El desafío independentista

Puigdemont tiene dos alternativas a Artadi

Al ex president no le ha gustado que su mano derecha «piense en sí misma» y ahora preferiría nombrar a un alcalde

La diputada de JxCat Elsa Artadi, en los pasillos del Parlament, tras los rumores que la sitúan como candidata
La diputada de JxCat Elsa Artadi, en los pasillos del Parlament, tras los rumores que la sitúan como candidatalarazon

Al ex president no le ha gustado que su mano derecha «piense en sí misma» y ahora preferiría nombrar a un alcalde.

Elsa Artadi se perfila como la alternativa al ex president de la Generalitat ante las reticencias de ERC a dar pábulo a las intenciones de Carles Puigdemont. Este fue el titular de ayer en el juego de declaraciones, contradeclaraciones, filtraciones interesadas, mentiras, medias verdades y desconfianza que reina en las negociaciones entre los partidos independentistas. Como siempre, esta información no tuvo confirmación oficial.

Desde ERC se limitaron a seguir con el discurso oficial «Puigdemont es nuestro candidato», aunque fuentes oficiosas apuntaron que la filtración «era juego sucio de los convergentes». Junts per Catalunya se negó a confirmarla «cuando haya alguna cosa cerrada, acordada, escrita y/o presentada en firme, os avisaremos». Con este tono contundente, y displicente, se desprendía que la información no había sido del agrado del presidente Puigdemont y que sus relaciones con Elsa Artadi no pasan por su mejor momento porque «no estamos en esta fase de poner nombres a posibles alternativas al presidente Puigdemont, porque estamos trabajando para investirlo presidente».

En conclusión, Junts x Catalunya ya no cierra la puerta a hablar de nombres alternativos y el ex president de la Generalitat, Carles Puigdemont parece empezar a resignarse a ser únicamente «presidente legítimo», o al menos hay movimientos entre los suyos para que solo sea eso, presidente legítimo. Su propuesta de formar el Consejo de la República queda diluida en una supuesta resolución que aprobaría el Parlament, sin efecto jurídico, que JxC afirma que no existe, aunque ERC admite que la tiene encima de la mesa. Por tanto, no parece que tras las reuniones entre JxCat y ERC para desencallar el futuro político de Cataluña lleguen a un acuerdo inmediato como se empecinan en afirmar desde el entorno de Bruselas.

Con el nombre de Artadi, ya oficialmente en el cénit de las negociaciones, se abrió la caja de pandora en el soberanismo. La CUP se limitó a sostener que no se «trata de quién sino para qué», en ERC no genera gran rechazo, pero esperan negociar todavía el gobierno –el gran meollo de la negociación todavía no abordado en serio– y en el PDeCAT no cuenta con apoyos porque consideran una traición su abandono del partido para entrar a formar parte del entorno de Puigdemont, justo antes de las elecciones.

La incógnita es Junts per Catalunya. La filtración en RAC1 no gustó en los sectores más cercanos a Puigdemont que ven cómo Artadi «empieza a pensar más en sí misma que en el proyecto». Estos sectores empezaron a lanzar otra idea: los tapados. «Al president, le gustaría que el presidente electo por el Parlament fuera un alcalde», deslizaban con toda intencionalidad. Se apuntaron dos nombres, dos diputados que además son alcaldes. Albert Batet, alcalde de Valls, y Marc Solsona, alcalde de Mollerusa. El primero tiene una buena relación con el president que se acentuó tras las actuaciones de la Guardia Civil en su ciudad con motivo del 1-0 –las papeletas se imprimieron en el diario El Vallenc– y el segundo fue el primer alcalde llamado a declarar con motivo del referéndum ilegal.

Forzar la legalidad

Las reticencias de Esquerra Republicana de Cataluña a llegar a un acuerdo que fuerce la legalidad, y deje en posición delicada a Roger Torrent como presidente del Parlament, están obligando a los seguidores del ex president a forzar la negociación lanzando un sinfín de propuestas que tras unos minutos en la prioridad informativa se convierten en agua de borrajas.

La posibilidad de que la mano derecha de Puigdemon, Artadi, fuera la sustituta de Puigdemont la avanzó LA RAZÓN hace semanas. Ahora vuelve a salir a la palestra porque la posición numantina de Puigdemont no gusta ni en ERC, ni en su antiguo partido, el PDeCAT, y ahora parece que tampoco en el mismísimo entorno de Junts per Catalunya. Quizás, el ex president, tras constatar que no puede ser investido, empieza a asumir que deberá consolarse con la votación de una resolución que le reconozca como «presidente legítimo» en un Pleno específico y previo a la investidura efectiva. Justo lo contrario que antes de ayer, cuando desde Junts x Catalunya se pretendía que Puigdemont tuviera plenos poderes, que el presidente de la Generalitat fuera como mucho su primer ministro, y se forzará un cambio de la ley de presidencia que traspasa la línea roja de la legalidad. Conclusión, se sigue sin ningún tipo de acuerdo. La propia Artadi tuvo que autodescartarse como alternativa tras la crisis interna. «Puigdemont es nuestro candidato y el del Parlament», aseguró en los pasillos de la cámara catalana.

Desde Esquerra, su portavoz, Sergi Sabrià, no entró en el nombre de Artadi –negó haber recibido esta propuesta– y admitió que ERC tiene en sus manos un esbozo de resolución para reconocer el papel de Puigdemont como presidente legítimo.

Para los republicanos la vía de la resolución es una vía real para garantizar una investidura legal, aunque en este juego de medias verdades, Junts per Catalunya afirma que dicha resolución no existe.