
Interior
Primer aniversario de la fuga de Puigdemont: "Marlaska confió en quien no debía"
Sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles repasan las sensaciones que tienen un año después de la fuga de Puigdemont

Las heridas provocadas por la televisiva fuga de Carles Puigdemont no terminan de cicatrizar. Nada ha cambiado en este primer aniversario. El dirigente independentista sigue fuera de España sin haber sido detenido. LA RAZÓN ha contactado con sindicatos policiales y asociaciones de guardias civiles para tomar el pulso de qué sentimientos tienen un año después. "Marlaska volvió a confiar en quien no debía", analizan sobre el papel del Ministerio del Interior.
¿Qué falló ese 8 de agosto de 2024? El discurso de un fugitivo ante miles de personas. Un acto anunciado y televisado. A pesar de todo, Puigdemont acabó huyendo de España gracias al apoyo de un séquito de personas que consiguió lo que muchas organizaciones criminales no consiguen: escapar de las fuerzas de seguridad.
Esa pregunta sigue sin tener respuesta un año después. Policías nacionales y guardias civiles tampoco tienen una explicación que se investiga por la vía judicial. El cabreo de los sindicatos aún sigue latente. La "impotencia" de esas primeras jornadas ha dejado paso al "bochorno".
"Una vez más el Ministerio del Interior volvió a tropezar con la misma piedra. Volvió a confiar en quien no debía y así acabó el intento de detener a Puigdemont", señalan fuentes de Jupol a LA RAZÓN. Consideran que este "episodio bochornoso" tiene como responsables a Marlaska y a los Mossos porque no había un "plan B" para coordinar la actuación de la Policía Nacional y la Guardia Civil. Este sindicato recuerda que la fuga del líder de Junts guarda similitudes con el referéndum independentista del 1 de octubre de 2017. "Una burda farsa que permitió al fugado Carles Puigdemont salir impune otra vez más ante los ojos de todo el país", concluyen.

Por su parte, el Sindicato Unificado de Policías (SUP) lamenta que un año después la justicia "aún no haya conseguido que rinda cuentas ante los tribunales". Un golpe a la "legalidad democrática y una afrenta". "Hoy seguimos esperando una respuesta firme y eficaz, tanto a nivel judicial como político, que no deje impune un desafío tan grave", señalan fuentes de la entidad. Un año después se siguen produciendo "más cesiones a los independentistas" contra la seguridad ciudadana como la cesión de Vía Laietana.
Al hilo de esta circunstancia, Raúl Domingo, portavoz de Confederación Española de Policía (CEP), recuerda que Puigdemont lleva más de seis años y medio huyendo de sus responsabilidades penales. "Forman parte del circo habitual al que nos tiene acostumbrados". "Todas sus apariciones constituyen el perfecto ejemplo de una ‘performance’ barata. Pero lo que ni él ni su corte de palmeros van a poder nunca esconder es la vergüenza que supone el que alguien dedique su vida a huir, a escapar, a esconderse para evitar hacer frente a las consecuencias penales de sus actos. Su historia es la historia de un hombre profundamente cobarde", critican.
Para Carlos Quero, el portavoz de la Unión Federal de Policía (UFP), se cumple un año de uno de los "episodios más bochornosos y humillantes para las instituciones". Puigdemont, que se presentó como un "emperador romano", se escapó después de "muchas horas de trabajo de compañeros para poder llevarle ante la justicia". "Si no somos capaces de atrapar a una persona que se presenta ante miles de personas como un héroe, ¿qué pasará con los que se esconden?", se pregunta. Quero finaliza recordando a los cuatro compañeros que están procesados y no se les ha amnistiado.
La retirada de la Guardia Civil
Otros de los colectivos que fue damnificado por la marcha de Puigdemont fueron los guardias civiles. Desde Jucil se reflexiona si con la participación de la Guardia Civil se podría haber ofrecido una "respuesta más eficaz". De forma paralela, se critica que en los últimos años se ha producido un "progresivo proceso de retirada" del Instituto Armado en Cataluña. "La exclusión sistemática en operativos clave debilita las garantías de neutralidad y eficacia", remarcan.
Otras de las entidades, como es la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC), no olvidan lo que supuso la fuga del exdirigente político. "Uno de ellos, simplemente por cumplir con su deber y consultar la matrícula del vehículo vinculado a la huida, tuvo que afrontar un expediente disciplinario. Una actuación que, en cualquier otro contexto, se habría entendido como parte natural del trabajo policial, pero que en este caso fue castigada. Es una muestra clara de cómo, a veces, quienes ejercemos nuestra labor con profesionalidad y rigor somos los más expuestos", desvelan.
Daniel Fernández, portavoz de los Independientes de la Guardia Civil (IGC), resalta la "importancia de una adecuada coordinación" entre administraciones. "La actuación de los cuerpos de seguridad debe apoyarse siempre en criterios de legalidad, previsión y colaboración institucional, garantizando una respuesta eficaz y respetuosa con el Estado de Derecho", argumentan en el primer aniversario del episodio de Puigdemont.
El "forajido" Puigdemont
Por su parte, el presidente de la Asociación Profesional de Cabos de la Guardia Civil (APC-GC), José Manuel Rodríguez Tovar, califica a Puigdemont de un "forajido" que huyó porque "alguien miró para otro lado". "¿Quién? La respuesta la deben dar los Tribunales", admite.
"Últimamente estamos viviendo situaciones surrealistas, estrambóticas, grotescas como esta: que un forajido vuelva al lugar donde cometió el delito, se exhiba y se marche sin ser molestado es una anormalidad que no tiene una explicación coherente ni razonable. El mensaje para la ciudadanía es demoledor: dependiendo de quién seas se te aplicará o no la ley con mayor o menor rigor", señala Tovar. Un año después todos coinciden en una circunstancia: Puigdemont permanece huido mientras que Policía y Guardia Civil van perdiendo terreno en Cataluña.
✕
Accede a tu cuenta para comentar