Exteriores

Otro brindis al sol: España no puede fiscalizar el destino del armamento que sale de Rota y Morón

Militares y diplomáticos se echan las manos a la cabeza por una medida que contradice el Convenio de Cooperación para la Defensa con EE UU

Uno de los B-1B Lancer de la USAF llegando a la base aérea de Morón de la Frontera
Uno de los B-1B Lancer de la USAF llegando a la base aérea de Morón de la FronteraUSAF

Entre las nueve medidas anunciadas ayer por Pedro Sánchez en su ampulosa puesta en escena hay una que destacó sobre las demás; tanto por la imposibilidad de su cumplimiento como por las ampollas que puede levantar al otro lado del charco. Cuando declaró que se iba a «denegar» la entrada en nuestro espacio aéreo de aviones que transporten armamento o que toquen puerto buques que lleven combustible a Israel, todas las miradas se dirigieron a la base naval de Rota (Cádiz) y la aérea de Morón (Sevilla).

¿Sería factible algo así? En los «Pactos de Madrid», firmados en 1953, se permitía la instalación en España de bases militares a cambio de ayuda económica para el régimen de Franco. Ya en 1988 se rubricó el Convenio de Cooperación para la Defensa con EE UU que regulaba el uso de esas bases y cuyo espíritu se ha ido renovando sin tregua. Como Moncloa no ha dicho en ningún momento que tenga pensado modificarlo, el Departamento de Defensa estadounidense seguirá teniendo libertad para no informar del destino final del armamento que transporta desde nuestro país.

EE UU mantiene la misma capacidad en ambas bases, nudos gordianos en el cordón umbilical entre Washington y Tel Aviv y que han seguido funcionando durante toda la guerra en Gaza sin mayor problema. Los aviones norteamericanos han operado con libertad de destino, independientemente de la carga que llevaran a bordo y que sí debe ser comunicada a las autoridades españolas por motivos estrictamente de seguridad.

Armamento nuclear

Preguntado al respecto, el general retirado Juan Montenegro, que sirvió de enlace milotar español en Bruselas para la OTAN y la UE entre 2018 y 2021, contesta a LA RAZÓN: «Es muy complicado, por no decir imposible, de aplicar si pensamos en aeronaves de Estados Unidos. Tenemos los acuerdos de las Bases de Rota y Morón que cumplimos las dos partes. Por ejemplo, existe un pacto tácito sobre armas nucleares; los americanos dicen que no las transportan y nosotros nunca jamás examinamos la carga, ni de los buques ni de los aviones de Estado o militares americanos. Sinceramente, no creo que vayamos a cambiar ahora este acuerdo tácito».

Montenegro tampoco entiende cómo pretenden aterrizar ese real decreto ley que consolide jurídicamente el embargo de armas a Israel. «Tenemos sistemas de armas importantes como los misiles SPIKE, sistemas de guerra electrónica aérea, drones, radios tácticas y otros que provienen de Israel y que habrá que dejar de lado de acuerdo con esta medida. Mención aparte merece el proyecto de vehículos de Artillería lanzacohetes y lanzamisiles, cruciales en los conflictos modernos como hemos visto en la guerra de Ucrania. Íbamos a desarrollar un sistema y una plataforma de origen israelí, ahora nada. Nos quedarían los sistemas americanos de Trump, pero esos tampoco les van a gustar a los socios de gobierno. Se nos van acabando las opciones del mercado mundial».

Desde que el presidente de EE UU volvió a la Casa Blanca el pasado mes de enero, no han cesado las especulaciones sobre que el peligro del distanciamiento de España podría beneficiar a Marruecos, con el que mantienen una alianza militar que no cesa de crecer. Algunos incluso plantearon la posibilidad de que Trump decidiera mover las bases de España al reino de Mohamed VI. Esto, que pertenece en principio al género de la política ficción, podría ir ganando terreno en el mundo real. Fuentes diplomáticas advierten del peligro de que España siga «poniendo piedras en el camino» de Washington y de que siga actuando al margen de la Unión Europea. «Su desprecio por los socios europeos y aliados es total. Actúa unilateralmente, sin concertarse con la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Kaja Kallas, ni con el Consejo de la UE».

El ex general Montenegro cree que en esta guerra quien va ganando puntos sigue siendo Rabat. «Marruecos es, cada día, más aliado de Israel con el enorme beneplácito de Trump. Se está convirtiendo en un socio fiable en la entrada del Mediterráneo. Además, mantienen un fructífero intercambio con la industria de defensa israelí que hasta va a implantar factorías en el país magrebí. Y todo ello dentro de la separación de España de Israel y de Estados Unidos. Atención: el hipotético traslado de las bases a Marruecos puede ser menos hipotético. Estas medidas van acercándolo en el tiempo y sería muy negativo para la Defensa española. No olvidemos la enorme capacidad antimisiles de todo tipo, incluidos los balísticos, de los buques de guerra de EE UU estacionados en Rota».