Memoria Histórica
Un nuevo «Valle de los Caídos» navarro sin la cripta de Mola y Sanjurjo
Los defensores de preservar el Monumento a los Caídos de Pamplona echan en falta «un debate imparcial sobre su significado histórico y artístico»
Los planes para cambiar la fisonomía del Monumento a los Caídos de Pamplona –levantado en memoria de los 4.500 navarros muertos en la Guerra Civil– siguen adelante en una «resignificación» que podría tildarse de banco de pruebas para el Valle de los Caídos, con el que se ha comparado este edificio monumental de la capital navarra, que sorteó una petición de demolición y quedó blindado para un mantenimiento con modificaciones.
Comité de especialistas
Está previsto que desaparezcan elementos de «exaltación franquista» como las arquerías exteriores, las criptas en las que estaban los restos de Mola y Sanjurjo [exhumados en 2016] y los mármoles con inscripciones de Franco.
Un comité compuesto por 14 especialistas será el encargado de proponer los contenidos del futuro centro de memoria que se prevé ubicar en el complejo, y que tendrán como prioridad «incorporar el relato de quiénes fueron los victimarios y cómo se desarrolló esa época de represión y muerte» durante la Guerra Civil y la dictadura franquista, según el Ayuntamiento pamplonica.
La creación del centro obliga a modificar el grado de protección del Monumento a los Caídos, medida a cargo de la Junta de Gobierno del consistorio como paso previo. La decisión se trasladará a la Dirección General de Cultura –Príncipe de Viana–, cuyo informe preceptivo y vinculante completará el proceso.
Los planes los desveló el alcalde de Pamplona, Joseba Asiron, quien aseguró que en el futuro centro de memoria se priorizará «el relato centrado en los victimarios, cómo actuaron y cómo se estructuró la represión durante la Guerra Civil y el posterior régimen franquista». Una visión que «complementará la perspectiva de las víctimas, que se viene recogiendo en los diferentes espacios de memoria y estará perfectamente coordinado con el Instituto de la Memoria de tal modo que resultarán complementarios», en palabras del regidor. De hecho, el director de este Instituto está en el comité de expertos.
A estos planes se opone la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica, que peleó por la declaración del complejo como Bien de Interés Cultural (BIC) y persigue una ley foral que proteja el monumento como patrimonio histórico-artístico «de todos». Su presidente, Javier Campal, rechaza radicalmente a la modificación del enclave y lamenta la «canibalización de los monumentos ajenos».
"Una vergüenza"
En declaraciones a LA RAZÓN, deplora los planes previstos. «Hay que dejar de manipular, de intentar cambiar la historia destruyéndola; es una vergüenza», dice el responsable de la cesión de la Pirámide de los Italianos a la entidad que preside, para su rehabilitación.
Por su parte, Ismael de la Barba, arquitecto de la entidad, cree que «el equipo de 14 supuestos expertos está hipertrofiado de historiadores, filósofos y algún licenciado en Bellas Artes, sobre todo volcados en el espectro museístico».
En opinión de este especialista, «adolece significativamente de la presencia de arquitectos, y es significativo que todos, sin excepción, estén vinculados al mundo de la memoria democrática o a dignificar a los muertos de solo un bando».
Por este motivo, «la sensación es que tan solo se da valor a los contenidos a implantar, convocando a un grupo que blanquee la decisión política y se aleja de establecer un debate imparcial que pueda definir qué pasó realmente y quién estuvo vinculado» con el recinto.
Asegura De la Barba que «no hay intención de establecer un debate también sobre la calidad del monumento». En este sentido, hay una serie de «hechos incuestionables», argumenta, empezando porque se trata de «uno de los pocos ejemplos de arquitectura votiva de la segunda mitad siglo XX, y no solo en España».
La edificación «se encarga a los mejores arquitectos y artistas del momento; todos ellos miembros de la Academia de Bellas Artes, y con una extensa obra en su mayor parte catalogada».
Edificio "emblemático"
En el ámbito urbano de Pamplona, «la presencia en el crecimiento de la ciudad en su segundo ensanche hace del Monumento a los Caídos un edificio emblemático como contrapunto a la plaza del Castillo», incide.
Y, en última instancia, el recinto «tiene un significado histórico y artístico de primera magnitud». Considera el arquitecto que «todos son suficiente méritos para ser catalogado tanto en el listado municipal como en el foral, con un grado muy alto».
La modificación prevista «implica una tramitación que cambie el Plan General de Ordenación Urbana», lo que «además conllevará un recurso en los tribunales».
Por lo tanto, al igual que en el Valle de los Caídos, «existe una sensación de fin de ciclo que impulsa a tomar iniciativas precipitadas y sin las garantías suficientes para ser finalizadas con la intención de poder mantener en los tribunales las decisiones arbitrarias que se están tomando», concluye Ismael de la Barba.