
Congreso del PP
Feijóo entra en la batalla ideológica con Ayuso: Ni pinganillos, ni ayudas a inmigrantes ilegales, ni burka
A Mariano Rajoy se le reprochó haber abandonado la batalla ideológica de la derecha. Feijóo entrará en ella en el Congreso del PP, pero adaptándola en algunos puntos a la actualidad

A Mariano Rajoy se le reprochó haberse replegado en la batalla ideológica y centrarse exclusivamente en la gestión. Esta es una de las razones que explica el sitio que hoy ocupa Vox en el espacio de la derecha. Ahora el PP anda midiendo el terreno para aprovechar su Congreso Nacional del 4 y 5 de julio para meterse de nuevo en esa batalla ideológica, pero "sin excesos, también cometidos en el pasado", que les hagan perder el pie en la realidad, según explican fuentes de la dirección popular. Esa batalla ideológica es seña de identidad de Isabel Díaz Ayuso.
Para recuperar esa narrativa propia y clara en cuestiones culturales, educativas, morales o de modelo de sociedad, que en sectores de la derecha entienden que ha dejado el terreno libre a los "progresistas" para marcar la agenda pública, en su cónclave el PP asumirá compromisos como la limitación del burka y del niqab en los espacios públicos, por entender que son una negación de la libertad y de la igualdad, y que atentan contra la dignidad, la seguridad y la plena participación de la mujer en la sociedad.
En el capítulo de la inmigración es donde entienden que tienen que hacer más hincapié, con unas encuestas que dicen que hasta los votantes de izquierda son cada vez menos tolerantes con determinados planteamientos que abanderan PSOE y sus partidos satélites. Ahí entra la eliminación del acceso a ayudas no contributivas para inmigrantes en situación irregular y residencia de larga duración condicionada a la contribución efectiva a la Seguridad Social, el conocimiento del idioma y la integración en la cultura española. Que se devuelva al arraigo y a la reagrupación familiar su carácter excepcional, evitando su uso como vía de regulación masiva, y tolerancia cero con inmigrantes reincidentes o sin voluntad de integración. Además de la repatriación inmediata de quienes entren ilegalmente o cometan delitos, actuando directamente en los países de origen.
El PP también asumirá en su Congreso el compromiso de endurecer las penas por okupación, la prohibición del empadronamiento de los okupas y que se agilicen los desalojos en caso de impago o incumplimiento. Son promesas teóricas, que luego tendrán que ver cómo las plasman en un programa electoral y, de llegar al gobierno, de qué manera se ejecutan si necesitan de apoyos parlamentarios para sacarlas adelante. Junto con este debate sobre la inmigración irá el paquete de las medidas para mejorar la seguridad y dar más apoyos a las Fuerzas de Seguridad del Estado.
Y en el Congreso no se olvidan de los polémicos pinganillos. La presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, fue la única que se levantó en la última Conferencia de Presidentes para mostrar su malestar porque se empleasen, pero ese plante tendrá su continuidad en el cónclave nacional de los populares del primer fin de semana de julio: Feijóo asume el compromiso de que el español sea la lengua vehicular en el Congresode los Diputados y que el resto de lenguas cooficiales se reserven para el Senado.
Por otra parte, en la realidad social es en lo que explican que hagan referencia a la protección del menor ante tratamientos de cambio de sexo, con la garantía de que cualquier decisión de este tipo se tome solo con plena madurez y con acompañamiento médico, evitando efectos irreversibles durante "etapas de confusión". O que se introduzca la financiación pública para la congelación de óvulos como medida de fomento de la natalidad y se haga una reivindicación expresa del papel del padre en la crianza.
Un punto singular es la referencia expresa que hacen en su documento político a que España combatirá la leyenda negra y liderará una nueva relación con Iberoamérica, apoyando a los países oprimidos por dictaduras como Cuba, Venezuela o Nicaragua. Así como la defensa expresa de la tauromaquia, donde compiten directamente por el voto con Vox.
En la dirección del PP explican que son conscientes de que la renuncia a la batalla ideológica desmoviliza a su base más comprometida ideológicamente, que, al sentirse huérfana, ha buscado opciones más contundentes como Vox. En ese sentido, la izquierda cultural sí ha sido capaz de imponer sus marcos sin apenas resistencia, como el lenguaje inclusivo o las políticas identitarias, "frente a una tibieza que hay que desterrar para comer terreno a Abascal". El punto de equilibrio difícil de encontrar está en que esa batalla ideológica no expulse al votante más de centro que Feijóo también necesita para estar en condiciones de llegar a La Moncloa.
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