Las noches de Ibiza se suelen vivir al límite. Tan al límite que muchas veces se pone en riesgo la integridad de terceras personas. Así fue la intervención de unos agentes de la Policía Nacional que persiguieron a un conductor borracho durante varios kilómetros. Cuando parecía cercado en un centro comercial el hombre embistió a la patrulla y dos agentes están de baja por las lesiones sufridas, según informan fuentes policiales a LA RAZÓN.

Este episodio de conducción temeraria por Ibiza se produjo durante la madrugada del domingo 18 de mayo. La arriesgada intervención fue protagonizada por los agentes del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) de la Policía Nacional. Evitaron lo que pudo ser una tragedia en las carreteras de la isla.

A las 04:30 horas, mientras patrullaban en labores de prevención de seguridad ciudadana, los agentes observaron un vehículo de alta gama circulando con luces de posición y largo alcance encendidas. Dificultaba la visibilidad del resto de conductores.

Al indicarle que apagase dichas luces, el conductor respondió acelerando bruscamente. Este fue el inició de una persecución por carretera a gran velocidad. A pesar de las señales acústicas y luminosas de los patrulleros, el hombre al volante hizo caso omiso y continuó la huida durante varios kilómetros.

Los agentes solicitaron refuerzos y otro indicativo policial se sumó a la intervención al comprobar la peligrosidad de la conducción. El conductor circulaba en zigzag a alta velocidad e invadiendo ambos carriles en una vía de doble sentido. Puso en riesgo a peatones y conductores.

Dos policías de baja tras ser embestidos

El final de este viaje se llevó a cabo en las inmediaciones de un centro comercial de Ibiza. Los vehículos policiales consiguieron interceptar al turismo. Así, los agentes se bajaron del coche para identificar al conductor. Sin embargo, este reinició su marcha bruscamente marcha atrás, obligando a los policías a apartarse a toda prisa para no ser atropellados.

De esta forma, el coche recorrió más de 100 metros y terminó embistiendo a uno de los vehículos de la Policía Nacional que aseguraba la retaguardia, con los agentes aún en su interior. El vehículo quedó destrozado. El violento impacto sorprendió a los policías sin tiempo para colocarse el cinturón, provocándoles lesiones.

A pesar del caos, los agentes consiguieron alcanzar al conductor, obligarle a salir del vehículo, identificarlo y proceder a su cacheo. Mostraba síntomas evidentes de embriaguez, y tras ser sometido a la prueba de alcoholemia por agentes de la Policía Local, dio positivo. Fue inmediatamente detenido.

Dos policías se encuentran de baja a consecuencia del incidente. El Sindicato Unificado de Policía (SUP) ha felicitado a estos agentes por su intervención por haber "logrado sacar de circulación a un conductor extremadamente peligroso y por evitar daños mayores a terceros". Un episodio que vuelve a poner de relieve el alto riesgo que sufren estos funcionarios a diario.

El peligro constante de los borrachos

Por ello, el SUP considera que es urgente que se reconozca esta profesión como de riesgo. "No podemos ignorar que la conducción bajo los efectos del alcohol o las drogas supone un peligro constante, y más aún cuando la última instrucción de la SES que ampara con impunidad el consumo de drogas dentro de los vehículos, lo que puede desembocar en comportamientos como el vivido en Ibiza", aseguran fuentes del sindicato a LA RAZÓN.

Además, exigen que todos los agentes sean dotados de cámaras de grabación individual, que aporten seguridad jurídica a los policías, y permitan presentar pruebas objetivas en sede judicial. De esta forma se evitan que las intervenciones queden en una "simple cuestión de la palabra de unos contra la palabra de otros".

El SUP ha puesto a disposición de los agentes intervinientes su gabinete jurídico. "Salvan vidas y merecen el reconocimiento de toda la sociedad", han finalizado sobre la peligrosa persecución por Ibiza buscando salvar vidas sobre este borracho.