Castilla-La Mancha
Page se da un baño de masas en la Feria de Albacete mientras prepara su estrategia para el curso político
A día de hoy las filas en el partido regional están cerradas. Su liderazgo en insustituible
“Ir con él es no dar dos pasos seguidos”. Así define uno de sus colaboradores más cercanos la popularidad alcanzada por Emiliano García-Page en los últimos tiempos tras sus sonados encontronazos con Pedro Sánchez. La Feria de Albacete, una de las más populares de España, fue de nuevo el exponente de la situación. Page habla, Page besa, Page abraza, Page da cachetazos cariñosos en los mofletes. Page.
La actividad frenética que desarrolla una feria como la de Albacete tiene hueco, sin embargo, para una figura como la del presidente de Castilla-La Mancha. No pasa inadvertida. La cantidad de selfies y fotografías en grupo que protagonizó durante una mañana darían para varios reportajes gráficos. “Nos lleva con la lengua fuera”, dice otro de los próximos.
Lo cierto es que Page debe compaginar ahora esos baños de masas y popularidad en el mes más festero de la región con la estrategia del curso político que ahora comienza. Primero, en Castilla-La Mancha, claro; pero luego, sin perder el pulso ni el tiempo, también en el partido.
Tras la convocatoria del congreso federal para el próximo mes de noviembre en Sevilla, han saltado las alarmas en algunas de las regiones menos proclives a Pedro Sánchez. Castilla-La Mancha, obviamente, está en el punto de mira. La pregunta es si el presidente del Gobierno presentará batalla al único dirigente de su partido que gobierna con mayoría absoluta. La lógica indicaría que no. Pero ya se sabe que con Pedro Sánchez, todo es posible.
De ahí que quienes conocen bien la figura del presidente de Castilla-La Mancha hablen, piensen y coligen que Emiliano tiene un plan. Y un plan que no tardará mucho en exponer. Después del congreso nacional, vendrán los regionales y ahí se determinará el grado de lucha interna que pudiera haber en el Psoe de Castilla-La Mancha.
Aparentemente, las filas están cerradas, pues todo el mundo sabe que la figura de Emiliano García-Page, a día de hoy, es insustituible. A ver quién es el guapo o guapa que se pone a ganar elecciones en una comunidad autónoma eminentemente conservadora y con un pulso político muy determinado. En cada elección vota una cosa y el castellanomanchego discierne. En generales, vota PP; en autonómicas, Psoe. O más concretamente, Emiliano.
Así las cosas, el grado de incertidumbre, curiosidad y hasta morbo político aumenta. Lo cierto es que Page está centrado ahora en preparar los presupuestos del próximo año para Castilla-La Mancha. Los entregará en el Parlamento en tiempo y forma. Aunque claro, la ausencia de presupuestos generales del Estado también marca el rumbo de las políticas autonómicas. La nueva modalidad de Pedro Sánchez de gobernar sin el Parlamento sorprende hasta las cigarras toledanas o la cardencha manchega. Nuevos líderes, viejos talantes.
La financiación autonómica se ha convertido en el escollo principal que existe ahora mismo entre los dos gobiernos, el central y el autonómico. Aunque la Junta ha presentado esta semana su propio recurso de inconstitucionalidad, a instancias del Consejo Consultivo de la región, contra la ley de amnistía por vulnerar el artículo catorce de la Constitución, que establece que todos los españoles somos iguales ante la ley, la posición se daba por amortizada.
Ahora la batalla se centra en la financiación de los recursos públicos, una línea roja que el Gobierno de Page no quiere que se traspase. El propio consejero de Hacienda, Juan Alfonso Ruiz Molina, ha sido muy claro al respecto en varias entrevistas sobre la materia. “Jamás pensé que mi partido apoyara una propuesta como esta”.
El cupón catalán, como irónicamente lo ha llamado Page en alguna ocasión, será el caballo de batalla central del otoño. “Es más egoísta que socialista”, ha proclamado ya más de una vez. Y es que, de fondo, por más que algunos insistan en que pueda tratarse de una batalla personal o por el poder, hay una verdadera carga ideológica y debate central sobre posiciones políticas.
El viejo concepto de la socialdemocracia está en peligro porque se dará más a quien más tiene en lugar de al que menos. Es ahí donde los próximos a Page quieren entablar el debate de fondo en el partido. El otoño, ahora sí, parece que vendrá caliente.
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