Yihadismo
Unas Navidades con una alerta antiterrorista en máximos
España se suma a los demás países europeos al adoptar medidas de prevención para evitar ataques durante las fiestas
Toda fiesta religiosa de origen cristiano es, por esencia, objetivo del fanatismo yihadista de los musulmanes que pretenden convertir su religión y el libro sagrado, el Corán, en armas de guerra, en una interpretación que en nada que tiene que ver con la realidad. Lo que ocurre este año es que los ataques de Hamas a Israel y la legítima réplica del Estado judío ante el terrorismo, se han convertido en la excusa para cometer atentados como el perpetrado día pasados en París. Su autor, un individuo de origen iraní, no tenía otra justificación que vengar la muerte de palestinos en Gaza. Eso sí. Al grito de “Alá es grande” y tras grabar un vídeo, como ordena el Estado Islámico (Isis, Daesh).
No es de extrañar, por lo tanto, que la comisaria europea de Interior, Ylva Johansson, haya lanzado una alerta a nivel continental sobre el "enorme riesgo" de posibles atentados en la Unión durante las Navidades debido a la polarización en la sociedad europea de la guerra entre Israel y Hamás. "Con la guerra entre Israel y Hamas y la polarización que causa en nuestra sociedad con la próxima temporada navideña, existe un enorme riesgo de ataques terroristas en la Unión Europea como vimos recientemente en París", subrayó.
Las redes sociales que suelen consultar los aspirantes a convertirse en actores, “lobos”, solitarios, están incendiadadas con mensajes de odio. En todo esto, juega un papel relevante Irán, que oficialmente se desmarcó de los ataques de Hamas, pero cuyos dirigentes lanzan un día sí, y el otro también, mensajes contra Israel y de apoyo a Hamas. Llama la atención que ahora nieguen el lema de que a los judíos hay echarlos al mar, su única salida geográfica, tantas veces repetido.
Todo esto, alimentado de forma especial por Isis y Al Qaeda, conforma un ambiente propicio para que el fanatizado de turno decida pasar a la acción y, con lo que tenga a mano, se eche a la calle para acabar con la vida de los “infieles”.
Las grandes concentraciones de público que producen las fiestas navideñas, denominadas por los yihadistas como “objetivos blandos”, son espacios a proteger de forma prioritaria por las Fuerzas de Seguridad. No se tardarán en conocer las instrucciones que, como todos los años, emite la Secretaría de Estado para la Seguridad del Ministerio del Interior con el fin de prevenir cualquier atentado terrorista en estas fiestas.
En la del año pasado, sin estar por medio el ataque de Hamas, ya se hablaba “altos niveles de riesgo de actuaciones terroristas” en España durante las Fiestas Navideñas.
“La inminente celebración de las Fiestas Navideñas-un periodo de especial significado para los ciudadanos, y que comporta, además, una importante y numerosa participación y presencia de éstos en todo tipo de acontecimientos, así como desplazamientos por todo el territorio nacional”, han aconsejado la adopción de una serie de medidas suplementarias de carácter antiterrorista, subrayaba.
Entre otras medidas, se ordenaba el reforzamiento de los dispositivos operativos y las medidas preventivas y de vigilancia y de respuesta antiterrorista, así como los controles aleatorios de vehículos y personas, en todos aquellos lugares en los que pueda tener lugar una alta presencia o tránsito de personas, tales como: las zonas, plazas, paseos y grandes vías comerciales, dada la importante afluencia de ciudadanos que en estas fechas pueden producirse en las mismas; los acontecimientos de ocio, deportivos, religiosos o mercadillos; los edificios, centros o instalaciones emblemáticas con gran presencia de visitantes, o que puedan ser identificados como de especial interés por los elementos terroristas para sus acciones; y, en general, todos aquellos lugares o edificios en los que se prevea la existencia de especiales concentraciones de ciudadanos y que, por ello, puedan ser considerados como potenciales objetivos de sus acciones por los citados elementos terroristas, enfatizaba la comunicación.
Estas medidas –agregaba-- se intensifican en “grandes centros, infraestructuras e intercambiadores de transportes, lo que necesariamente ha de comprender instalaciones y medios de transporte aéreo, terrestre y marítimo, especialmente aquellos que han de soportar una mayor afluencia de ciudadanos y de tráfico”.
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