El desafío independentista

Presión a ERC para un frente independentista

La lista única, que no convence a los republicanos, uniría a la derecha y a la extrema izquierda catalana.

Funcionarios de la Generalitat retiran la pancarta de apoyo a los presos tras la orden del TSJC. Foto: Europapress
Funcionarios de la Generalitat retiran la pancarta de apoyo a los presos tras la orden del TSJC. Foto: Europapresslarazon

La lista única, que no convence a los republicanos, uniría a la derecha y a la extrema izquierda catalana.

Mañana por la noche acaba el tiempo para presentar coaliciones electorales para las elecciones del próximo 10 de noviembre. Errejón rompió el esquema electoral con el anuncio de la presentación de su candidatura, a falta de saber dónde. En Cataluña también se anuncian movimientos en el tablero electoral en forma de presión a Esquerra Republicana. Albano Dante Fachín, ex diputado de los Comunes, lleva desde el pasado sábado en TV3 –el lunes repitió en otro programa de la cadena pública– lanzando su órdago a las cúpulas de los partidos mayoritarios, ERC y Junts per Catalunya, para configurar un Front Unitari –Frente Unitario– del independentismo en las próximas elecciones ante «la represión del estado».

Laura Borràs, la líder de los seguidores de Puigdemont, en el Congreso contestó positivamente a través de las redes sociales: «Tú ya lo sabes de hecho porque hace días que te lo digo. Por mí, no quedará». El miércoles por la tarde, las bases de Consultas Primarias Unitarias –la iniciativa de la Asamblea Nacional Catalana que se presentó en las municipales y cosechó unos pobres resultados– avalaron también la presentación de una candidatura unitaria «de bloqueo a les elecciones del Congreso español», es decir, una candidatura independentista que tiene como principal misión que sus votos sean fundamentales para bloquear la investidura de un presidente del Gobierno y cualquier iniciativa legislativa.

En las próximas horas se anuncian contactos entre estas formaciones con el objetivo de cerrar un acuerdo que está avalado por Carles Puigdemont desde Waterloo. La acción ha generado profundo malestar en el PDeCAT y en el propio Artur Mas, que el lunes se entrevistó con Puigdemont en Bélgica y «vino muy enfadado», según comentan en su entorno, porque la distancia entre ambos aumenta y algunos hablan ya de «abismo» y de imposibilidad de entendimiento.

En caso de fructificar esta coalición que meterá presión a ERC por negarse a configurar una candidatura única, la extrema izquierda independentista se aliará con la derecha tradicional. Dante Fachín, que saltó a la arena política denunciando la corrupción de la antigua Convergència en la sanidad catalana a través de la web «Café amb llet» –Café con leche– y aupado como líder de Front Republicà -Frente Republicano por Poble Lliure (uno de los partidos que integran la CUP) en las pasadas generales, puede acabar compartiendo lista con los que criticó durante años, que justifican por «la situación de emergencia y de represión».

Front Republicà obtuvo 113.008 votos en las pasadas elecciones con un 2,74% del voto emitido. Su alianza con Junts per Catalunya podría cambiar la correlación de fuerzas en el Congreso. Una extrapolación del voto en las pasadas elecciones para el 10 de noviembre podría dar un diputado más a los independentistas partidarios de la confrontación con el Estado en la circunscripción de Barcelona, dónde superarían en votos a Ciudadanos. Idéntica situación se produciría en Tarragona, mientras que en Lleida y Girona la correlación de fuerzas quedaría inalterable. Si Primarias Independentistas también entra en esta coalición se reforzaría la previsión en la circunscripción de Barcelona, donde esta formación logró sus mejores resultados en las municipales. En función de la Ley de Hont, esta candidatura unitaria del independentismo más irredento podría incrementar su presencia en Madrid con dos diputados.

ERC se mantiene firme en su postura de rechazar una candidatura unitaria, porque sería tanto como plegarse a los designios de Puigdemont y porque los republicanos consideran que la se obtienen mejores resultados por separado. Sin embargo, son conscientes de que la irrupción de esta candidatura puede poner en cuestión su hegemonía en las próximas elecciones generales. En el PDeCAT, el malestar es patente pero Puigdemont está empecinado en configurar las listas a su gusto y a su acomodo marginando a su antiguo partido. De hecho, la propuesta de Fachín fue recogida con entusiasmo por la Crida Nacional, la formación que creó Puigdemont y que ha tenido poco movimiento desde su creación, y no por Junts per Catalunya.