Ciudadanos

Fracaso anunciado del tripartito

Podemos incluye el referéndum y el «gobierno a la valenciana» para provocar la salida de Rivera. Ciudadanos acusa a Iglesias de «dinamitar el acuerdo» y dice que «no volverá a sentarse» con ellos. El PSOE insiste en la vía imposible de los 199 escaños y por incluir propuestas de Podemos al pacto con C’s

Los equipos negociadores de Podemos, PSOE y Ciudadanos
Los equipos negociadores de Podemos, PSOE y Ciudadanoslarazon

► Iglesias «expulsa» a Ciudadanos de la negociación al exigir el derecho a decidir y que los de Rivera no estén en el Gobierno ► El PSOE intenta mantener viva «la vía del 199» mientras que C’s asegura que no volverá a sentarse con Podemos

El PSOE asumió ayer un papel presidencial, casi mediador en la mesa de negociación a tres. Antonio Hernando y Meritxell Batet se colocaron en la parte central de la misma flanqueados a izquierda y derecha por los representantes, en bloque, de Podemos y Ciudadanos. Un bloque que fueron incapaces de disolver. Tal como cabía esperar fue la formación de Pablo Iglesias la que llevó el peso de la conversación. Dos horas y media de reunión que no sirvieron para «entrar en contenidos», pero sí para constatar a la cara la incompatibilidad manifiesta que se profesan naranjas y morados. «Las tres fuerzas han expresado lo que no puede ser, lo que no va a ser», destacó el portavoz del PSOE, Antonio Hernando, al tiempo que confirmaba que la «vía 130» –que defiende Ciudadanos para sumar a Podemos a su pacto con el PSOE– y la «vía 161» –que promueve Iglesias para que Rivera se abstenga en un pacto con los socialistas– son imposibles.

Un fracaso anunciado, reflejo de los enfrentamientos que se han venido produciendo en los últimos días y que ayer pudieron manifestarse sin intermediarios. Haciendo gala de un optimismo feroz, Hernando defendió que «la única oportunidad para España» es la «vía 199», un tripartito tan imposible como las formulaciones anteriores, que nace negado por dos de sus protagonistas y que únicamente aspira a no abocar las negociaciones a un punto de no retorno que obligue a asumir la responsabilidad de provocar unos nuevos comicios.

Superadas las reticencias iniciales, Podemos se avino ayer a sentarse en la mesa con Ciudadanos. El «ejército» de Iglesias llegó en último lugar a la reunión con una propuesta debajo el brazo que se ocuparon de anunciar previamente. Un documento en el que recogían «20 propuestas para desbloquear la situación política y posibilitar un Gobierno de cambio» que no surtieron sino el efecto contrario. El texto, en cuyo fondo debía trascender una revisión de los postulados de la formación morada, era en realidad una «enmienda a la totalidad» del pacto entre Ciudadanos y PSOE, que buscaba desalojar a la formación de Albert Rivera del campo de la negociación. Algo que, traducido en propuestas, se escenificó en la exigencia de la aceptación del «derecho a decidir», es decir el referéndum de independencia en Cataluña, y un Gobierno de coalición «a la valenciana», sin Ciudadanos. Además, una ambiciosa agenda social que incluye la «renta garantizada» de 500 euros al mes, propuestas sobre Sanidad, pensiones, atención a la dependencia, viviendas o suministros que incrementaría el gasto público en más de 60.000 millones de euros y que devuelve a Iglesias el rol de adalid de los derechos sociales frente a un Pedro Sánchez que ha cedido en sus convicciones más básicas para granjearse el apoyo de una formación del espectro ideológico de la derecha.

Explicitado el acuerdo inasumible, no hubo tiempo para más. La reunión se disolvió con el compromiso –adquirido más firmemente por unos que por otros– de retomar hoy una conversación a tres bandas para concretar cómo se seguirá negociando a partir del lunes. Tanto PSOE como Ciudadanos –aunque éstos con menor entusiasmo y por respeto a sus socios socialistas– se comprometieron a estudiar detenidamente las propuestas remitidas al final de la reunión por Podemos, antes de emitir cualquier juicio negativo al respecto. Eso sí, existen aspectos en los que no se transigirá. «En el derecho a decidir no nos vamos a mover. No habrá acuerdo si se insiste en ello», dijo el portavoz socialista. A quien no se pudo escuchar ayer en rueda de prensa fue a los representantes de Podemos, que a través de una de sus responsables de comunicación anunciaron que comparecerían hoy tras un profundo análisis de la reunión con la cúpula del partido. Un análisis sosegado, que también llevará a cabo el PSOE durante el fin de semana para estudiar qué propuestas del documento pueden ser objeto de inclusión en su acuerdo con C’s.

La alianza con Rivera «sigue vigente» y no se va a romper, aunque los socialistas no quisieron avanzar si seguirán las negociaciones con Podemos, si la formación se levanta de la mesa de negociación. Este escenario es más posible que articular un gobierno a día de hoy, ya que para el vicesecretario de C’s, José Manuel Villegas, Podemos debe «rectificar» porque «no cuenta» con su partido para el acuerdo que proponen. «Ni pintamos nada, ni estamos invitados, ni queremos estar. No casa en absoluto con nuestro planteamiento», declaró. También el líder de la formación Albert Rivera señaló, a través de su cuenta de Twitter, que el objetivo de Iglesias era «dinamitar el acuerdo» y pedir la mitad del Gobierno con el apoyo de los separatistas. Por la noche, el portavoz de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados, Juan Carlos Girauta, declaraba en la cadena Cope que «no volverán a sentarse» con el partido de Iglesias.

Superada la primera reunión no se experimentan más avances que los temporales que llevan inevitablemente a una nueva convocatoria electoral.