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Pere Navarro cruza la línea roja y pide al Rey que abdique

El líder del PSC cree que «la transición del siglo XXI» pasa por que Don Felipe asuma la Jefatura del Estado. La «ocurrencia» causa estupor en Cataluña y ni siquiera la secundan desde su partido

La Razón
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El primer secretario del PSC, Pere Navarro, ha pedido hoy que el Rey abdique y sea su hijo, el Príncipe de Asturias, quien lidere lo que ha denominado una "segunda transición".

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, se colocó ayer en el centro de la polémica y de paso abrió una guerra frontal con el PSOE que, de momento, no tiene intención de rectificar. El jefe de los socialistas catalanes aprovechó una conferencia ante un centenar de empresarios, organizada por la Cámara de Comercio de Barcelona, para destapar una caja de truenos que corrió como la pólvora mientras Alfredo Pérez Rubalcaba comenzaba su primera intervención en el Debate del Estado de la Nación para ofrecerse como alternativa, lo que provocó gran enfado en las filas socialistas.

Navarro pasó de puntillas ante el auditorio sobre el espionaje que golpea a Cataluña –se mostró partidario de que abandonen «inmediatamente» la política quienes han participado en el espionaje– y apostó por afrontar «otros aspectos que considero aún más relevantes». Y éstos no son otros que plantear medidas «atrevidas», como la abdicación del Rey Juan Carlos en favor de Don Felipe.

«Ya no sirven soluciones a medias, tenemos que afrontar con urgencia la transición del siglo XXI. Tenemos que afrontar con urgencia la segunda transición de nuestro país. Y debemos hacerlo adoptando y poniendo sobre la mesa propuestas valientes», aseguró.

Republicano convencido

Para este «republicano convencido», de los que piensan que «para salir de esta situación nuestra sociedad necesita recuperar los valores de 1789: la igualdad, la libertad y la fraternidad», Don Juan Carlos «es un buen Rey que protagonizó la transición de los 70 y 80 al que la mayoría de catalanes y españoles le agradecemos su trabajo». Pero «necesitamos un nuevo jefe de Estado para hacer la transición del siglo XXI», aseguró.

En una conferencia en la que los asistentes pagan 50 euros por escuchar un discurso de corte más bien económico, el primer secretario del PSC puso la directa. Dijo «estar convencido» de que la contribución del Monarca a nuestra democracia y bienestar ha sido «decisiva», pero «planteo abiertamente y públicamente la necesidad de abdicación del actual Jefe del Estado». A su juicio, «sería un relevo tranquilo» y consideró que el Príncipe Felipe «puede arbitrar los profundos cambios que requiere nuestro país». Estos cambios pasarían, según el jefe de filas de los socialistas catalanes, por la «modernización» de la Monarquía y «aceptar las normas de transparencia que hoy nos exigen los ciudadanos».

Navarro no escondió que sabía que sus palabras iban a publicar una polémica que llevó incluso a que el PSOE asegurara que no comparte «en absoluto» unas declaraciones que, a la vez, consideraron desde el partido matriz de «totalmente inadecuadas». Con esta nueva guerra abierta, el primer secretario del PSC se limitó a responder que «respeta» la postura del PSOE y declinó hacer más comentarios.

No es el primer encontronazo del PSC con el PSOE. La manera en que los socialistas catalanes se enfrentan al proceso soberanista que capitanea Artur Mas en Cataluña está provocando tensiones que demuestran la falta de sintonía. Ayer mismo Navarro reivindicó para Cataluña una consulta sobre el futuro de esta autonomía, siempre y cuando ésta sea «legal y vinculante», un extremo al que no llegan en el PSOE, donde la apuesta pasa por la España federal. Para Navarro, es clave también una reforma de la Constitución «urgente» para «recoger las voluntades y anhelos de los pueblos de España», además de modernizar las instituciones y garantizar las políticas públicas.

Su mensaje causó estupor en Cataluña, donde el PP mostró su sorpresa por la «ocurrencia» del líder del PSC. Incluso las juventudes de los socialistas se desmarcaron de sus declaraciones y replicaron a Navarro que debe apostar por la república y no por la abdicación del Rey.