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El PSOE excluye a Podemos de la formación militar de Leonor

No informó a sus socios del real decreto, que Margarita Robles llevó «en mano» al Consejo de Ministros. Los morados «no se opusieron»

La coalición no se va a romper, pero dista un abismo de ser una relación operativa entre dos –incluso tres– socios que conviven bajo el mismo Gobierno. Las distorsiones del día a día y, sobre todo, en lo que respecta a los asuntos de Estado quedan en evidencia a la mínima oportunidad que se presenta. El caso de la formación y la carrera militar de la Princesa de Asturias no ha sido una excepción. El Consejo de Ministros aprobó ayer un real decreto con el objeto de regular esta etapa castrense de la heredera, cuyo contenido desconocían los miembros de Podemos antes de comenzar la reunión. Según ha podido saber este diario, el texto se ha diseñado bajo el máximo hermetismo y no pasó por la reunión de la Comisión General de Secretarios de Estado y Subsecretarios que se reúne cada jueves, presidida por Félix Bolaños, en la que se ordenan los asuntos que se elevarán a la reunión del Gabinete del martes siguiente.

El real decreto, según apuntan fuentes gubernamentales, lo llevó «en mano» al Consejo de Ministros la titular de Defensa, Margarita Robles, para su exposición y aprobación y, pese al desconocimiento del ala morada, no mostraron ningún signo de contrariedad. «No se opusieron», señalan. El documento se ha gestado directamente con Zarzuela, con la especial implicación del Rey Felipe VI, y ha pasado también «muy discretamente» por el aval del Consejo de Estado. Las reservas con las que el ala socialista gestiona todo lo que rodea a la Casa Real son tan extremas que llevan a la exclusión de sus socios de coalición. No se les informa para evitar filtraciones y distorsiones que serían letales en temas tan trascendentes. Los asuntos se aprueban después en Consejo de Ministros y, por tanto, de manera tácita acaban contando con el aval de los morados, por formar parte del mismo, aunque no se sientan concernidos por los acuerdos.

El real decreto para la formación y la carrera militar de Doña Leonor no ha sido un caso aislado, Podemos también quedó al margen de la anterior legislación que el Gobierno aprobó relativa a la Monarquía y que tenía que ver con la implementación de medidas de mayor transparencia para la institución. El Consejo de Ministros aprobó en abril de 2022 una reforma de la estructura y el funcionamiento de la Casa de Su Majestad el Rey que, entre otras novedades, preveía que el Tribunal de Cuentas comenzase a auditar a la Casa Real. Tanto ahora, como entonces, todo se ha medido al detalle. Desde los tiempos hasta la forma. El Gobiernovuelve a recurrir al decreto ley. Una herramienta que no es baladí porque al tener un rango normativo inferior al de ley, evita al PSOE un vía crucis parlamentario que obligue a someterlo al criterio de otros grupos parlamentarios en el Congreso y que «abra el melón» del debate entre Monarquía o República.

Esto enfrentaría al Gobierno con sus socios de investidura, con quienes no se comparte ninguno de los pasos. En el caso de las medidas de transparencia del pasado mes de abril fue sintomático que sí se informara al principal partido de la oposición, que conocía y compartía el contenido del decreto, según señalaron fuentes gubernamentales, mientras se excluía a Podemos. A los morados se les comunicó con carácter previo a realizar el anuncio, aunque desde Moncloa señalaron que se trató de un «acuerdo pacífico», porque «nadie se puede oponer de dotar de más transparencia y rendición de cuentas a la Casa Real».

No es la primera vez que los socialistas forjan ententes que rompen la dinámica de bloques ideológicos. Esta tendencia se percibe, sobre todo, en lo relativo a Don Juan Carlos. Los socialistas se alinean habitualmente con el PP y Vox en el Congreso para sortear las comisiones de investigación que, con cierta frecuencia, impulsan desde la mayoría de la investidura. Tampoco la salida de España del padre del Rey fue consensuada con sus socios de Podemos. No se les informó y esto generó un importante choque en el seno de la coalición. Mientras que desde el ala morada, por parte del entonces vicepresidente Pablo Iglesias, cargaron con beligerancia contra su marcha, calificándola de «huida indigna»; la parte socialista, con Carmen Calvo a la cabeza, defendía que Juan Carlos «no huye de nada, porque no está inmerso en ninguna causa».

La Monarquía es una de las causas que separan tradicionalmente a los socios y se suman a otros asuntos de Estado, como la guerra de Ucrania, en la que no dudan en explicitar abiertamente sus diferencias. El PSOE mantiene una posición de defensa cerrada de la institución, apoyando los avances que se propuesto impulsar Felipe VI, pero con una exigencia explícita de explicaciones a Don Juan Carlos por los escándalos que le han rodeado. Por contra, en Podemos apuestan por la vía republicana sin éxito.