El desafío independentista

Omella sólo hablará de la Constitución

Juan José Omella, en una imagen del pasado mes de junio
Juan José Omella, en una imagen del pasado mes de juniolarazon

Los hombres del Papa en España, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y el de Barcelona, Juan José Omella –nombrados ambos cardenales por Francisco–, fueron llamados el martes a Moncloa por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. En el encuentro se discutió el papel de la Iglesia en el conflicto catalán, después de que la Conferencia Episcopal Española (CEE) en su declaración institucional llamase al «diálogo y a evitar situaciones irreversibles en Cataluña». La postura expresada por el presidente de la CEE, Ricardo Blázquez, no fue bien acogida por todos los miembros del Ejecutivo. No se hizo alusión alguna al apoyo explícito de 400 religiosos catalanes al referéndum ilegal, pese a que el Gobierno había elevado una queja a el Vaticano a través del embajador español.

Al parecer, en el encuentro con Osoro y Omella, Rajoy expresó su preocupación por la postura de estos religiosos rebeldes, que llegaron a colaborar con la ilegalidad al ceder la iglesia de Vilarodona (Tarragona) para hacer un recuento de votos y aprovechó para pedirles apoyo ante este desafío, si bien ninguna de las partes ha confirmado la reunión.

Los arzobispos de Madrid y Barcelona son los cardenales de confianza de Francisco, que según ha podido saber este diario sigue con mucha preocupación el clima de tensión que se vive en Cataluña y conoce la labor mediadora de los obispos. Sobre todo la que respecta a Juan José Omella. Según informó TV3, el arzobispo de Barcelona se reunió ayer con el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, quien le está tentando para que ejerza de mediador junto al abad de Montserrat, Josep María Soler, de convicción independentista, para abrir vías de diálogo con el Ejecutivo de Rajoy. Aunque el arzobispo de Barcelona no ha confirmado este encuentro, aclara que sólo estaría dispuesto a intermediar si la negociación transcurre dentro del marco constitucional. Lo que es innegable es que Juan José Omella es un referente dentro de las voces moderadas en el conflicto catalán. En la homilía de la Mercè apeló al «seny» de los gobernantes para restablecer la concordia en Cataluña y en la jornada del 1-0 condenó la violencia y apeló a «una salida pacífica y democrática». Aunque el vicepresidente del Govern, Oriol Junqueras, que se ha definido en muchas ocasiones creyente católico, ha visto en el cardenal un instrumento de mediación, éste no siempre ha contado con el beneplácito del sector independentista. La última crítica vino a raíz de la misa por las víctimas del atentado de las Ramblas. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, abroncó al obispo porque en su discurso apelase a la unidad, que fuera en castellano y que se refiriese a él y a los consejeros catalanes como autoridades autonómicas.