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Por qué fui a Colón, por García Egea

"Estuve en Colón porque era una necesidad política, una emergencia nacional. Era y es una dicotomía: o Colón o Sánchez. No hay más opciones", asegura el secretario general del PP

El secretario general del Partido Popular Teodoro García Egea ,durante la manifestación de Colón / Efe
El secretario general del Partido Popular Teodoro García Egea ,durante la manifestación de Colón / Efelarazon

"Estuve en Colón porque era una necesidad política, una emergencia nacional. Era y es una dicotomía: o Colón o Sánchez. No hay más opciones", asegura el secretario general del PP.

Sánchez ha implantado una política de corrosión y degradación de las instituciones españolas como nunca antes habíamos vivido. Por primera vez en la historia, un presidente del Gobierno es el principal adversario que tienen las instituciones españolas. Con Sánchez, el Parlamento, auténtico pulmón de nuestra vida política, ha quedado relevado de sus funciones y sustituido por una falsa bilateralidad con la Generalitat, degradando las Cámaras a mera parada accidental en el calendario de viajes del presidente.

Por eso estuve en Colón. Porque era una necesidad política, una emergencia nacional. Era y es una dicotomía: o Colón o Sánchez. No hay más opciones. El presidente del Gobierno, con su actuación sectaria y su falta de escrúpulos, ha implantado la política de la dicotomía en nuestro país; esa política en la que, cuarenta años después de la promulgación de nuestra Constitución, los españoles tenemos que elegir entre defenderla del Gobierno o no hacerlo. Es por él, por su errática y corrosiva acción, por su manifiesta incapacidad para mantener el orden y defender el Estado de Derecho, por cientos de miles de españoles acudimos ayer a la Plaza de Colón. Porque es a él a quien los españoles quisieron decirle, alto y claro: «basta».

Basta de cesiones, basta de humillaciones, basta de claudicaciones, basta de rendiciones, basta de mercadeos, basta de cambiar presupuestos por soberanía, basta de cárceles convertidas en catedrales del secesionismo, basta de escuelas transformadas en expendedurías de ideología, basta de mansiones de prófugos convertidas en politburós del fin de España, basta de juegos malos de palabras, basta de compadreos con quien nos considera bestias, basta postraciones ante los que mandan balas en sobres o insultan a hijos de políticos basta ya de esta política disolvente. Es tiempo de abrir un nuevo ciclo electoral, tiempo de dar a los españoles lo que les pertenece y nunca se les tendría que haber arrebatado: la soberanía para decidir el futuro de su país.

No fui a Colón como secretario general del Partido Popular, fui como español preocupado por el futuro de su hija, preocupado porque no cercene su país sólo para que un señor siga viviendo en el Palacio de la Moncloa. Ayer en las calles impugnamos la política de Sánchez. Ayer, el pueblo español, tomó la voz que el presidente le niega en las urnas. Ayer, fui a Colón, no a decir «viva el PP», ni a pedir el voto. Fui, simplemente, para gritar: Viva España.