ENCUESTA NC REPORT

PP y PSOE, a un escaño de diferencia en Castilla-La Mancha

Los de Page pierden cuatro asientos bajo el desgaste de la alianza estructural de Sánchez con Podemos, ERC y Bildu

 Encuesta electoral Castilla-La Mancha NC Report
Encuesta electoral Castilla-La Mancha NC Report T. Gallardo / La Razón

El PSOE podría estar en apuros para mantener el Gobierno de Castilla-La Mancha tras las próximas elecciones autonómicas del 28 de mayo, según la encuesta de NC Report para LA RAZÓN. Otros informes que se han publicado en las últimas semanas apuntaban a la posibilidad de un vuelco en el Gobierno en la Junta. Para el PSOE éste sería un duro golpe, de confirmarse, porque Castilla-La Mancha representa otro de los bastiones más simbólicos del poder socialista, como Andalucía, ahora gobernada por mayoría absoluta por el PP. De momento la diferencia aquí es de un escaño, aparte las alianzas que pudieran darse.

Según este estudio, el PSOE obtendría 15 escaños, cuatro menos que en las anteriores elecciones. Y cuatro escaños es lo que sube la lista que encabeza el popular Paco Núñez, unos datos que confirman que uno de los principales riesgos a los que se enfrentan los socialistas en estas elecciones es el trasvase de voto al PP, además de la abstención por desafección hacia las políticas del Gobierno de coalición que preside Pedro Sánchez. Podemos ha desaparecido del Parlamento manchego, igual que Ciudadanos. Mientras que Vox podría entrar con 4 representantes.

El PSOE y el bloque de derechas se encuentran a un escaño de diferencia. La lista de Emiliano García-Page sería la más votada, pero perdería cuatro puntos respecto a 2019. El PP sería la segunda fuerza, con el 37,6 por ciento de los votos, en un crecimiento de casi diez puntos de apoyo popular frente a los últimos comicios.

En este escenario, Vox sería la llave para formar Gobierno, con el 11 por ciento de los votos. En las anteriores elecciones llegaron al 7 por ciento, pero esos votos no se tradujeron en ningún escaño.

El PSOE pierde en estas elecciones un 8,8 por ciento de sus votos de 2019 que optan por irse al PP. Mientras que otro 7,7 por ciento dice hoy que se abstendrá. El PP tiene una alta fidelidad de voto, que alcanza el 88,7 por ciento. Tienen margen hasta las elecciones para afinar en las papeletas que se les fugan a Vox, un 7,5 por ciento, frente al 3,8 por ciento que anuncian la abstención. Por último, el partido de Santiago Abascal es el que muestra una mayor fidelidad de voto, que alcanza el 89,5 % de los votos.

Esta radiografía electoral deja un marco tan ajustado que confirma la importancia que puede tener la campaña en el resultado final en las urnas. Page es el barón socialista que más distancia ha marcado con las alianzas de Sánchez y la política del Gobierno de coalición, especialmente en relación a Cataluña o en el populismo de los ataques a los empresarios. Casi es el único que siempre ha visibilizado su desacuerdo con el «sanchismo» sin tapujos, consciente de que su granero electoral, igual que ocurre en Andalucía, tiene un perfil más conservador o incluso «patriótico» que el de otras autonomías. Es socialismo histórico, que no comulga con la mayoría Frankenstein a la que está atado Sánchez para seguir en el poder. De hecho, Castilla-La Mancha es uno de los territorios donde más daño hace a las siglas socialistas la confirmación de que el pacto del PSOE con Podemos, Bildu y ERC tiene que ser inevitablemente estructural si quieren seguir en Moncloa.

Los datos de esta encuesta no recogen todavía el efecto del contragolpe del PP a la moción de censura que se debatió la pasada semana en el Congreso. A la dirección popular le salió bien la estrategia, coordinada y planificada en su último movimiento entre Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso. Una vez que el partido de Santiago Abascal salió escaldado del debate parlamentario, la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, irrumpió en el tablero con el anunció de su ruptura con Vox. Ayuso despeja de esta manera el camino a Feijóo, al ser ella, la más identificada con los planteamientos más duros, la que toma la iniciativa de romper con los «verdes». Ayuso va a por la mayoría absoluta, a sabiendas, además, de que la Comunidad de Madrid es el espacio donde más fuerte ha estado hasta ahora Vox. Por lo tanto, un mal resultado en este feudo les puede dejar muy heridos para las generales.

Los vínculos entre Madrid y Castilla-La Mancha son muy grandes, y las percepciones políticas y sociales también tienen impacto transfronterizo. Feijóo y Ayuso acaban de anunciar que van a una en su política de desmarque de Vox, en un reordenamiento del discurso que comparte el objetivo de apelar a una mayoría amplia que facilite gobiernos estables sin hipotecas externas. El recorrido de este movimiento está por medirse y puede afectar también a lo que ocurra en el reparto final de escaños en Castilla-La Mancha, donde el PP dirigirá todos sus esfuerzos a reclamar una mayoría suficiente para no depender de Vox y evitar el modelo de Castilla y León. Un mensaje que mirará mucho al votante moderado de Page.