Política

Crisis en Podemos

Antonio Martín Beaumont: Opa a Iglesias

Es posible que, a esta hora, Pablo Iglesias no sea consciente de la grieta que Íñigo Errejón ha abierto en Podemos.

Antonio Martín Beaumont: Opa a Iglesias
Antonio Martín Beaumont: Opa a Iglesiaslarazon

Es posible que, a esta hora, Pablo Iglesias no sea consciente de la grieta que Íñigo Errejón ha abierto en Podemos.

Es posible que, a esta hora, Pablo Iglesias no sea consciente de la grieta que Íñigo Errejón ha abierto en Podemos. En primer lugar, por la falta de tiempo del que la cúpula del partido dispone para articular una candidatura propia y de garantías para la Comunidad de Madrid, tras la deserción de su antiguo número dos a Más Madrid, la franquicia creada a su medida por Manuela Carmena. Pero, también, por el indudable impacto que la espantada de Íñigo Errejón ha provocado entre dirigentes, militantes y votantes de la formación morada, agravada por el vacío de poder: Iglesias está «off», de baja por paternidad. «Carmena se come a Podemos», resumía un ex dirigente pablista.

Sorpresa para los oficialistas, sin duda. Pero, según me cuentan fuentes bien informadas, para nada en el bando de los «rebeldes», donde, desde hace tiempo, alguien se movía para dar el golpe de gracia al líder. Nada más y nada menos que Tania Sánchez, antigua purgada de la dirección, estrecha colaboradora ahora de Errejón y la persona que ha «facilitado» su aterrizaje a la vera misma de Manuela Carmena como candidato a la Puerta del Sol de Madrid. Oficialmente, ha sido el encaje de Izquierda Unida en las candidaturas madrileñas de Podemos la razón de una puñalada con pocos precedentes en la política española: que un candidato «pata negra» abandone su partido a cuatro meses de las urnas para concurrir con otra marca.

Andalucía abrió el camino a Tania Sánchez, que conoce de su etapa madrileña cómo respiran las bases de esa amalgama de intereses que constituyen Ahora Madrid, Podemos, los Anticapitalistas, Izquierda Unida y colectivos «asimilados». Teresa Rodríguez, la líder de Podemos en Andalucía, que ya olfateaba el daño irreparable que el casoplón de 600.000 euros de Iglesias y Montero había provocado entre los suyos, optó por esconder el logo y la marca de Podemos para paliar los daños. Con escaso éxito. Íñigo y Tania, que llevan meses recorriendo lo que queda de los círculos y los pueblos madrileños, lo vieron pronto. Y la diputada, que conoce muy bien a Iglesias, ha soltado el golpe letal en el momento decisivo. Una OPA a Podemos casi sin tiempo para que su líder contenga la hemorragia. Los dirigentes morados con los que hablo lo reconocen: «En Madrid, Manuela Carmena es una candidata al alza mientras Pablo Iglesias y su “valido” regional, Ramón Espinar, están sumidos en el descrédito».