Historia

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Paul Preston: «El Rey hizo posible en la Transición el entendimiento»

El historiador británico es probablemente la persona que mejor conoce la biografía del Rey gracias al estudio que le dedicó hace unos años

Paul Preston es el autor del libro fundamental «Juan Carlos. El Rey de un pueblo»
Paul Preston es el autor del libro fundamental «Juan Carlos. El Rey de un pueblo»larazon

Ayer parecía un día tranquilo para el hispanista británico Paul Preston. Hasta que el teléfono se volvió loco tras conocerse la noticia de la abdicación del Rey. «No para de llamarme la gente», asegurABA desde Londres. Pero eso es consecuencia de ser uno de los principales especialistas en la historia de nuestro país en el siglo XX. En la extena bibliografía sobre Don Juan Carlos, destaca por encima «Juan Carlos I. el Rey de un pueblo». Preston, quien conoció al Rey tras la publicación de su ensayo biográfico, amplió el contenido de su libro condenado a ser un referente estos días.

– La abdicación del Rey, ¿le ha sorprendido o era una noticia esperada?

– Para mí no era una noticia esperada. Le puedo asegurar que me ha cogido por sorpresa. No podía imaginar que fuera a suceder.

– ¿Considera que el Rey abdica cuando debía hacerlo? ¿Ha tardado mucho en abdicar?

– No soy yo la persona adecuada para decir cuándo debía abdicar. Lo que sí veo son razones positivas de esa abdicación, aunque no sé si son las mismas que lo han impulsado para hacerlo.

– ¿Cuáles son esas razones positivas?

–Por un lado, por mucho que digan que no hay un motivo de salud, sospecho que sí lo hay, así como de cansancio. También hay que pensar que si el hijo tendrá la posibilidad de reinar con éxito, tenía que empezar cuanto antes. Si hacemos la comparación con Inglaterra, donde tenemos una monarca más bien anciana y un heredero bien entrado en años, quizá por la estabilidad que hay aquí no importa menos que haya más problemas o saltarse una generación, pero dada la situación en España, esperarse a hacer un traspaso a un heredero muy maduro no era conveniente. Había que hacerlo cuanto antes y eso es lo que ha hecho el Rey con su anuncio.

–¿Es exagerado de definir la abdicación del Rey como el episodio final de la transición?

– Depende. Creo que el nuevo Rey tiene que torear muchos problemas. Será de aquí a un año cuando podamos llegar a conclusiones. Depende mucho, por ejemplo, de la crisis económica que evidentemente no la dirige o la soluciona la Corona, pero parte de la caída de popularidad de la institución se debe a la crisis. Como la Corona es la cúpula de todo el sistema político español, evidentemente parte de la culpa la mancha. Si mejora la situación económica podría favorecer mucho el reinado de Felipe. También habrá que ver cómo se soluciona la cuestión catalana. Es decir, hay tantas incógnitas que decir que hoy es el final de la transición, bueno, de alguna manera lo es, pero podría ser también el final feliz o el menos feliz de un proceso.

– Hay quien ha alegado motivos políticos para la abdicación de Don Juan Carlos.

– No. Creo que sobre todo es la salud y el cansancio, además de darle una nueva posibilidad de futuro a su hijo. ¿Qué hubiera algo a punto de estallar? No lo sé, pero no lo creo.

– ¿Como biógrafo del Rey y especialista en la historia de España del siglo XX se atreve a hacer un balance de lo que ha sido el papel de la monarquía en estas cuatro décadas?

– Como usted sabe, yo no soy monárquico, pero admiro sin contemplaciones el papel que ha tenido Don Juan Carlos, sobre todo en los primeros años, especialmente tras la muerte de Franco, cuando actuó como bisagra entre las fuerzas más moderadas de la izquierda y los más progresistas del franquismo. Hizo posible el entendimiento entre ambos grupos a base de calmar, tranquilizar y controlar las fuerzas armadas franquistas. Es decir facilitó la transición –no me atrevería a decir impulsó, como dicen muchos– por su trabajo a lo largo de 1976 y después de las elecciones de 1977 a base de auténtico coraje, actuó como el bombero de la democracia en una situación muy difícil, de problemas económicos, del terrorismo de ETA, del golpismo... Creo que lo hizo muy bien, culminando con el 23-F que, por cierto, estoy totalmente convencido que esas acusaciones que dicen que él iba detrás del golpe son absurdas.

– Entonces, ¿cuándo podría decirse que concluyó el proceso de la transición española?

– Diría que la transición acabó de alguna manera con las elecciones de octubre de 1982. A partir de ese momento jugó un papel muy importante de rey constitucional, de jefatura del Estado neutral, de un buen embajador del país. Hay que hacer un esfuerzo para entender lo que pasó en estos últimos dos o tres años, quizá cuando el Rey buscaba lo que podríamos llamar el descanso del guerrero. Pero, en general, mi juicio es muy positivo.

– La incógnita es ahora como será la monarquía liderada por Felipe. ¿Le parece que está preparado para asumir la jefatura del Estado? ¿Qué impresión le causa el heredero?

–Mi impresión es que se trata de un hombre muy preparado para esa responsabilidad y lo está desde hace muchos años. Tiene una diferencia quizá con muchos otros monarcas y es que ha habido normalidad en su vida personal, tanto por los esfuerzos de la Reina por mantener un ambiente familiar poco común entre las familias reales. También parece que tiene un matrimonio feliz. Está muy bien educado y formado intelectualmente, habla varios idiomas. Frente al exterior jugará su papel a la perfección. Luego, dentro de España, ya veremos. Creo que el primer problema que le tocará será la cuestión catalana.

– Desde Inglaterra, ¿cómo se ve la situación en España tras la abdicación de Don Juan Carlos?

– De momento, creo que el único que lo está viendo en este país soy yo porque tengo el teléfono al rojo vivo. Bromas aparte, aquí en los medios oficiales y diplomáticos se verá como algo normal. No creo que haya ninguna preocupación, desde luego no más de la que podía haber antes de la abdicación.

– Se lo preguntaba por si la corona británica lo podía considerar como un ejemplo a seguir dada la avanzada edad de la reina de Inglaterra. ¿Cree que se puede establecer algún paralelismo con lo vivido en España?

– Bueno, no lo creo. Aquí no se sabe si lo que habrá será un traspaso o un salto de generaciones. Mi impresión es que la Reina seguirá aquí hasta la muerte o la incapacidad física. Será en ese momento cuando habrá que tomar la decisión si es Carlos el nuevo monarca, aunque ya es bastante mayor y ya tuvimos aquí la experiencia de Eduardo VII que reinó muy poco por esperarse hasta la muerte de su madre, la reina Victoria. Aquí no se sabe lo que pasará en el futuro, pero no hay mucha preocupación.