Hipotecas

Otras 160.000 ejecuciones hipotecarias a la vista en 2013 y principios de 2014

El elevado paro de 2010 y 2011 anticipa una nueva avalancha este año, según los informes de las consultoras

La Razón
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Los desahucios han puesto nombre y apellidos a la crisis, los de aquellos que han perdido su casa por falta de recursos para pagarla. El Gobierno ha tomado medidas para intentar proteger a los más desfavorecidos y se dispone ahora a profundizar en las mismas para evitar que el drama vaya en aumento. Las perspectivas, a día de hoy, no son muy halagüeñas. Según un estudio de la consultora inmobiliaria Alteba, durante este año y principios del que viene otras 160.000 familias podrían perder su hogar.

El desempleo vuelve a ser, una vez más, la gran amenaza para estos hogares. Desde que se produce el primer impago de una cuota hasta que se procede al desahucio suelen transcurrir de media, si la situación del moroso no mejora y puede saldar la deuda, unos dos años. Y como explica Miguel Ángel Bernal, profesor del Instituto de Estudios Económicos (IEB), «durante los años 2010 y 2011 se dio un repunte importante del desempleo que se va a notar ahora en los desahucios». En 2009, la tasa de paro era del 17,36%. En 2010 superó la barrera psicológica del 20% –20,1%– y en 2011 se colocó en el 21,3 por ciento.

Para la banca, la entrada de más ladrillo en sus balances es un problema relativo. «Todo esto ya lo tienen provisionado, pues desde que se deja de pagar la tercera cuota de un crédito, éste ya se considera moroso y la entidad está obligada a provisionar un porcentaje de lo prestado para cubrirse ante su eventual impago», explica Bernal. Si pueden, sin embargo, tener un efecto secundario muy importante en el deprimido mercado inmobiliario. «Estos pisos, en cuanto estén en manos de la banca, se pondrán a la venta y podrían contribuir a hundir todavía más los precios». Según diversos análisis, las viviendas están todavía un 20 por ciento sobrevaloradas en España y es esta expectativa de una mayor caída de los precios la que, junto a la falta de crédito, ha paralizado las ventas en los últimos años, añaden los expertos.