Negociación

El PSOE ofreció a Montero liderar la reforma de la Ley del «solo sí es sí»

Los socialistas preparan ya el terreno para el rechazo

de Podemos a la toma en consideración de la iniciativa

 La ministra de Igualdad, Irene Montero
La ministra de Igualdad, Irene Montero, participa en la clausura del “Encuentro Internacional Feminista” organizado por el Ministerio de Igualdad, con una mesa de mujeres referentes de diferentes rincones del mundo, para compartir conclusiones y celebrar juntas este espacio de sororidad y aprendizaje compartido. Mariscal EFE

A una semana de que el Congreso de los Diputados debata la toma en consideración de la reforma de la Ley del «solo sí es sí», las posturas en el Gobierno de coalición siguen enquistadas. El PSOE no está dispuesto a ceder y se muestra férreo en sus posicionamientos sobre la necesidad de restablecer una horquilla penológica que no suponga un beneficio para los futuros agresores sexuales. Ni siquiera la eventualidad de quedar retratados con el PP y otros partidos ajenos a la mayoría de la investidura parece desincentivar la vocación del Ejecutivo de seguir adelante. «Nadie está en esa dinámica de contar votos y si lo está, se equivoca. Aquí solo hay un objetivo y es poner a las víctimas en el centro. No hay más», señalan fuentes socialistas a este diario.

Sin embargo, la gestión política de la reforma sí es trascendente para los partidos concernidos en ella. Por lo que supone como reconocimiento del error en una de las normas estrella de la agenda legislativa gubernamental y por el elemento de erosión interna en que se ha convertido para la coalición. De hecho, durante los tres meses que duraron las conversaciones en el seno del Gobierno, antes de que estas saltaran a los grupos en el Congreso de los Diputados, desde el PSOE se ofreció a Irene Montero que fuera su ministerio el que liderara la reforma del «solo sí es sí». Pese a que han sido los técnicos de Justicia los que han trabajado durante todo este tiempo centralizando las revisiones de penas y los recursos de las víctimas a éstos, a fin de estudiar una fórmula para resolver el «problema» derivado de la norma, los socialistas brindaron a los morados la oportunidad de ser ellos quienes capitalizaran la «solución». Así lo revelan fuentes del PSOE, que constatan que sus socios «nunca tuvieron intención de tocar ni una coma».

Este reparto de roles no es baladí y hubiera trasladado una imagen de liderazgo del Ministerio de Igualdad en la enmienda de su propia ley, que –tras su negativa– queda intervenida y corregida por la parte socialista. En paralelo, también se habría preservado la unidad de interna de la coalición en un asunto tan sensible para la opinión pública y para el electorado progresista. Más, si cabe, en vísperas del 8 de marzo, al que se va a extrapolar el conflicto en el seno del Gobierno.

«Proteger a las mujeres es reformar la Ley del “solo sí es sí” para evitar que se produzcan rebajas de penas a las personas que han provocado tan graves sucesos», aseguró ayer la vicesecretaria general del PSOE y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, en rueda de prensa. Como ya viene siendo habitual en años precedentes, los dos partidos que componen la coalición acudirán por separado a la manifestación del 8-M y, lejos de hacer esfuerzos por acercar posturas, en Ferraz ya preparan el terreno para el eventual voto en contra de Podemos a la toma en consideración de la reforma del «solo sí es sí», cuyo debate los morados forzaron en la antesala del Día de la Mujer.

Fuentes socialistas señalan que «a estas alturas», después de todo el desgaste que está suponiendo la norma estrella de Igualdad, que los morados mantengan la ofensiva y voten «no» no tendrá consecuencias añadidas para la coalición ni elevará el riesgo de ruptura. «Lo que es obvio es que hay que reformar la ley y reformar la ley implica permitir la tramitación de la proposición de ley, porque no hacerlo, supondría que la ley se queda como está y la reforma es necesaria para evitar que se produzcan más rebajas de condenas», argumentó ayer María Jesús Montero, en un claro llamamiento a los partidos de la oposición.

El PSOE cree que más allá de Podemos y algunos grupos menos receptivos como ERC o EH Bildu, el resto de fuerzas políticas se acabarán adhiriendo a la reforma, porque han mostrado su vocación de poner fin a las revisiones de penas y, a día de hoy, la única propuesta sobre la mesa que las evitaría en el futuro es la del PSOE. «Que lo valoren y evalúen si técnicamente hay algo mejor», invitan los socialistas, anticipando que «los expertos piensan que lo que presenta el PSOE es lo que evita las rebajas y preserva el consentimiento».