Fuerzas de Seguridad

El previsible fallo a favor de los Cobos, uno de los motivos de la renuncia de María Gámez

La situación en la que quedaba la exdirectora general de la Guardia Civil era y es muy comprometida, por el oficio que firmó y que condujo al cese del coronel

El coronel Diego Pérez de los Cobos
El coronel Diego Pérez de los Cobosjf LargoLa Razón

Agentes de la Guardia Civil tienen ya pocas dudas sobre los motivos reales de la dimisión/cese de María Gámez al frente de la Dirección General del cuerpo. El Gobierno sabía, o intuía con certeza, que es lo mismo, cuál iba a ser la decisión de la Sala de lo Contencioso del Tribunal Supremo sobre el recurso del coronel Diego Pérez de los Cobos al frente de la comandancia de Madrid.

Tal y como adelantó LA RAZÓN el pasado día 22, intensos rumores que se extendían en ámbitos beneméritos señalaban que no iba a pasar mucho tiempo sin que se conociera la decisión de la citada sala sobre el recurso presentado por el coronel.

Gámez tuvo un papel protagonista en aquellos momentos hasta el punto de justificar el cese -alguien no debió aconsejarla bien- en que el mando destituido no había informado "del desarrollo de investigaciones y actuaciones de la Guardia Civil, en el marco operativo y de la Policía Judicial con fines de conocimiento". Resulta que la juez que instruía el procedimiento, derivado de las manifestaciones del 8-M, justo antes de declararse la pandemia, había requerido a los agentes que guardaran la máxima discreción, norma que, por otra parte, es habitual en las actuaciones de Policía Judicial.

La previsible decisión del Tribunal Supremo ponía y pone a Gámez en una complicada situación ya que, según las fuentes consultadas por este periódico, podría ser objeto de algún tipo de querella por un supuesto delito de prevaricación a raíz de haber firmado el citado oficio.

Las explicaciones que dio Gámez, detrás de la que formaban el DAO y otros tres tenientes generales de la Guardia Civil (en una decisión, según ha sabido LA RAZÓN, que partió de una iniciativa desde el propio Ministerio del Interior) no convencieron. Sobre su marido no pesaba una sentencia formal de los tribunales sino simplemente una citación en calidad de investigado. Incluso en medios policiales relacionados con las pesquisas sorprendió la justificación, ya que la situación del cónyuge, a efectos de las diligencias, no había cambiado sustancialmente en los últimos meses.

Todo parece indicar que, ante la “tormenta” que se venía encima con la decisión del Tribunal Supremo, las reacciones de apoyo, alegría y satisfacción no han tardado en producirse, Gámez prefirió, inducida o no, quitarse de en medio antes de tener que hacerlo en el día de hoy. En este sentido, hay que recordar que la orden de cese la firmó el secretario de Estado de Seguridad, Rafael Pérez.

Medios de la Benemérita, consultados por este periódico, consideran, siempre a la espera de conocer el contenido de la resolución del Tribunal Supremo, que sobre el futuro del coronel Pérez de los Cobos caben varias posibilidades ya que lo que está claro es que hay que restituirle en el mando de la comandancia de Madrid: hacerlo y, como ocurrió con un mando de la Armada, con el que ocurrió algo parecido, cesarle en el mismo momento. No parece que Interior quiera contemplar la imagen del coronel entrando en el acuartelamiento de Tres Cantos entre los seguros aplausos de muchos ciudadanos; ofrecer al actual coronel, David Blanes, un gran profesional apreciado dentro del cuerpo, otro destino y que de los Cobos ocupe el suyo (poco probable); o, lo que parece más remoto, designar a un general de brigada para el mando. La zona de Madrid ya cuenta con un general de división a la cabeza y podría darse esta situación, aunque se considera un poco rebuscada. Por ello, esos medios se inclinan por la primera.

Para evitar la vuelta a su acuartelamiento, la reposición y cese se podría realizar a nivel de despachos, pero después de lo ocurrido con la escenografía del día en que Gámez anuncio su renuncia/cese no parece lo más indicado.