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Crisis en el partido

«Operación salvar al PSOE»: un nuevo líder y elecciones en 2026

El Gobierno trata de circunscribir la crisis al partido, pero todos saben que eso va a ser imposible

Los estatutos del PSOE permiten a Sánchez hacer cambios en su Ejecutiva evitando un congreso extraordinario EUROPAPRESS

El PSOE sigue en estado de shock. Pedro Sánchez se ha aislado en Toledo para pensar cuál es la salida a la situación rehuyendo a su núcleo duro en esta crisis, como cuando desapareció de la escena política, o incluso en los últimos días de campaña en las últimas elecciones generales. Él solo, aunque se supone que ha recabado la opinión de los secretarios generales. La militancia se pregunta si el presidente estaba enterado y si aparecerán más grabaciones que impidan limitar los daños a los tres tenores. Y se nota por el estado de ansiedad, incertidumbre y escepticismo.

María Jesús Montero hizo un acto con la agrupación de Écija. Apenas 30 segundos de aplausos tras la intervención de la vicepresidenta y secretaria general de Andalucía. Pocas alegrías. En Vilanova i la Geltrú –Barcelona–, la agrupación celebraba su tradicional «Paella Socialista». En las primarias, Pedro Sánchez arrasó y el voto a Susana Díaz fue más que testimonial. Ambiente de preocupación, aunque con «ganas de tirar para adelante».

El retiro de Sánchez durante cinco días coincidió con el inicio de la campaña a la Generalitat. Se ausentó del primer mitin en Sabadell y cuando apareció su imagen en la pantalla el recinto se vino abajo. Reapareció en la campaña precisamente en un acto en Vilanova i la Geltrú. Ayer, los militantes y el alcalde no ocultaban su preocupación. «Estoy jodido», resumía un alto cargo socialista hoy con responsabilidades internacionales, una definición que se puede generalizar. «Desastre», «horror», «tremendo», eran los calificativos que se podían oír ayer entre altos cargos que siempre han apoyado a Pedro Sánchez.

El Gobierno trata de circunscribir la crisis al partido, pero todos saben que es imposible, porque el Gobierno está noqueado y el propio presidente, chamuscado. El ministro Félix Bolaños descartó el pasado viernes la moción de confianza. «Es el ministro que habla de todo y no sabe de nada», espetaba un alto cargo del PSOE. «Es la solución», apunta otro, para «hacer un cambio ordenado». El secretario general del PSOE reúne hoy a su Ejecutiva. Teóricamente les debe informar de los próximos pasos a seguir.

Sigue siendo el timonel pero en esta ocasión, y por primera vez, no tiene respaldo. Es un líder chamuscado. Por eso, entre los cuadros dirigentes del partido se habla de «salvar al PSOE», no de salvar a Sánchez. De hecho, Montero no citó ni una sola vez la figura del secretario general. En su intervención no hizo ni una referencia a Pedro Sánchez.

Para «salvar al PSOE», muchos apremian a Sánchez a que convoque una moción de confianza. El miércoles tiene sesión de control en el Congreso, un día adecuado para convocarla. Para ello, «debería contactar con los nueve partidos que dan apoyo al Gobierno», para recabar su apoyo. El punto de encuentro de todos es evitar un adelanto electoral, lo que puede ser clave para superar la moción, donde se requiere mayoría simple. Ciertamente, apuntan, «es un riesgo, porque si se pierde se deben convocar automáticamente elecciones, pero eso mismo es la oportunidad».

Sumar necesita tiempo para reorganizarse y hasta Junts no quiere unas elecciones inmediatas porque Aliança Catalana aprieta y algunas encuestas ya los sitúan en 15 diputados en unas autonómicas y les harían perder plumas si se presentasen a las generales.

¿Qué pedirán los socios?, se preguntan. Algunos recuerdan que el PNV le dijo a Rajoy en 2017 que diera un paso al lado. «Eso es lo que pueden pedir, sin duda, pero Pedro debería tomar la iniciativa», afirman fuentes socialistas. ¿Cómo? "Planteando la moción, cambiando todo el Gobierno y adelantando elecciones en el primer semestre de 2026 con otro líder que debería «elegir el partido en un congreso extraordinario».

En definitiva, «dar un paso al lado» para «hacer un cambio ordenado» para coger fuerzas y evitar unas elecciones inmediatas. Los socios podrían aceptar este envite «pero pedirán cosas, y entre ellas una crisis amplia de Gobierno». «Pedro lo debe afrontar porque muchos ministros están tocados con los socios. Unos con unos, otros con otros. Pero la credibilidad y recuperar la iniciativa pasa por un cambio total», apuntan los socialistas que defienden este planteamiento.

Mientras, todos los focos se centrarán hoy en Sánchez. En el partido contienen la respiración y esperan que «el secretario general esté a la altura». No hacer nada, dicen, no es la solución. La moción de confianza será como «la respiración asistida» que necesita el PSOE. Ganar tiempo para que ahora no se celebren elecciones, reestructurar el partido, cambiar el Gobierno y elegir un nuevo líder. No es tarea fácil «pero nos tenemos que mover», sentencian.