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Acuerdo en abril

Podemos recrudece el choque por la reforma del "sí es sí"

Los morados votarán en contra de la propuesta del PSOE. Denuncian que sigue sin querer sentarse a negociar y presionan: «No vamos a ir de la mano de PP y Vox»

Finland's Prime Minister Sanna Marin (R) welcomes Spanish Prime Minister Pedro Sanchez (L) for their meeting in Helsinki, Finland, 03 March 2023.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez con la primera ministra de Finlandia, Sanna MarinKIMMO BRANDTAgencia EFE

En tiempo de descuento y sin visos de llegar a un acuerdo que evite la fractura dentro del Gobierno de coalición. PSOE y Unidas Podemos llegarán al pleno de la semana que viene sin resolver el conflicto que más les ha erosionado internamente y ante la opinión pública. Este martes, el Congreso de los Diputados deberá tomar en consideración la propuesta de reforma de la Ley del “solo sí es sí” que presentó el PSOE en solitario para frenar las más de 720 rebajas de penas y 74 excarcelaciones de agresores sexuales a causa de la fusión entre los delitos de abuso y agresión sexual en el Código Penal. La tensión por la reforma es palmaria y ha contagiado a los socios en el Congreso, donde los partidos de la coalición se disputan los apoyos en medio de la carrera electoral y a las puertas de un nuevo 8-M que se saldará con la foto de la división del feminismo y del Gobierno.

Si en un principio el grupo de Unidas Podemos quería dar tiempo a la negociación hasta la votación final en el mes de abril de la reforma con el objetivo de que el PP y Vox no fuesen los aliados principales de la corrección de la ley del ministerio de Igualdad, los morados multiplican ahora la presión y avisan de que este mismo martes votarán en contra de la proposición de ley con el fin de someter a los socialistas a la mesa de negociación. Si no hay acuerdo de última hora el mismo martes para mantener el consentimiento en el centro -cuestión que no está en el debate según Justicia y los expertos-, los de Irene Montero votarán en contra.

El partido morado adelanta su posición a cuatro días de votarse en el Pleno y a solo un día de que ambos partidos muestren su división mañana en sendos actos para reivindicar el feminismo, en la previa del 8-M. En el grupo parlamentario se explica que llevan tiempo pidiendo a su socio volverse a sentar a negociar sin obtener respuesta Si bien, aseguran que intentarán hablar hasta el final, son meridianos. "Si llega el momento de reformar el Código Penal para volver al de la Manada, evidentemente, votaremos en contra", según advirtió ayer el portavoz Pablo Echenique. Los morados buscan someter al máximo al PSOE en este asunto. Avisan de que si no hay acuerdo se producirá la foto de un PSOE votando junto al PP y Vox. Es la estrategia a la que se pliegan los morados como método empuje para volver al diálogo. Así, fuentes del grupo advierten de que de no llegar a un pacto, se producirá "un espectáculo" en el Congreso al depender el PSOE de "la mano del PP y de Vox". En el partido son tajantes al rechazar dar los votos para una reforma "con la que no se ha querido contar con nosotros", según abundan las mismas fuentes.

Hasta esta misma semana, el partido reconocía que esta semana todavía no se había dado esa discusión dentro del grupo parlamentario porque “no queremos ni plantearnos la situación” y verían llegar al martes sin acuerdo como un “espectáculo poco edificante”. Se abría así la puerta a dar margen a la negociación con un gesto en este sentido, que sería la abstención, con el fin de rebajar la tensión en la coalición y con los socios parlamentarios. Y es que en ERC supeditan su voto al de Podemos en estos momentos, mientras que el resto de aliados han pedido en los últimos días un acuerdo conjunto de PSOE y Unidas Podemos con el fin de no romper la unidad en el Parlamento.

En Podemos, a día de hoy, son muy poco optimistas con la llegada de un acuerdo y se critica el inmovilismo del PSOE en este sentido. El equipo de la ministra Irene Montero denuncia haber presentado hasta siete propuestas que no han sido admitidas por la parte socialista en Moncloa. Según explican fuentes de Igualdad, la última vez que el PSOE aceptó una propuesta suya fue en diciembre. Los socialistas, por su parte, niegan que Podemos tenga ninguna intención de cambiar la ley, piensan que su oferta de diálogo es “una ficción” y sus propuestas se limitan a cambiar “dos comas” respecto a las remitidas anteriormente. El grupo parlamentario hace piña además. Se advierte que todo el espacio tiene la misma posición y que se responderá sin fisuras.

La tensión durante estos tres meses ha sido de máximos en la coalición por la corrección de la norma y ha llevado a los morados a vetar la posibilidad de que la reforma de la norma se produjese por procedimiento de urgencia en el Congreso. En el partido se defiende que Igualdad “ha cedido por encima de sus posibilidades” y se advierte de que la reforma de Justicia desplaza el consentimiento, algo que tanto el PSOE como los expertos niegan porque “el consentimiento ya se encontraba en el centro antes de que se aprobara la nueva ley”.

Los socialistas se muestran taxativos en su propuesta y desafían a los morados a hacer pública la suya para demostrar que tiene la solvencia jurídica suficiente. En Ferraz se resignaron a los tiempos que impusieron sus socios, sin forzar un pleno de urgencia de la mano del PP, para hacer que todos se “retraten”. Es, precisamente, este “retrato” el que los socialistas consideran que les beneficia, pues, entienden, que los grupos parlamentarios –incluido Podemos- tendrán muy difícil explicar su oposición a una proposición de ley que busca revertir la “sangría” de rebajas de penas que se están produciendo al amparo de la norma estrella de Igualdad.

En el PSOE esta cuestión ya genera cierto hartazgo, quieren darle carpetazo cuanto antes y han perdido todo incentivo a hacerlo con sus socios habituales. No les importa ya que salga solo con el PP si con ello se frena el goteo de revisiones. Se da por amortizado el coste interno dentro de la coalición y ni siquiera el hecho de que los morados acababen oponiéndose supondría para ellos más que una desautorización para la propia Montero. De hecho, los socialistas han intentado evitar esta imagen ofreciendo a la ministra de Igualdad durante la fase de negociación liderar los cambios en la norma. Ella lo rechazó y ahora tendrá que asumir la rectificación.