generalitat. El martes salió raudo a reaccionar, combinando la contundencia de su negativa a la autodeterminación con la mano tendida al diálogo. Ayer la estrategia era otra e iba un paso más allá: mostrar autonomía respecto al soberanismo, demostrando que un eventual bloqueo desde Cataluña no frustrará los planes del Ejecutivo central. Se trata de no dar a los partidos independentistas, y en concreto a los vaivenes de Puigdemont y Torra, la llave de la gobernabilidad en España.

La «estabilidad en el Congreso de los Diputados» con la que la Generalitat pretende mercadear tiene un efecto inmediato en la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado que se tramitarán en las próximas semanas en sede parlamentaria. La versión oficial hasta ahora era que Sánchez no estaba dispuesto a gobernar con unas cuentas que no fueran las suyas, pero este máximo no va a entrar en contradicción con la vocación del Ejecutivo de seguir en el poder. En Moncloa no quieren elecciones y recuerdan que solo ellos tienen el botón nuclear. «Que no haya presupuestos no implica la disolución de las Cortes», apuntan. La posibilidad de prorrogar las cuentas de Mariano Rajoy es a día de hoy una opción que se baraja por el Ejecutivo para resistir al menos hasta otoño de 2019. Si bien es cierto que no son los que los socialistas hubieran diseñado, sí son más expansivos que los precedentes, dado que, en vísperas de la campaña electoral, el Gobierno del PP se ocupó de regar con fondos a los ayuntamientos y autonomías que se medirán en las urnas el próximo 26 de mayo. «Los Presupuestos dan el marco y luego tú puedes modularlo», comenta un dirigente autonómico, que apunta a la posibilidad de mantener las cuentas actuales y rectificar el destino de algunos fondos atendiendo a las políticas de derechos y libertades que defiende el Gobierno. «No hay nada decidido, pero es una opción que no se puede desechar. Está ahí», puntualizan. De momento, esta prórroga es un «plan b», pues en el Ejecutivo operan con la teoría de que serán capaces de sacar adelante unos presupuestos con sello socialista. Así lo atestiguó ayer el presidente de la Comunidad Valenciana, Ximo Puig, que tras reunirse con Sánchez reconoció que éste está «muy persuadido de que se produzca una aprobación presupuestaria». El Gobierno está «muy determinado», con «una hoja de ruta clara» y no piensa en elecciones al menos hasta otoño de 2019. «El objetivo es estabilizar y avanzar en políticas sociales y de derechos», señalan.