Estrategia

Podemos se radicaliza en campaña contra todos para sobrevivir al 28-M

Cambian de estrategia y buscan polarizar para someter a Sánchez y frustrar la mayoría absoluta de Ayuso

-FOTODELDIA- PALMA DE MALLORCA (ISLAS BALEARES) 20-05-23. Pablo Iglesias durante su intervención en el acto electoral de Unidas Podemos este sábado en Palma.- EFE/CATI CLADERA
Pablo Iglesias participa en un acto este sábado en PalmaCATI CLADERAAgencia EFE

Podemos ha cambiado radicalmente el objeto de su campaña electoral. El partido buscaba el impulso de las últimas leyes aprobadas por el Gobierno de coalición para sacar pecho en campaña electoral.La ley de Vivienda era uno de los principales ejes sobre los que en el cuartel general habían estructurado su hoja de ruta y sobre la cual fían su discurso en la Comunidad de Madrid, donde su candidata Alejandra Jacinto es la principal promotora, junto a la ministra Ione Belarra, durante estos últimos tres años para sacar adelante la norma. Es la principal herramienta para la candidata con el objetivo de poder liderar el nicho electoral del votante más joven y afectado por la falta de garantías para emanciparse, aunque ahora, las tornas han cambiado.

El hecho de que el presidente del Gobierno haya decidido explotar este filón y convertirlo en uno de sus principales baluartes en campaña electoral ha molestado en la sede morada, desde donde se critica el hecho de que «con tantos anuncios en vivienda no da tiempo a explicar la letra pequeña y las partes más positivas de la ley», lamenta un alto cargo del ala morada en Moncloa a este diario. Los morados buscan contrarrestar ahora estos anuncios y acusan a Sánchez de «hacer anuncios pequeños». Le exigen, además, «medidas potentes» de aquí a que termine la campaña electoral para movilizar al electorado de izquierdas.

Así, tras los múltiples anuncios por parte del PSOE y en el ecuador ya de la campaña electoral, Podemos ha cambiado de estrategia y ha optado por profundizar sus ataques contra sus contrincantes. Todo ello acompañado por el temor de no superar la psicológica barrera del 5 por ciento en la Comunidad de Madrid o en la Comunidad Valenciana el próximo domingo en las urnas. De su entrada en Madrid puede depender la aritmética de la presidenta Isabel Díaz Ayuso –que apunta a mayoría absoluta– y en Valencia, con su supervivencia podrán presionar al PSOE para ser la llave que conduzca al presidente Ximo Puig a la Generalitat, de nuevo. Los morados han desplegado esta semana un camino en el que buscan diferenciarse de todo el arco parlamentario con el objetivo de reforzar el argumento de que solo sus candidatos son los que están dispuestos a aplicar medidas «valientes». Lo hacen aprovechando datos internos que les indican un buen resultado en parlamentos como Murcia, Navarra o Valencia, según las fuentes consultadas.

En Valencia, su principal enemigo es Compromís, al que las ministras de Podemos han llegado a calificar de «centro» en su paso por este territorio. Los morados se ven como el único partido capaz de «transformar las cosas» y dispuestos a «asumir el coste político» de plantear avances sociales en derechos y cargan así hacia todos los bandos.

Contra el PSOE, los morados también han endurecido su discurso en los últimos días. Al presidente del Gobierno le exige incluso que asuma que es Podemos quien le obliga a actuar para conseguir las transformaciones sociales. Este mismo viernes, la ministra de Derechos Sociales, cargó contra el presidente del Gobierno y aseguró «no creerse» sus promesas electorales, después de que prometiera aumentar la vivienda protegida un 50% en los próximos cinco años. A juicio de la ministra, el presidente tenía que haber reconocido que es Podemos quien «le va a obligar a que se aumente».

Además, en este intento de diferenciarse de su socio en Moncloa, El partido ha registrado ya hasta tres proposiciones de ley en plena campaña –a pesar de no tener cupo en el corto plazo en el Congreso de los Diputados–:contra la empresa «Desokupa», para regular la Inteligencia Artificial y para prohibir por ley financiar las campañas electorales con créditos bancarios.

La otra pata de su ofensiva está en Madrid. Los morados recuerdan ahora las supuestas adjudicaciones irregulares de contratos públicos en pandemia del hermano de la presidenta Díaz Ayuso para tratar de «romper» su previsible mayoría absoluta. Todo ello, a pesar de que Anticorrupción archivó el caso. En la Comunidad fían a esta campaña su supervivencia política.