La investidura de Sánchez
Análisis: Posible remontada electoral del PP
Todas las encuestas coinciden en indicar una remontada del PP. Salvo el CIS –en manos del Gobierno–, es una constante en todos los estudios demoscópicos. El electorado de centro derecha está dejando de lado a Cs y Vox y volviendo al PP. El pasado mes de junio (y también en julio) se ha constatado que el saldo de votos entre PP y Cs era positivo para el PP por primera vez desde 2015. Y desde diciembre, con la aparición de Vox, ocurría lo mismo y el flujo de votos ha revertido igualmente. Estos hechos cuantitativos y cualitativos son una gran noticia para Pablo Casado un año después de su nombramiento como presidente del PP. A pesar de que los principales partidos no han sabido ponerse de acuerdo para corregir los efectos perniciosos de la ley D'Hont, lo cierto es que el propio devenir político está corrigiendo estos efectos. Pero no es suficiente, porque se trata de un proceso gradual y lento y no va a transcurrir suficiente tiempo para que se materialicen todos sus efectos. Una manera de agilizar el proceso puede ser lograr que exista un acuerdo para que PP y Cs se presenten en coalición en las 24 provincias en las que la fragmentación hizo que el diputado que hubiera debido recaer en el PP fuera al final para el PSOE. Todo parece indicar que el elector de Cs está por la labor de este acuerdo. Si no se llega a este tipo de pactos volverá a pasar lo mismo que en abril: se tirarán a la basura 980.000 votos. Entre ellos hay que contar un tercio de los votos de Vox, que no se transformó en diputado. Si se soluciona este problema puede que la lacra de la fragmentación juegue en contra de la izquierda en vez de en la derecha debido a la aparición a nivel nacional del partido de Errejón.
El PSOE perderá electorado
En las últimas elecciones de abril el electorado de la izquierda se movilizó con un millón de votos más que en las generales de junio de 2016. Hubo más participación para socorrer a Sánchez por miedo a un resultado que se antojaba muy espectacular de la extrema derecha. Había rumores de que incluso Vox podía llegar a los 70 escaños. Este millón de votos no lo va a tener Sánchez ahora. Vox en vez de un tigre ha resultado ser un gatito. La estrategia basada en el miedo a Vox y el chalé de Galapagar (dos millones de votantes de Podemos se pasaron al PSOE) puede tener éxito en estos momentos. Privado de ese miedo no tiene tanta capacidad de movilización. A todo este análisis hay que añadir un factor más, un factor que me parece decisivo. Estos días de debate y la incapacidad que han demostrado para llegar a un acuerdo va a pasar una factura importante a los partidos de izquierda. La pelea de las izquierdas va a desmovilizar a las izquierdas. Por si fuera poco, el partido de Errejón entrará en escena y lo que provocará que pase en la izquierda lo mismo que paso en el centro derecha: la temida fragmentación. La suma de las izquierdas va a ser inferior cuando se dividida en tres formaciones. Por todo ello creo que el presidente en funciones debería revisar su estrategia. El éxito de abril hizo que el PSOE pasara del 22% al 28%: no es una subida muy espectacular. Son sólo seis puntos. La debilidad le hará no ir muy lejos. Por otra parte, el electorado de Podemos está en los huesos: el electorado que le queda es el más fiel y no puede perder muchos votos más de los que ya ha perdido. Si algo dejó claro el debate es un electorado antagónico al del PSOE.
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