Congreso

Puigdemont traslada a Zapatero que Junts no aprobará los Presupuestos

Sánchez quiere llevarlos al Congreso antes de que acabe el año, pero los independentistas no los apoyarán si el PSOE no cumple lo prometido.

Fugitive Catalan independence leader and MEP Carles Puigdemont arrives for a meeting with Catalonia's president at the Delegation of the Government of Catalonia to the European Union in Brussels, on September 2, 2025.
Fugitive Catalan independence leader and MEP Carles Puigdemont arrives for a meeting with Catalonia's president at the Delegation of the Government of Catalonia to the European Union in Brussels, on September 2, 2025. Simon WohlfahrtAFP

José Luis Rodríguez Zapatero y Carles Puigdemont se reunieron ayer para intentar encarrilar las relaciones entre Junts y el PSOE en el Congreso de los Diputados. Sin embargo, el encuentro concluyó con más intenciones que resultados.

El expresidente del Gobierno trasladó al líder independentista el deseo de que Junts apoye los Presupuestos, que Pedro Sánchez planea llevar a la Cámara Baja antes de que acabe este año. Pero la respuesta de Puigdemont fue negativa: el PSOE tiene que cumplir antes los pactos que aún no se han cumplido.

Aunque la relación entre Zapatero y Puigdemont es buena, en Junts hay una sensación de hartazgo porque están viendo cómo sus pactos con el PSOE no se terminan de materializar. A pesar de la buena voluntad de los socialistas y los pasos que dan, todavía quedan muchas carpetas pendientes y ellos no pueden sostener a Sánchez si no tienen logros concretos que vender a los suyos.

Un ejemplo es la cesión de las competencias migratorias a Cataluña, que se debatirá el martes que viene en el Congreso. Esta fue una cesión del PSOE a cambio de que Junts no obligara a Sánchez a someterse a un debate sobre si era oportuno celebrar o no una cuestión de confianza en su momento de mayor debilidad, acorralado por la corrupción del «caso Cerdán».

Pero esa cesión de competencias no saldrá adelante, porque contará con la oposición de Podemos. Los morados creen que detrás hay elementos xenófobos. Y Junts la quiere, precisamente, porque está compitiendo con Alianza Catalana, un partido de extrema derecha identitario que está creciendo como la espuma con un discurso antimigratorio.

Los posconvergentes esperan que el Gobierno haga un esfuerzo extra para negociar con Ione Belarra y los socialistas sólo esperan que, si la cesión de competencias cae, no les echen la culpa a ellos por incumplir la promesa.

Pero no es la única medida en un cajón. Algo similar pasa con la oficialidad del catalán en la Unión Europea, que no termina de desatascarse a pesar de los esfuerzos del ministro José Manuel Albares.

O con la aplicación efectiva de la amnistía a todos los encausados por el «procés» –es decir, que Carles Puigdemont pueda volver a Cataluña–, un tema que también se está alargando más de lo esperado inicialmente.

En esta lista habría que incluir también una «verdadera» financiación singular para Cataluña y la condonación efectiva de toda la deuda de la comunidad. Todos son asuntos en los que el PSOE se está moviendo y está pagando el precio político de ponerlos encima de la mesa –eso al menos sí se lo reconocen en Junts–, pero que los independentistas tampoco pueden dar todavía por cumplidos.

Es prácticamente imposible que el PSOE logre desbloquear todos estos asuntos antes de llevar los Presupuestos al Congreso, si mantiene la idea de que entren en vigor el 1 de enero de 2026. Y, hasta que no cumpla, no puede contar con Junts.