Ministerio de Defensa

Pedro Argüelles: «La venta de cuarteles e inmuebles se hará por fases»

«Necesitamos financiación por las obligaciones contraídas con los proveedores, no por decisiones de nuevo gasto»

Pedro Argüelles
Pedro Argüelleslarazon

MADRID- Tiene la difícil misión de contentar económicamente a las Fuerzas Armadas. Ellos piden y él, Pedro Argüelles (Madrid, 1950), ha de valorar, negociar y «dar soluciones». No es fácil el trabajo del secretario de Estado de Defensa, y menos con unos presupuestos cada vez más bajos. Ha de echar cuentas para que los recortes no afecten a la seguridad y, por suerte para él, entre sus cometidos ya no está el tomar la dura decisión de derribar o no un avión secuestrado, ahora tarea del ministro. Bastante tiene con hacer malabares con el dinero. Eso sí, confía: «Saldremos adelante».

–¿Se puede recortar más el presupuesto

–El presupuesto ordinario de Defensa es un 30% menor que su punto máximo. Es una bajada muy fuerte. ¿Se puede recortar más? Es difícil, cada vez más difícil, pero no hay razón por la cual no se pueda recortar más. Defensa, con el pPresupuesto que tiene, cumple con sus misiones. Si el Gobierno quiere recortar más en Defensa tendrá que tener en cuenta qué impacto tiene eso sobre las misiones que ahora mismo cumple.

–¿Estamos rozando ya un límite que afecte a la seguridad y la operatividad?

–Hay medidas que se pueden hacer para contrarrestar eso. Los militares son los especialistas en la materia. Saben que están muy cerca de los límites, pero si hay que seguir ayudando a España, Defensa seguirá estando ahí, porque es el Ministerio más leal que existe en el Gobierno de España.

–Cuándo la cúpula militar presenta sus necesidades, como fragatas, vehículos, aviones... ¿tiene que regatear con ellos?

–Las relaciones dentro del Ministerio son estupendas, muy cordiales y muy profesionales. La Secretaría de Estado de Defensa recibe, a través del Estado Mayor de la Defensa, las necesidades para el futuro. Nosotros las estudiamos, las analizamos y las intentamos introducir en la programación. Las soluciones no son siempre «aquí tienes el dinero, sal a la calle y compra». A veces hay que establecer modelos y programas que se prolongan más en el tiempo y que dan algo de flexibilidad.

–Acaba de presentar el plan de reconducción de programas de armamento. ¿Qué supone? ¿Se compró más de lo debido?

–No creo que sea un problema de que España tiene un compromiso que no puede superar. Lo que tiene que hacer es gestionarlo en el tiempo priorizando las necesidades y los objetivos. Los objetivos los hemos modificado. Ya no es tanto la cantidad de armamento, sino la calidad. La innovación ha sido mejorar que lo que se compra sea utilizable de inmediato.

–Habló de necesidades de financiación. ¿Pedirán un crédito?

–De momento hemos cifrado las necesidades financieras que no están cubiertas por el presupuesto. Y en lo que me gustaría llamar la atención es que mediante las negociaciones hemos bajado de 1.500 millones, que era como estaba estimado, a 800.

–¿Qué le diría a aquellos que puedan sentirse molestos si se pide un crédito para armamento? ¿Es tan necesario?

–Son obligaciones contraídas amparadas por contratos firmes, no decisiones de nuevo gasto. Son obligaciones con los proveedores de las cuales el Gobierno no se puede desentender.

–¿Qué destaca de esta reconducción?

–Lo que hemos hecho es, mediante una negociación profunda con las empresas, conseguir meter dentro de la envolvente económica del Gobierno las obligaciones de Defensa. Reducir el impacto del déficit al 60% de lo que estaba previsto y bajar las obligaciones de inversión en Defensa a la mitad son los logros más importantes.

–Hay unidades adquiridas que se exportarán. ¿Hay contactos con algún país?

–Llevará su tiempo y tendrá que ser dentro de un marco de cooperación entre las empresas, los estados que participan en esos consorcios y el Gobierno de España

–¿Qué efectos tendrán esos recortes para la industria? ¿Afectarán a empleos?

–La industria sabe que vive un momento complicado para la Defensa. Sabe que la situación que venía arrastrando desde el año 2010, en la cual no cobraba lo que tenía facturado, era insostenible. La situación que tiene ahora es de sacrificio, nadie lo puede ocultar, nadie puede escaparse a las necesidades de sacrificio que hay hoy en día.

–La modernización de las Fuerzas Armadas, ¿se ralentizará con tanta austeridad?

–España tiene hoy ya todo el equipamiento que le permite tener unas Fuerzas Armadas modernas y bien equipadas. Ahora estamos estableciendo nuevos ritmos de terminación y recomposición de algunos parámetros, pero no se altera nada que sea fundamental para la operatividad.

–La «lista negra» de cuarteles e inmuebles susceptibles de ser vendidos está casi terminada. ¿Hay cifras de qué se va a vender?

–El estudio no está cerrado. Lo que establecerá es un análisis transversal de las más de 1.200 instalaciones militares que están en el catálogo de infraestructuras del Ministerio. Cuando digo transversal quiero decir que afectará a todo tipo de unidades: a las que están en operaciones, a las de soporte, a las de representación institucional, a las dedicadas a la formación y preparación de nuestros cuadros de mando y soldados... Lo que no va a haber es un anuncio inmediato de acciones completas. Lo que habrá es fases. Primero haremos un anuncio de aquellas actuaciones que se pueden poner en marcha de inmediato y luego se irá programando en años sucesivos el resto.

–Hubo un primer informe sobre la propuesta. ¿Cuáles eran sus conclusiones?

–La conclusión es que una buena gestión de los inmuebles puede permitir ahorros muy sustanciales y generar oportunidades de recursos adicionales por la venta de excedentes. Las cifras concretas van a tener que depender de que se cierre el programa y van a estar muy dilatadas en el tiempo.

–¿Cómo se sacarán al mercado?

–La Dirección General de Infraestructuras y el Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa tendrán que colaborar en la planificación de la ejecución de la propuesta. Pero los procedimientos de venta serán muy similares. Lo que tenemos ahora es un instrumento de planificación transversal más potente que nos va a permitir hacer una gestión más inteligente de las oportunidades de venta.

–Arranca la semana de las Fuerzas Armadas más austera...

–El sentimiento que existe tras el Día de las Fuerzas Armadas es igual de fuerte cuando se gastan 10 que cuando se gastan 100.

–En un plano más político, ¿cómo ve las medidas del Gobierno?

–Veo que es el mejor camino y el único. No tengo duda de que saldremos adelante.

«La industria española de Defensa es una industria muy sólida y de calidad»

–¿Cómo está la industria española de Defensa? ¿Cómo se ve desde fuera?

-La industria española de Defensa es una industria muy sólida, es una industria diversificada que toca sectores muy amplios, que ocupa nichos de excelencia en determinadas áreas que son estratégicas. No es una industria de grandes dimensiones, pero sí es una industria de calidad.

–¿Llevarán a cabo más acciones para promocionarla?

–La industria tiene que fortalecer su presencia internacional, que ya es importante. No olvidemos que son más de 9.000 millones los que ha exportado en los últimos diez años, pero hay que fortalecer y consolidar esa posición para absorber las oscilaciones que el mercado interior tiene. Este Gobierno y este Ministerio harán todo lo que esté en su mano por apoyar esa capacidad exportadora.

–¿Se sabe ya cuál será el futuro del portaaviones «Príncipe de Asturias»?

–Al «Príncipe de Asturias» le van quedando cada vez menos opciones. El plan último es su desguace. Si en el camino surge alguna oportunidad real y creíble, naturalmente que estamos todavía en tiempo para ello.