"Operación maquillaje" para salvar al soldado Sánchez

El pasado jueves a mediodía, un embajador europeo acreditado en Madrid convoca un almuerzo en la sede de su legación diplomática. Acuden varios agregados de información de otras cancillerías y algunos periodistas. Las noticias llegan en cascada contra el Gobierno de Pedro Sánchez: Bruselas insta a España a recuperar los fondos europeos vinculados a la trama del «caso Koldo».

El Ejecutivo comunitario advierte, por boca de su Comisario de Justicia, Michael McGrath, que el Ministerio de Hacienda español debe justificar el destino de todas las ayudas europeas e insiste en que investigará todos los contratos financiados con fondos de la UE, citando incluso el último escándalo del defenestrado «número dos» del PSOE, Santos Cerdán. El revuelo en el Parlamento Europeo es enorme ante la intervención de la secretaria general del Partido Popular Europeo (PPE), Dolors Montserrat.

Las sombras de la corrupción bajo los nombres de José Luis Ábalos y Santos Cerdán provocan un debate muy broncosobre la situación del Estado de Derecho en España. La popular es tajante: «Pedro Sánchez es el líder de una organización criminal, amaña elecciones internas y paga estos casos con dinero público. Todo ello en cualquier democracia europea se salda con dimisión y elecciones».

Por si fuera poco, durante el ágape diplomático salta otra bomba informativa: la Fiscalía Europea encuentra irregularidades en los contratos de la empresa pública Red.es, que recibió casi diez millones de euros, fue avalada personalmente por la esposa del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, e imputa a su socio y amigo Juan Carlos Barrabés. Un dardo en toda regla, pues el Ministerio Público de la UE estima que hay fondos comunitarios afectados en la causa central contra Begoña Gómez que instruye el juez Juan Carlos Peinado. Otro escándalo, palabras mayores cuando desde Bruselas se estrecha el cerco contra el entorno del jefe del Ejecutivo y líder del PSOE.

La corrupción del "sanchismo"

Los diplomáticos acogen con estupor las noticias: «Se ha puesto en marcha la ‘‘operación maquillaje”», dice uno de ellos. Ironiza en este sentido con las últimas comparecencias de Sánchez, en las que apareció demacrado y altamente maquillado. «Ni así desprende credibilidad», comentan los invitados al almuerzo. Lo cierto es que la corrupción del «sanchismo» invade los despachos comunitarios, y si se demuestra un mal uso de los fondos europeos, puede ser su final. La conclusión en las cancillerías europeas es unánime: Bruselas acorrala a Sánchez.

Es una de las grandes bazas con las que juega el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo. La intervención de Montserrat el miércoles marca un antes y un después. Nunca un miembro de la Eurocámara había sido tan duro como ella. «España está secuestrada por un autócrata», clamó la eurodiputada, al tiempo que exigía en nombre de la Unión Europea su dimisión y convocatoria de elecciones por los escándalos de corrupción que van a más. En las últimas semanas, a través de Montserrat, Feijóo ha contactado con muchos líderes europeos y despliega una gran serenidad con la vista puesta en un fin de ciclo.

Hasta Génova 13 llegan numerosos mensajes de embajadas y organismos de la UE acreditados en Madrid de gran preocupación por la situación española. Además, en los últimos días se han suprimido varios actos públicos del presidente y sus ministros. «Se cuece algo gordo», dicen en el PP. Desde fuentes de la investigación de la UCO les trasladan nuevas informaciones comprometedoras para el propio Sánchez y otros altos cargos.

Las bases del PSOE, agitadas

El viernes fue un día negro. Las imágenes de los agentes de la UCO registrando la sede de Ferraz para clonar el correo electrónico de Santos Cerdán por orden del Tribunal Supremo, junto a su imputación y la de cinco empresarios, supone un golpe muy difícil de encajar. Las bases del partido están agitadas y en los últimos días se han producido movimientos en varias federaciones, entre ellas Madrid, Andalucía y Asturias.

En el PSM, su anterior dirigente, Juan Lobato, ha recibido cientos de llamadas de militantes muy inquietos por la situación. En Andalucía sucede lo mismo con la expresidenta Susana Díaz, ajusticiada en la plaza pública. Y en Asturias, quien fuera desterrada por Cerdán, Adriana Lastra, ha salido a la palestra para recordar cómo fue barrida del mapa por denunciar los «puteríos» y maniobras oscuras de José Luis Ábalos y Santos Cerdán.

Las aguas bajan revueltas en el PSOE y en el entorno de Moncloa admiten que la situación está fuera de control. El impresentable discurso de los «halcones sanchistas» contra la derecha –María Jesús Montero, Félix Bolaños, Óscar Puente o Pilar Alegría– ya no cuela ni por el forro. El partido está desnortado y desmoralizado, reconocen varios dirigentes regionales.

Las alarmas saltaron este fin de semana al llegar la noticia de que un grupo de militantes pretenden impugnar las primarias en las que Pedro Sánchez alcanzó la Secretaría General del PSOE con indicios de fraude, tal como recogen los audios incautados por la UCO a Santos Cerdán sobre papeletas amañadas. «Esta marea solo la para una dimisión», dicen varios dirigentes laminados por el «sanchismo». El presidente, de momento, se mantiene encerrado en La Moncloa a la espera de nuevas informaciones comprometedoras, según fuentes de la investigación.

En medio de esta crisis, su llamada urgente al presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC, Salvador Illa, se interpreta como una voz de auxilio para adoptar decisiones. Entre los barones críticos con peso, como es el caso del presidente de Castilla La-Mancha, Emiliano García-Page, la advertencia es clara: o Sánchez o el PSOE. La resistencia del secretario general aboca a un camino suicida del partido. El dilema está ya sobre la mesa: Salvar al soldado Sánchez o sucumbir el ejército socialista.