Partidos Políticos

Operación Aguado: ¿una candidata para Madrid?

Un sector de Ciudadanos del entorno de Albert Rivera apoya una maniobra para que Patricia Reyes haga tándem con Begoña Villacís en la doble candidatura por Madrid en los comicios de 2019

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, e Ignacio Aguado, detrás
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera, e Ignacio Aguado, detráslarazon

Un sector de Ciudadanos del entorno de Albert Rivera apoya una maniobra para que Patricia Reyes haga tándem con Begoña Villacís en la doble candidatura por Madrid en los comicios de 2019.

Los partidos políticos engrasan sus maquinarias electorales. Todos funcionan ya mirando las urnas de 2019, donde se jugarán la primera vuelta de las generales. Esas importantes citas –autonómicas y municipales– pueden ser la consolidación definitiva de Albert Rivera, que aspira a engordar su actual cuenta de resultados a base de atraerse a los desencantados del bipartidismo. El verdadero premio pasa por Madrid, donde andan volcados con la candidatura de Begoña Villacís para competir por la alcaldía de la capital, previo paso por unas primarias en el arranque del próximo año. Naturalmente, el partido naranja se volcará con ella, poniendo a su disposición cualquier recurso para darle la mayor visibilidad posible. Villacís se ha convertido en la referencia a mimar, la gran baza, a diferencia de su tándem en la comunidad madrileña, Ignacio Aguado.

La de Aguado –pocos lo ocultan en Alcalá 253– es la lucha entre un aspirante y su propia imagen. Su retrato es el de un hombre constante, firme en sus ideas, desde luego, pero con dificultades para transmitir emoción a sus votantes. En la comparación con su principal contrincante, la popular y mediática Cristina Cifuentes, enseguida sobresale la falta de carisma de Aguado, lo cual está lejos de ser la mejor carta de presentación para una campaña que promete ser «casa por casa» para el centro derecha. La ausencia de «punch» y la incapacidad de Aguado en estos meses para noquear a un PP madrileño que sufre un auténtico calvario por sus pecados del pasado, han dado vida a otras alternativas, que algunos presentan en Cs como «más apropiadas» para afrontar la cita de 2019. Fuentes solventes naranjas me reconocen el interés por «moverle la silla» a Ignacio Aguado. Según afirman, la operación cuenta con el apoyo decidido de determinados «pesos pesados» del partido –perfectamente identificables por lo demás– próximos a Albert Rivera.

Quienes conocen la intrahistoria saben de los deseos de esos significativos dirigentes de Cs por situar a una mujer contra Cifuentes. En las quinielas, Patricia Reyes, secretaria cuarta de la Mesa del Congreso y responsable de Igualdad de las siglas naranjas. En efecto: ella, junto a la propia Villacís, fue el rostro que acudió en nombre de Rivera a la pasada manifestación del 8-M en Madrid y tuvo que pasar el mal trago de aguantar los insultos y gritos de «¡Fuera la derecha!» o «¡Fuera esquiroles!» por parte de furibundos manifestantes de la izquierda radical. Cs, al igual que el PP, se había desmarcado de la huelga “feminista-anticapitalista”, aunque no así de la marcha. Una postura de difícil explicación, si bien propia de un partido dado a moverse entre mensajes contradictorios y al que, en esta ocasión, pese al habitual olfato de su líder nacional, pilló por sorpresa los fuertes vientos propulsores del feminismo. Tras asistir a los actos institucionales en el Congreso de los Diputados con motivo del Día Internacional de la Mujer, el propio Rivera explicó su posición: “Los que hacen huelga y los que trabajan, seguramente la inmensa mayoría de españoles, compartimos el objetivo de luchar por la libertad y de combatir la desigualdad”. Al tiempo, puso el acento en las políticas de conciliación como la mejor manera de garantizar la plena igualdad entre hombres y mujeres. Sea como fuere, en esa lluviosa tarde madrileña del 8 de marzo, la ausencia de Aguado, de baja por paternidad por el reciente nacimiento de su hijo Guillermo, permitió esa foto juntas de Villacís y Reyes tan anhelada por algunos de los que habitualmente susurran al oído de su jefe de filas.

Patricia Reyes se define en redes sociales como «Madre-Abogada-Canaria nacida en Madrid-Adoro a Capra y a Marx (Groucho)». Se afilió a Cs en 2014. En 2015 fue elegida concejal de Boadilla del Monte en las elecciones municipales, y desde enero de 2016 es diputada en la Cámara Baja. Y, sí, cuenta con poderosos apoyos internos y mediáticos que desearían verla despuntar en Madrid para enviar al averno a un Aguado que está «sobre aviso» desde hace tiempo, según relatan fuentes solventes. Parece que de momento la conspiración, más que un mero ruido, ha sido frenada por el mismísimo Albert Rivera, «poco dispuesto a retirar el apoyo» a Ignacio Aguado.

En el cuartel general del barrio de Ventas trabajan con él como cartel para crecer, consolidar las siglas y mantenerse al menos como determinantes para gobernar en Madrid. Al fin y al cabo, todas las encuestas que manejan les garantizan ascender de los 17 escaños actuales hasta unos codiciados 23. Ahora bien, la lista de Aguado, esto se da por seguro, va a presentar importantes cambios: «Incorporaciones para reforzarla que incluirán “notables” figuras independientes».