Crisis económica
Por el futuro europeo
España necesita medidas de emergencia en un momento histórico en el que dispone de menos autonomía y de menos instrumentos de política económica dada nuestra pertenencia al euro. El paro ha subido hasta el 26,8%, el desempleo juvenil es absolutamente inaceptable, un 57%, siendo sus efectos sobre toda una generación sin duda ya irreversibles. La caída del PIB es tan profunda que llevamos ya cinco trimestres consecutivos de recesión. Debemos reaccionar. Son necesarias políticas de estímulo a corto plazo para reactivar la economía. La salud de nuestro sistema se fortalecerá en la medida en que el crecimiento se asiente. El conjunto de acuerdos económicos y fiscales que conforman la gobernanza económica del euro, y de la UE en su conjunto, configuran una realidad imperfecta que condiciona la política económica en todos sus aspectos –cambiario, monetario, fiscal...–. Resulta ineludible dar un giro sustantivo en la política económica europea para evitar un colapso de dimensiones imprevisibles y garantizar el futuro del proyecto europeo y de la propia moneda única, porque, fuera de la UE, no existe una alternativa de futuro capaz de garantizar prosperidad, cohesión social y bienestar. Otra Europa es posible y necesaria.
El Gobierno de España debe hacer oír su voz, hasta ahora inaudible, para mostrar su discordancia en las instituciones europeas. La mejor manera de hacer oír esa voz en una Europa que parece reaccionar y rectificar abandonando las políticas de austeridad que han liderado los gobiernos de la derecha del centro y norte de Europa, políticas que han agravado la recesión, es ir al próximo Consejo Europeo de los días 27 y 28 de junio respaldados por un gran acuerdo político en las Cortes españolas. Un acuerdo que exija el final de unas políticas de austeridad que no se han visto compensadas por incentivos al crecimiento y a la creación de empleo, en particular para los jóvenes. Unas nuevas políticas de crecimiento que exigen un papel diferente del BCE y del BEI para permitir que el crédito vuelva a fluir a nuestras pymes y empresas, y para que acabe la fragmentación del mercado financiero europeo, roto desde hace demasiado tiempo por la prima de tipos de interés. La estrategia de crecimiento a largo plazo en la eurozona liderada por Merkel ha fracasado. Europa se ha dado cuenta y comienza a virar, y España debe saber aprovechar ese giro. Por eso debemos pactar.
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